lunes, 6 de junio de 2011

I Don´t Understand Nothing: Capitulo VII



Mire al cielo, – Que día tan lindo. – Me estiré recibiendo mejor los rayos del sol.
– ¿Princesa qué haces?
Mire a papá que vestía su ropa de deporte y tría el I-pod en sus manos, era obvio que estaba por salir a dar un paseo, lo tome de las manos, – Vamos a trotar tengo ganas de dar una vuelta.
Papá sonrió encantado, – Vamos, debo aprovechar que mi princesita tiene ganas de hacer algo.
La mañana de un domingo nunca había pasado tan rápido como el de hoy. Salir a trotar con papá había sido genial, charlamos de cosas sin importancia olvidándonos de nuestras peleas. Cuando llegamos a casa Emily estaba recién levantándose de la cama, mamá estaba regañándola por ser tan vaga y preguntándose dónde estaba Edward.
– Dios, ¿cómo puede ser que no sepas donde esta tu hermano? – Luego se volteo para vernos mejor o para regañarnos mejor, creo. – Hoy se supone que me acompañaría a comprarle ropa.
– Cielo relájate, debe andar cerca. – Estaba por escabullirme, me sentía culpable, no tenía ni idea que había salido sin permiso y menos que tenía cosas que hacer con mamá.
– Alto ahí Zoey Stonel, dime si has visto a tu hermano.
– Es que creí que tenía permiso, no lo sabía. – Dije culpable. Papá me miro con un signo de pregunta dibujado en la cara, mientras que mamá seguía en tensión.
– Zoey, ¿te dijo adonde iba?
– Pues no, solo me dijo que era secreto. – Enrojecí, – Y que Heath vino por él y también dijo que era un secreto a donde iban.
Mamá se relajo, mientras que papá la miraba con el ceño fruncido.
– Bien, ya que no me van a molestar más me voy a comer tengo hambre. – Dijo Emily. La mire con detenimiento, tenía los ojos rojos y estaba bastante distraída si se había perdido la oportunidad de molestarme. Y sip, se veía horrible.
– Te ves…
– Ahórratelo, no tuve una buena noche. – Pasó por mi lado y se fue a la cocina.
– ¿Y ahora qué le paso? – Dije sintiéndome mal por como se veía.
– Creo que anoche se peleo con Mitchell. – Abrí mi boca por la sorpresa, mamá volvió a hablar, – Pero con eso tu no te quitas la culpa.
Mire a papá pidiendo disculpas con la mirada y de inmediato se me vino a la cabeza lo que debía estar pensando, – Heath ya no es mi novio. – Dije rotundamente.
Papá se aclaró la garganta, – Bien, solo que dijiste que habías hablado con él.
– Eso no quiere decir que me le lance encima, – Dije ruborizándome al saber que había hecho algo así. – Además él también esta de acuerdo con que ese contrato es una estupidez.
Mamá miraba a papá frunciendo el ceño, – ¿Le dijiste? Edward habíamos quedado en que no le diríamos nada a nuestros bebés. – Típico de mamá llamarnos bebés cuando algo le molestaba.
– Mi amor, Zoey merecía saber el porque nos molestaba que Heath y ella fueran algo.
– Si, era lo mínimo, – Dije y los deje con sus problemas y me fui a la cocina a desayunar.
Emily aun seguía con un plato de cereales en frente de ella, me asombro que ni siquiera me mirara cuando entre en la cocina. Tome un plato y lo coloque en la mesa, me serví y me senté enfrente de ella.
– ¿Peleaste con Mitch? – Dije yendo al grano.
Emily se puso a jugar con la cuchara, – Terminamos, ya no funcionaba, – La mire como si estuviera loca, hace unas semanas él ni siquiera miraba en otra dirección en que no estuviera Emily, ¿qué rayos había pasado en este tiempo?
– Emily, de seguro Mitch va a volver contigo en un abrir y cerrar de ojos…
– Eres tan ingenua, terminamos hace en días y anoche lo vi con otra, ¿crees que estas ojeras se hacen sin ningún motivo? Yo también creía que volveríamos, pero lo de anoche lo dejo claro. – Suspiró.
– Pero eso no cambia el que quisieras seducir a mi novio, – Dije no olvidando ese detalle.
Emily sonrió, – Últimamente tengo algo de inseguridad y tu noviecito no ayudo a mi ego, lo destruyó en mil pedazos. – Comenzó a comer.
– Ya no somos novios, es mejor así. – Dije al ver como paraba de comer.
– Los vi besándose afuera hace un rato, para que te enteres de los procedimientos cuando una pareja termina; paran de verse, buscan alejarse uno del otro y NO se besan.
Mire hacia la puerta pero al parecer mis padres seguían discutiendo, – Emily cállate, – Sonrió, – Ya no somos novios terminamos gracias a nuestros abuelos. – Me metí una gran cucharada de cereales a la boca pero eso no evito el que ella frunciera el ceño y comenzará a hablar.
– ¿De qué estas hablando? ¿Qué abuelo? Nuestros abuelos nos adoran el abuelito Jay nos quiere un montón y tú eres su princesita adorada, – Asentí, mi abuelo me adoraba porque le recordaba a su Shenny, – Y el abuelo Fred te quiere mucho nunca te haría nada malo, yo soy otro caso, Emily debería ser esto, debería ser esto otro, te pareces tanto a tu padre…
Me levante de un salto, – Dios cómo no me di cuenta, que tonta fui. En el contrato no especifica cual de las dos debía casarse con Heath, él al ser hijo único es obvio que sería la única opción de su familia, – Emily paso de la confusión a la comprensión de un momento a otro, no espere a que dijera algo por lo que seguí divagando, – Pero en la nuestra hay dos chicas, el señor Tanner al ver que tu no te interesabas y que yo y Heath si funcionábamos debió hacer eso del…
– Vacio legal. – Dijo Emily apretando la cuchara que tenía entre sus manos con toda la fuerza que tenía, – Definitivamente el abuelo me odia.
– No pienses así, – Dije sabiendo que el abuelo de seguro pensaba en algo cuando hizo eso.
– Por favor Zo, él te adora y a mí en cambio me ignora, es como si nunca hubiera nacido. – Quise decir algo para que dejara eso, pero el abuelo siempre se olvidaba del cumpleaños de Em y siempre se acordaba del de Ed y el mío, ahora que lo pensaba él iba a venir a mi cumpleaños.
– Podría pedirle una explicación la noche de mi cumpleaños.
– Estás loca, yo no lo habría invitado a mi cumpleaños después de eso, le cerraría la puerta en la cara como mínimo. – Fruncí el ceño. – Deberías pensarlo.
Sacudí la cabeza, – Em, no sé porque estas tan enojada después de todo su plan no salió como pensaba, fue a mí a quien lastimo. – Em se levanto de la mesa y la rodeo hasta llegar a mí y me abrazo.
– Me molesta el que nos vean como muñecas, – Me abrace a ella.
Nos quedamos así por un largo rato, me relaje en el abrazo de Emily ya había olvidado como era cuando se comportaba como una hermana de verdad, me acariciaba el cabello mientras me mantenía rodeada con sus brazos. La última vez que lo había hecho yo había sido muy pequeña para apreciarlo.
– Veo que mis niñas hermosas arreglaron sus asuntos, – Papá nos envolvió a ambas y nos apretó, ambas nos quejamos. – Quiero unirme a su abrazo, uno nunca esta lo suficientemente rodeado de chicas lindas.
– ¿Y con eso qué quieres decir Edward? – Dijo mamá a mi lado.
– Las amo mis chicas hermosas.
– Te amamos también, – Dijimos todas.
Nos separamos después de un rato y comenzamos nuestro día. Papá se fue a alguna parte con mamá y Emily y yo estábamos viendo un programa de bodas en la tv, para cuando ya estaba anocheciendo el ruido de un motor nos alerto de la llegada de Edward, o eso fue hasta que sentimos el auto acelerar y volver a acelerar.
– ¿Qué rayos es eso? – Dijo papá, Emily y yo nos encogimos de hombros, – Voy a ir a ver.
Mamá paso a su lado hacia la puerta y nosotros la seguimos, lo que vimos nos puso los pelos de punta.
– ¿Qué rayos…
– ¡Wow viste eso Heath! – En realidad todos habíamos visto como había hecho una vuelta corta par estacionar el auto. Edward saltaba afuera del auto.
Heath se bajo después, – ¿Amigo qué no entendiste de lo que dije? ¡Esto no es el Wii!
– No te enojes Heath, el rata dijo que era lo mismo y me salió igual. – Heath lo agarro y lo levanto en el aire y lo zarandeo, cuando lo bajo lo miro seriamente. – Amigo, no más ideas del rata hasta que tengas veinticinco, ¿me oíste?
– Pero no paso nada.
– Pudo haber pasado, hermano quiero llegar a los treinta, quiero casarme y tener hijos, ser abuelo, pero amigo si vuelves a hacer eso dudo que un día lo haga.
– Exageras.
– Heath no exagera, no te quiero ver de nuevo en un auto y quiero saber quien es ese rata del que estas hablando, porque cuando lo vea lo voy a matar. – Papá no estaba aguantando su furia, se veía como si fuera a matar a alguien, me acerque un poco, de preferencia no querría que matara a Heath.
– De eso me encargo yo señor, – Heath miraba a Ed con cara muy similar a la de papá, una cara de rabia pura. Papá los observaba a ambos con atención, – Ed mírame, te vas a quedar aquí cuando llegue el rata, sé que es difícil no tener un hermano o un amigo que te entienda, el rata y yo siempre nos hemos apoyado y estoy seguro que cuando te vio, vio la oportunidad de tener un hermanito menor, yo también, pero no quiero que te lastimes por una de nuestras ideas.
– Pero Heath, le prometí al rata… – Edward dijo con la voz rota.
Heath negó. – Yo le diré al rata la razón de que no estés allí cuando él llegue.
– Pero la sorpresa, Heath no lo volveré a hacer lo prometo me portaré bien.
Heath estaba por ablandarse cuando me acerque a él y lo abrace por la cintura, – Ed nos asustaste a todos, no lo vuelvas a hacer.
– No lo volveré a hacer, pero quiero ir a la bienvenida del rata.
Heath me abrazo de vuelta, – No, lo siento hermano. – Edward se fue corriendo hasta la casa, ni siquiera tuve que darme la vuelta para saber del portazo que le iba a dar a la puerta.
Heath me miro dudando, – Tal vez podría…
– No Heath, déjalo él se dará cuenta de su error.
– Pero fui muy duro con él, y es solo un niño no se lo merece.
– Por favor, me parece estar escuchando a papá y a mamá, ¿a qué son lindos papi? – Dijo Emily sonriendo, me guiño un ojo antes de entrar en casa.
Mamá también sonreía, – Voy a ver como esta mi hijo, y Heath hiciste lo correcto. – Heath enrojeció pero asintió.
– Zoey no deberías entrar en casa… – Dijo papá.
Mamá se quedo en la entrada, – Por favor Edward el chico hizo el trabajo que tu odias tanto, dale una oportunidad.
Papá miro para otro lado, – Está bien.
Mire a Heath pero él me soltó y me beso en la frente, – Buenas noches Zoey, que tengan buenas noches ustedes también, y quiero que sepan que solo quería enseñarle a conducir no me imagine lo que haría, lo lamento. – Se dio la vuelta y se fue.
– Que detalle. – Dijo mamá.
Papá camino a su lado. – Vamos Zoey, entremos en la casa. – Mamá estaba mirándome con una pequeña sonrisa.
Entre detrás de ellos.
Emily estaba sentada en frente de la tv con el ceño fruncido.
– ¿Qué pasa Em?
Negó, – Nada solo que Eddy se encerró en su cuarto y parece que esta llorando.
Papá ya caminaba a las escaleras, – Voy a verlo.
Nos quedamos quietas mirándonos y luego nos sentamos en el sofá familiar. Al rato después bajo papá. Traía cara de póker, por lo que no dejaba ver que era lo que sentía o lo que había pasado.
Me preocupe cuando se paró cerca de mí.
– Quiero hablar contigo Zoey, – Suspiré y me levante.
Camine hasta él y nos dirigimos hasta el estudio.
– Sabes ya no me agrada tu estudio, – Dije pensando en las veces que había estado aquí y en lo que había estado haciendo. Solo un recuerdo salvaba a esta habitación y era el recuerdo de la petición de Heath, cuando me convenció de ser su novia, adoraba ese recuerdo, lo atesoraba en lo más profundo de mi corazón.
– Cariño Ed esta inconsolable, cree que Heath ya no lo va a aceptar en su casa. – Se meso los cabellos con la mano, – La verdad no sé que es lo que tiene esos dos, pero parece ser que trata a tu hermano…
– Como si fuera su hermano, yo también lo creo, – En una semana Ed había pasado de ser un chico que se la pasaba tras su laptop a ser un chico activo, además de eso Heath venía por el y lo traía a casa, jugaban juntos en el Wii y al parecer también hacían otras cosas. – ¿Cuál es tu idea?
– Habla con él, dile que solo esta enojado con él y que se le pasará, yo se lo dije pero él no me cree.
Me di la vuelta y salí del estudio, subí las escaleras sin demasiados ánimos. Edward de seguro estaba aterrorizado por perder un amigo, él creía que no me daba cuenta, pero yo sabía bien que él no tenía amigos en la escuela, todos los que lo buscaban era por ayuda, interés. Me sentía mal por eso pero no me atrevía a decir nada, sabía que él se sentiría peor.
Llegue a su puerta y toque, a diferencia de él a mí si me importaba entrar en un cuarto sin tocar. Respondió después de un momento.
– Entra Zo. – Su voz se escuchaba rota, Emily tenía razón, él definitivamente había estado llorando. Abrí la puerta y entre, estaba acurrucado en su cama dándome la espalda, los hombres desde pequeños eran tan orgullosos. Los hombres no lloran que estupidez más grande.
Me acurruque a su lado en la cama y lo abrace, – Mi amor todo va a estar bien.
– No va a querer ser más mi amigo y no voy a ver al rata.
– Mi amor Heath solo se asustó, mañana verás que te va a hablar y todo va a estar bien.
– No, no lo va a hacer, esta enojado y es un orgulloso. – Se dio la vuelta y me mostro sus ojos rojos, – ¿Y si tu hablas con él? Dile que me perdone, él haría cualquier cosa que tú le dijeras o por lo menos te escucharía. Te quiere un montón.
Lo abrace sin saber que más hacer, papá de seguro no me iba a dejar hablar con él, por más que Ed dijera que Heath haría cualquier cosa que yo le dijera.
La mañana siguiente me desperté al lado de Ed. Él se había acurrucado a mi lado y alguien debía de habernos cubierto con una manta para que no nos helásemos durante la noche.
– Zo, ¿vas a hablar con él? – Asentí, pero me di cuenta de que era lo correcto, Edward sonreía y me abrazo con fuerza de lo feliz que estaba, – Te quiero mucho Zo, gracias.
Si eso díselo a papá, quise decirle.
Me levante y me fui a mi cuarto a prepararme para la escuela.
No lo podía creer, Edward estaba deprimido y papá lo dejaba quedarse en casa y no es solo eso sino que, esto es totalmente increíble, me dijo… o esto debo rememorarlo.
Después del desayuno y de que Ed se negará a salir de su cuarto, papá me llamo a su estudio.
– Si Edward tiene razón y Heath te hace caso en todo convéncelo, si tienes que ir a su casa, hazlo, pero tráelo aquí y haz que le diga a Edward que no lo detesta y que quiere seguir siendo su amigo o lo que sea, solo tráelo aquí. – Me había quedado con la boca abierta, – Y más le vale que te traiga antes de las diez de la noche o yo iré por ti. Y más vale que no sea así porque a nadie le va a agradar.
Por eso estaba sentada en el estacionamiento del instituto, sabía que él vendría como le había dicho a Edward.
Solo que yo no estaba nerviosa porque no viniera como Edward, estaba nerviosa por lo que pudiera pasar, la última vez que habíamos tenido tiempo a solas había sido la primera vez que nos vimos, esta sería la segunda vez que nos veríamos sin nadie que nos molestará. Suspiré y deje de pensar en todo, lo que pasará pasaría. De todas formas seguiría amando a Heath de la misma forma.
Cuando llevaba diez minutos sentada llego en su auto. Me levante y le hice una seña, se estaciono y antes de que se bajara me subí en el asiento del copiloto.
Heath me miraba como si estuviera loca, – Donde esta Ed…
– Vamos a tu casa, tengo hasta las diez para convencerte de ir a mi casa y perdonar a Ed, debes ir y decirle que no estas enojado y que lo dejaras ver al ¿rata? E ir a su bienvenida, además de que puede ir a tu casa, – Heath asintió aun embobado. – Bien me alegró que nos entendamos.
Heath se recupero al momento, – Bien, quiero ver como me vas a convencer de hacer todo ello, no soy tan fácil nena y menos cuando tengo, – Miro el reloj de la radio del auto, – Wow son las cinco y cuarenta y cinco. – Me sonrió abiertamente, – Lo voy a disfrutar.
– Eso espero, – Dije sonrojándome.
– Y aquí esta mi chica pícara, – Me agarro y me beso, – Cuanto la extrañe, pero me siento extraño, debería darte algo más que…
– Esta es la única forma de estar juntos y además no quiero que te fijes en alguien más mientras no estoy a tu lado, – Dije enfurruñándome, no podía soportar la idea de que alguien más bonita me quitara a Heath. Y sería algo comprensible, yo era la chica con problemas es obvio de que se busque a alguien que tenga menos líos y con la que sea más fácil tener una relación.
– También echaba de menos tus celos, – Me acaricio la mejilla con la yema de sus de dos, – Bobita como si pudiera olvidarte eres, mi amor.
Me acomode en mi asiento y deje que Heath me llevara a su casa, pasamos media hora viajando, cuando estábamos por llegar paro en la entrada.
– Si quieres podemos ir a algún restaurant, no soy tan imbécil sé que a las chicas les encanta que las mimen y todo eso.
– Y también deberías saber que las chicas odiamos salir a restaurantes con las ropas del colegio, – Mire mi falda a plises con odio.
Rodo los ojos, – Okay, vamos a mi casa.
Su casa estaba tal cual la recordaba, con todos esos cuadros que la hacían tan lúgubre, sip aun se parecía a la casa del terror.
Heath me tomo de la mano y esta vez me llevo hasta unas escaleras que no había visto la primera vez que estuve aquí. La casa tenía por lo menos tres pisos, bueno era una mansión. La habitación de Heath estaba en el tercer piso, estábamos por entrar cuando se quedo parado.
– Cierra los ojos.
– ¿Qué? – Lo mire confundida.
– Hazme caso, cierra los ojos y recuerda eso que te dije la primera vez que te vi; un día íbamos a terminar esto. – Mi corazón comenzó a latir con fuerza. Me sonrió tiernamente, – Te amo.
Cerré los ojos, – Yo también te amo.
Heath me levanto en sus brazos, escuche como abría la puerta, camino y de pronto me halle sobre una cama. Heath se acomodo a mi lado y comenzó a besarme, enrede mis dedos en su cabello. Delinee su labio inferior con mi lengua.
– Nena me mata que hagas eso.
– A mi me mata que hagas eso, – Heath estaba acariciando mis muslos por debajo de mi falda.
Heath me sonrió y comenzó a quitarme la blusa, mientras yo desabrochaba su camisa, cuando nos dimos cuenta estábamos ambos con los torsos desnudos. Heath me beso en ambos pechos, me arquee para él.
– Aun no nena, quiero verte por completo, – Su voz era ronca mientras seguía, mi falda fue lo siguiente que se fue junto a mis bragas. Me sentí al descubierto e insegura cuando estuve desnuda por completo. – No tengas miedo mi amor, quiero que sepas que estas segura conmigo, pero si estas insegura o crees que es demasiado pronto aún te prometo que parare.
Heath se separó de mí y espero, simplemente lo abrace y él volvió a besarme y cuando volvió a separase fue para quitarse su ropa. Nos metimos en su cama y me acarició, me aferre a él cuando le dedico tiempo a mis pechos, él sabía que era mi debilidad, enterré mis uñas en su espalda y él me respondió con una sonrisa lobuna y comenzó a mordisquearme el pezón izquierdo, los gemidos inundaron la habitación, sus manos descendieron hasta esa parte entre mis muslos y los separo. Sus caricias me sorprendieron en especial cuando uno de sus dedos se adentro en mí.
– Si no te gusta puedo parar, – Negué.
– Solo es…
– La primera vez, lo sé mi vida, lo sé. – Me beso en el hombro. Y siguió acariciándome allí. – Dime si te duele demasiado. – Estaba por negar cuando otro dedo se unió al primero. Me arquee. – Al parecer te gusta, a mí también.
Sus caricias continuaron junto con los gemidos y los besos, sus caricias cada vez más profundas, de pronto no pude soportarlo más y algo en mí llego con un gemido.
– Oh mi amor vas a hacer que me corra también. – Abrí los ojos de par en par, ¿había tenido un orgasmo? Oh mi Dios. – Mi cielo no te asustes con lo que voy a hacer, solo quiero probarte.
Bajo llenándome de besos, acaricio con suavidad mis pechos y luego bajo hasta mis caderas, me asuste cuando me separo los muslos y me dejo totalmente expuesta, aun así mi cuerpo seguía ardiendo.
– Eres toda una mujer Zoey, – Sentí el roce aterciopelado de su lengua en aquella parte. Me retorcí por las sensaciones. – Eres exquisita. Ya no lo aguanto más Zo te necesito, necesito estar dentro de ti. Te he deseado desde el mismo día en que te vi en la playa, – Se volvió a acomodar y esta vez quedo encima de mí con mis piernas a cada lado y me beso de nuevo. – Zoey quiero que me sientas, que sientas lo que va a estar dentro de ti.
Tomo mi mano y la llevo hasta esa parte que sentía presionar contra mí, abrí los ojos de par en par, – Heath ¿cómo va a entrar?
Heath me sonrió encantado, – Oh mi dulce nena, me haces sentir tan bien. – Cerré mi mano alrededor de su miembro, estaba muy duro, – Vamos a hacerlo. – Dijo jadeante.
Tomo mi mano que aun sujetaba su miembro y lo dirigió hasta mi, lo solté y deje que él siguiera.
– ¿Va a doler? – Dije sintiendo como de a poco entraba en mi, Heath paro y me miro directo a los ojos.
– Solo al comienzo y te prometo que para cuando terminemos habrás disfrutado el doble de lo que te dolió. – Sonreí, le creía.
Comenzó a entrar de a poco en mí, al principio fueron movimientos lentos y cada vez más profundo hasta que con una embestida me penetro. El dolor me invadió y las lágrimas cayeron por mis mejillas, Heath las secó con sus besos y me mantuvo abrazada hasta que el dolor pasó. Después de eso me pregunto con la mirada si podía seguir, asentí y él siguió.
Sus movimientos fueron lentos para luego ser rápidos, y cumplió lo que prometió; el placer superó al dolor.
Desperté cuando alguien me sacudió suavemente.
– Mi amor lo lamento pero debemos irnos, – Mire a Heath y lo abrace. – Nena ya son las nueve y debemos llegar a tu casa rápido.
– ¿Cómo paso el tiempo tan rápido? – Heath me beso en la frente.
– ¿Sabes algo? Eres realmente hermosa cuando duermes, no quería despertarte pero no creo que sea agradable el despertar luego con tu padre gritándonos. – Asentí.
Lo mire, se veía radiante, hice un puchero, – ¿Por qué tu no estas agotado?
– No es eso, solo que quería quedarme y verte dormir. No creas que no me agotaste, eres insaciable. – Me sonroje. – ¿Quieres que nos duchemos?
Negué, – Sería un poco evidente… lo que hicimos.
– Oye, acabas de conseguir que quiera ir y decirle a Edward todo lo que quieras, si quieres me lanzo desde un puente también, lo haría solo porque me rodearas de nuevo con tus piernas, – Dijo saboreándose, – No olvidaré que hiciste que me corriera con eso. – Me levante y comencé a vestirme, ¿cómo había hecho Heath para que cada una de mis cosas estuviera tirada en el suelo? – ¿Nena? Oh no me digas que te he vuelto a asustar.
Sonreí, – No es eso, solo que eres muy directo y a veces me pillas con la guardia baja.
Le quito importancia con la mano, – Ven aquí quiero decirte algo. – Me senté a su lado mientras me colocaba la blusa, por lo menos ya llevaba algo puesto aparte de mis bragas. – Eres muy hermosa Zoey, me encanta cada parte de tu cuerpo y amo tu dulzura, tú fuerza y tu confianza en mí, además de amar con locura y obsesión tu pechos.
Lo golpee en el hombro, – Te amo por ser sincero y por ser tu mismo siempre, sigue siendo tan directo como siempre, y quizás yo siga haciendo eso… – Dije abrazándome a él.
– Hay de mi en las manos de quien fui a caer, – Lo piñizque, – Vamos mi vida o no saldrás de aquí con esas insinuaciones.
– Vámonos.
Llegamos a casa a las diez en punto, Edward estaba esperándonos sentado en las escaleras de la casa, se levanto cuando nos vio llegar.
– Por fin llegaron – Grito. Estaba por bajar cuando Heath me detuvo, lo mire confundida.
Su cara reflejaba la preocupación, – Soy un estúpido por no preguntarte antes, ¿Mi amor te encuentras bien? Fue tu primera vez, es obvio si te duele un poco... ya sabes allí…
– Solo siento un poco de molestia nada más, se pasará. – Heath asintió no muy convencido.
– Prende el móvil que te di, si te duele mucho llámame. Promételo, – Rodé los ojos pero asentí. – Bien ahora vamos, ¿en verdad estás bien? No tienes que ment…
Abrí la puerta del auto, – Heath vamos, Ed te espera. – Asintió y por fin pudimos salir del auto.
Heath camino un poco hacia Ed, – Ven aquí chico vamos a hablar, Zoey esto va a ser de hombre a hombre, – Le sonreí y me acerque a él, Heath me dio un beso en la boca y luego me beso en la frente. – Te amo, buenas noches mi amor.
– Buenas noches Heath.
Edward pasó por mi lado. – Gracias. – Y se fue corriendo con Heath.
– Vamos a caminar amigo. – Heath lo abrazo y se fueron caminando por la vereda.
Entre en casa con mi bolso en una mano, por suerte me había acordado de bajarlo del auto esta vez. Subí a mi cuarto sin siquiera pensarlo y me encerré, no saldría hasta el día siguiente definitivamente.

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