lunes, 27 de junio de 2011

I Don´t Understand Nothing: Capitulo XII



Cerré el Word y me fui a la cama, me di vueltas y vueltas en la cama hasta que conseguí dormir después de aplacar un poco las imágenes mentales de lo que había pasado Betsy, con todo eso yo me hubiera quebrado, no era tan fuerte como ella.
Ni siquiera por asomo.
Al despertar lo hice con un sobresalto al sentir alguien encima de mí.
– ¿Qué pasa? – Dije asustada. Odiaba la sensación de alguien sobre mí al despertar, tenía bastante experiencia con Ed lanzándoseme encima y las venganzas de Emily.
Betsy me miraba divertida. – Así tienes la conciencia.
– Tonta, – Dije y me di la vuelta para seguir durmiendo.
– ¿No debes de ir al colegio? – Dijo tratando de quitarme la manta de encima. Algo imposible de hacer si era inteligente.
De todas formas saque el móvil de debajo de mi almohada y mire la hora; las siete y quince minutos. Definitivamente debía levantarme pero no tenía ningún ánimo.
– Vamos, que yo también quiero ir.
La mire como si estuviera loca, porque definitivamente debía de estarlo como para decirme eso con una sonrisa encantadora.
– Estás loca… además hoy tengo historia antigua. Me voy a morir del sueño.
– Oh bueno, entonces no te diré con quien hable esta mañana…
– Vincent.
– …Y que pedía un poco de tu cariño. – La mire atónita. – No me mires así, estabas como una piedra y no hacías nada más que mascullar cosas raras, y por más que lo intente no despertaste.
Bueno sabía que podía ser así por las mañanas, así que la perdone.
– ¿Qué te dijo Heath? – Dije conteniendo mi ansiedad, poco y nada era lo que nos podíamos ver y hablar también.
– Dijo que iría a verte al colegio durante el almuerzo.
Ahora si que la mire como un ovni, – Esta loco, como va a hacer eso…
– A lo mejor tiene unas horas libres, no te preocupes por eso, solo dedícate a disfrutar. – Me sonrió alucinando, de nuevo se había ido a la luna, – Debes de disfrutar cada momento que pasas al lado de tu príncipe azul… oh ya extraño tanto a mi Bichito, me envió un mensaje hace unos minutos, él también me extraña, no podemos esperar para vernos dentro de una semana…
– ¿Va a venir a mi fiesta? – Dije medio sorprendida y medio divertida. Betsy me miro algo nerviosa.
– No te molesta ¿cierto? – Dijo juntando las manos de forma nerviosa.
– Claro que no me importa, ya quiero conocer a tu Bichito, – Dije aguantando la risa, como podía decirle Bichito a alguien que por lo que escribió es toda acción y nada de suavidad, por amor de Dios es guardia de seguridad, no me imagino diciéndole cosita a Heath.
Betsy sonrió encantada, – Lo vas a adorar, claro no tanto como yo por supuesto pero te va a agradar mucho.
– Lo apuesto, ahora será mejor que me vista y bajemos a desayunar. Pero antes, ¿qué te dijo exactamente Heath…?
Betsy fingió pensárselo mucho. – Pues me dijo; “Hola esta despierta Zo”. A lo que yo dije; ”No, pero puedo despertarla”. Él dijo; “Sería genial”. Y yo intente despertarte pero no me hiciste caso, además sino tuviera tan buenos reflejos me habrías golpeado de lleno con ese golpe que me lanzaste.
Abrí los ojos de par en par. – No soy alguien violenta… conscientemente, mejor sigue hablando y no sacare ese lado mío que tengo oculto.
Betsy se sentó y me vio como comenzaba a vestirme, era evidente que no le agradaba mi uniforme escolar, – Bien, como decía; como no despertaste tuve que ir a decírselo; “Heath ella se rehúsa a despertarse”. Se rió, lo juro y luego dijo; “Esta bien solo dile que la iré a ver durante el almuerzo, y es mejor que la dejes dormir”. Y yo le dije; “Pero debe levantarse o llegará tarde”. A lo que él me dijo; “No atormentes a mi chica, que tengas un buen día Betsy”. Y luego colgó eso fue algo poco educado pero en fin es tu novio no el mío.
– No es mi novio, – Dije y Betsy me miro exasperada, – Nuestra relación es algo especial, ya sabes que no podemos ser novios formalmente, así que somos como una pareja creo…
– Mejor termina de vestirte y vamos al colegio, – Dijo encantada con la idea, yo aun no le veía la emoción, pero definitivamente su humor era bastante contagioso.
– Está bien vamos al colegio.
Bajamos en cuanto termine de arreglarme y de que Betsy se convenciera de que no iba a usar todo el maquillaje que ella quería. Me obligo a usar un color pastel en toda la cara… me sentía muy, pero muy rara. Si transpiraba ¿se iba a correr todo esto? Uff.
En cuanto me senté a la mesa papá me quedo mirando algo sorprendido, yo también entendía como se sentía.
– ¿Hay algún evento del que no sepa nada?
– Pues… no. Solo que ha Betsy le ha parecido que mi cara esta falta de color o algo así dijo, francamente no pude entenderle muy bien, tenía todos eso pinceles en la boca por lo que no estoy muy segura de eso.
Papá me soltó una carcajada, – Te ves hermosa, incluso te pareces más a tu mamá, tanto que da miedo.
Lo mire escéptica, – Gracias, creo.
– Mejor come te ves un poco… no sé creo que estas más delgada últimamente.
Me mire pero solo vi a la misma persona que me devolvía la mirada cada día desde el espejo, nada nuevo.
De todas formas desayune con el peso de la mirada de Ed, que de seguro quería que lo escuchara, pero no quería saber secretos que no me concernían. Si le pasaba algo a Heath él ya me lo contaría, creo, no habíamos tenido tanto tiempo como para confesar problemas personales… pero estaba casi segura que él me contaría cualquier cosa. Casi.
Salimos en cuanto termine de desayunar y de que Betsy me arreglara el maquillaje, esto comenzaba a molestarme pero no podía decirle nada a Betsy ella se iba a encargar de organizar mi fiesta y además después de enterarme de lo que le había pasado sentía que debía dejarle hacer lo que quisiera, ni siquiera sabía como era posible que tío la hubiera dejado venir sin protección, estaba más que segura de que en su casa la tenía rodeada de seguridad por todos lados.
En fin llegamos con algo de retraso a clases, tuve que dar una buena escusa y más explicar porque Betsy entraba conmigo, me sorprendió ver cuan dispuestos estaban mis profesores a tener a Betsy en la sala de clases y más ver cuantas miradas le echaban mis compañeros, era como si vieran una modelo de pasarela y estuvieran más que agradecidos de tenerla allí con ellos.
Cuando por fin llego la hora del almuerzo, estaba algo ansiosa de ver a Heath.
– Bien, yo me voy a almorzar con Eddy, que disfrutes tu almuerzo, – Me dirigió una sonrisa picara y se fue caminando tranquilamente donde la esperaba Edward y dejando a unos cuantos chicos de mi grado babeando mientras lo hacía, rodé los ojos.
Saqué mi teléfono para llamar a Heath, pero no hizo falta de pronto empezó a vibrar y lo conteste.
– Ve a los árboles que están detrás de la escuela.
Antes de que pudiera decir algo había cortado, le fruncí el ceño a mi teléfono, ¿qué estaba pasando? Me apresure a ir hasta donde me había dicho, cuando llegue solo pude ver una manga negra, así que corrí hasta rodear el árbol. Estaba mortalmente quieto.
– ¿Qué te…? – Heath me agarro y me apretó contra el árbol, y de pronto nos encontrábamos besándonos con desesperación.
Coloco una mano en mi trasero por debajo de mi falda y me alzo y dejo que enredara mis piernas en su cintura, sus manos estaban en casi todas partes por debajo de mi ropa, gemí contra su cuello en cuanto sentí la mezcla de sus manos y los leves mordiscos que le estaba dando a mi cuello.
Enrede mis manos en su cabellos, adoraba la sensación de suavidad. Mordí su labio inferior y luego lo chupe, lo que hizo que por fin pudiera arrancarle un gemido. Se separo un poco de mí.
– Zo… ya te extrañaba mi amor, – Dijo acariciando mi pecho, me arquee para él, así el pudiera abarcar más con su mano, me estaba volviendo una completa adicta a sus caricias. ¿Eso era un problema, no? – ¿Me extrañaste también? – Me piñizco el pezón levemente. Pegue un respingo. – Adoro cuando haces eso.
– Heath… – Suspire y él se rió, – Yo también lo adoro. – Dije algo perdida.
Quito su mano de mi pecho y me acaricio el rostro con la punta de sus dedos. – Te amo.
Lo mire y me despabile un poco, estaba algo extraño no solo porque estaba bueno… tocándome en medio del día y en mi instituto cuando alguien podía encontrarnos. Esto era algo más.
– ¿Pasa algo malo? – Pregunte algo indecisa. Heath me bajo y me ayudo a poner en orden mi ropa.
– No pasa nada, qué te… – Puse mi mano en su boca.
– Si no quieres hablarlo, esta bien.
La cara de Heath se volvió dura, – Le dije… me prometió que no te iba a decir nada, mi culpa el haber creído en un niño…
Lo golpee en el hombro, – Ed no me ha dicho nada. – Dije, era la verdad, lo había callado cuando iba a decírmelo así que no me había dicho nada. Lo mire seriamente, – Qué me estas ocultando Heath. – Termine diciendo muy suavemente, tal vez no teníamos tanta confianza.
Él enrojeció un poco, esperaba que fuera por la vergüenza de haber dudado de Edward.
Abrió la boca para decir algo pero hable primero.
– No trates de decirme que no es nada, te pusiste muy raro así que dímelo de una vez.
Heath se meso el cabello con las manos y respiro muy fuerte.
– Bien este es el caso, – Espere a que hablara, – Mejor sentémonos en el suelo, esto no es algo que me guste hablar de pie.
Me deje caer en el suelo y cruce las piernas. Heath rodo los ojos y se sentó a mi lado, me atrajo hacia sí con un solo brazo, – Bien. – Dije y lo mire.
Él en cambio me dio un beso en los labios, – Digamos que tengo una difícil vida familiar. He vivido en Francia desde que pude hablar y caminar a la vez.
Lo mire horrorizada, pero seguro sus padres habían ido con él. Él negó en cuanto vio mi cara.
– Estaba en un internado, exclusivo para hijos de papi, fue algo horrible pero lo supere, Paul me ayudo mucho él llego en la misma época que yo, claro él es mayor que yo por dos años así que me ayudo mucho. Es un hermano. – Entrelace mis manos con las de él. – Louis me odia, cuando era pequeño no entendía porque me trataba tan mal, yo solo quería estar con ella hasta que un día me coloco en frente de un espejo con ella y me dijo; “Ves esos ojos verdes, tu padre y tu abuelo los tienen marrón obscuro y los míos son azules, no eres mi hijo ni de tu papá”. Me dolió. Le pregunte a papá si era de él y él me dijo que si…
– ¿Tu mamá…? – Dije tentativamente, él me miro.
– Me vendió a mi padre, según me dijo mi abuelo…
Me separe de él y lo mire seriamente, – No puedes seguir creyendo en tu abuelo después de lo que nos hizo, yo ya no le creo al mío, eso te lo aseguro.
Él me volvió a atraer hacia él, – Mi amor no es de creer o no, ella no ha estado en mi vida desde que tengo uso de razón, nunca ha intentado llegar hasta mí.
– Quizás no puede, ¿sabes donde esta? ¿Cómo es? De seguro heredaste sus ojos y quizás tu cabello, no se parece al de tu padre. – Él me miraba con la mandíbula desencajada.
– Zo… no tengo idea de cómo es, hasta ayer no sabía donde vivía, bueno creo que sé donde vive… tuvimos una escena familiar y Louis soltó algo, dijo que ella tenía una pensión y que se llamaba Margaret, pero no se nada más de ella. Ni siquiera sé si me querría ver.
Un nombre y a lo que se dedicaba… Betsy había escrito algo así una vez, y la trama había volado y… Me golpee mentalmente, esto era el mundo real, esto era un problema real. Pero tal vez…
Esto no lo había hecho hace mucho, pero las ideas locas eran parte del mundo de un escritor, debías darle giros emocionantes a las historias.
– No me gusta la mirada que me estas echando mi amor, da miedo.
Le sonreí, – ¿Te gusta vivir con tus padres?
Me puso mala cara, peor me respondió, – No, preferiría volver a Francia. – Lo mire algo apenada, – Pero me gusta estar aquí contigo.
Trate de omitir el sentimiento de que él no estaba feliz aquí, – Bueno, tal vez podríamos hacer una pesquisa de pensiones que estén cerca de la universidad, lo ideal para un universitario. – Termine reponiendo mi ánimo. – Se veía que aun tenía dudas, – Yo te ayudare y no es necesario que le digas tu nombre verdadero, inventaremos unas identidades. Mira esto es lo que pienso; podemos presentarnos como estudiantes, bueno solo en pensiones que sean atendidas por señoras.
– Zoey me das miedo lo rápido que piensas, pero la verdad es que no me anima buscar a mi madre, quizá ella no quiera verme.
– O tal vez ella no pueda verte.
– No vamos a llegar a ninguna parte si seguimos así.
– Por eso vamos a poner en práctica mi plan.
Heath me miro un rato como si nunca me hubiera visto.
– Y yo que creí que Emily era la mandona.
Le sonreí y me senté a hojarascas en él. – No soy tan mandona, solo que es mejor salir de dudas en este asunto.
Heath se aprovecho de la ocasión y coloco sus manos en mi trasero. – Bien, pero quiero algo a cambio.
Me beso en el cuello y luego me encontré tendida en el suelo con él encima.
– Alguien nos va a ver. – Dije con la voz entrecortada.
– No es lo más emocionante… – El timbre sonó y Heath gruñó. Le sonreí. – No te rías…
Enrede mis piernas en su cintura, – Creo que podría pasar de esta hora de clases. – Heath enarco una ceja, – No entiendo química.
– Creo que depende de mí enseñarte química.
Le sonreí encantada, pero luego me acorde de algo y me ruborice por completo.
– ¿Qué paso bebé? – Me dijo Heath acunando mi rostro entre sus manos.
– Heath… tu y yo usamos… nos protegimos…
– Ahh… pues si usamos protección, ¿no lo recuerdas? – Heath estaba encantado, – ¿Qué recuerdas?
– ¡Heath! – Él se rió y comenzó a besarme.
***
– ¿Dónde estará Zo? – Mire por todos lados, sus compañeros estaban echándome miradas mientras entraban, y si yo entraba con ellos sus profesores se iba a dar cuenta de que algo pasaba. ¿Qué hago? ¿Qué hago? Seguí mirando para todos lados.
– ¿Qué hace una chica como tu en un lugar como este? – Escuche esa voz que me despertaba cada día y salté hacia él. – Cuidado, ya no puedes hacer esos saltos.
– Oh Vincent, ¿cómo llegaste…? Papá te envió ¿cierto?
– No pudiste creer que él te iba a enviar aquí sola, donde estas vulnerable y sin nadie capacitado a tu lado que pueda…
– Deja la charla de guardaespaldas y bésame. – Vincent me agarró he hizo exactamente lo que le pedí.
Después de un rato nos separamos.
– ¿No debías estar con tu prima? Eso fue lo que me dijo tu tío Edward.
– Debe estar con su novio.
Él me sonrió, – Esa es la marca de tu familia ¿no? Fugarse de clases.
Fingí que pensaba, – Creo que si.
– Vamos a pasear, ¿quieres? – Me dijo, sabía bien que me encantaba salir a pasear. – Pero. – Lo fulmine con la mirada, en cambio él me sonrió abiertamente, – Vamos a hacer un trayecto corto, no debes agotarte.
Era tan preocupado con las cosas que me pasaban, me sentí tan bien que le perdone el “pero”, lo cual también sabía que los odiaba; siempre los “peros” son seguidos por algo malo, muy malo.
– Está bien, además quiero comprar algunas cosas para l cumpleaños de Zoey, ya tengo una idea para las tarjetas y... – Pero vi la mirada que me estaba lanzando, suspire, algo había pasado. – ¿Qué sucedió?
Él se quedo callado pero me tomo de la mano y comenzamos a salir del instituto de Zo, una vez que estuvimos fuera comenzó a hablar. – Le comente a tu tío de nuestro Bichito bebé y me dijo que no tenía idea de lo que le estaba hablando.
Oh-oh.
– Ups.

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