martes, 30 de abril de 2013

ANIVERSARIO!!!

En cuanto pueda me felicitaré por mi constancia y me comprare un panquecito

Estaba revisando una que otra cosilla sobre el blog y me encuentro con que el aniversario del blog fue el día 28 de este mes, cualquiera pensaría que tendría la fecha marcada en algún lugar especial, quizás marcado con destacador rojo para no olvidarme de celebrarlo pero... no, se me olvido como muchas cosas en la vida, por ejemplo sin ir más lejos; el anterior aniversario.


Pero como nunca es tarde para las cosas que se hacen con el corazón como este pequeño recordatoria quería expresar mi más grande agradecimiento a las personas que leen lo que publico y me dejan sus comentarios (como Chiito) y aquellos lectores silenciosos que visitan el blog casi con religiosidad (supongo xD).

Es un gusto para mi tener activo mi blog por 3 años con 5800 y algo visitas, lo que para mi es un récord ya que no soy conocida solo soy una escritora amateur y que más de alguna vez han tenido que corregir por algún error, además que no pensé que seguiría escribiendo cosas después de escribir Werewolf. Admito que mi constancia se debe a que me hace feliz ver las visitas que tienen las entradas del blog, saber que hay gente que lee.

Nos vemos/leemos en otra ocasión! See U soon!

Pilar 

PD: esta vez firmo con mi nombre

lunes, 29 de abril de 2013

No Wait: Capitulo XXXVIII



–¿Estás bien? –Le pregunte a Jane no por primera vez durante el día.
Jane me miro con expresión de disculpa– Siento arrastrarte a esto pero después de encontrar la radio de Marcus entre las ramas de ese árbol, me siento inquieta.
Negué con firmeza– Sé que es difícil para ti ésta situación así que déjame acompañarte a donde sea que vayas.
Asintió– Me siento feliz de que me acompañes, no podría hacer esto sin ti. –Se aclaró la garganta tratando de ocultar las lágrimas que había visto un momento antes de que apartara la mirada.
–¿A dónde vamos? –Pregunte interesado, por la ruta que estábamos tomando.
–Vamos a la única parte donde las cámaras no ven, donde están completamente ciegas.
La mire sorprendido– ¿Hay un lugar así?
–Si, es un punto donde bajan… ciertos agentes de papá. Nadie debe saber que están… –Cuando me miro el brillo de diversión de sus ojos se había apagado un poco– Te contaré quienes son pero quiero que entiendas que solo lo hago porque has visto cosas que nadie tiene permitido ver.
Sabía que se refería a la operación que había visto, y sobre todo a ella manejando un arma de fuego que no debería tener una compañía de seguridad cualquiera.
Suspiró– Son agentes que se supone deben estar muertos.
La mire sin darle crédito– ¿Cómo…? ¿Qué diablos hace tu familia?
–Seguimos con la profesión de la familia y… digamos que una parte del trabajo la hicimos legal. –Dijo algo avergonzada mientras seguíamos nuestro camino– Nos dedicamos a seguridad pero también hay una buena cantidad de mercenarios que se dedican a rescatar personas importantes o eso.
–¿O eso? –Me sentía bastante impresionado– Dime que no has participado de esas… actividades. –No sabía como llamar a lo que hacían.
Negó rápidamente– No, claro que no. Papá no me dejaría hacer nada de eso, apenas y me deja participar en los trabajos de seguridad. Pero Marcus si ha participado en misiones de rescate, por lo menos desde los dieciocho.
No paraba de sorprenderme, ¿cómo podía lidiar Marcus con eso? Yo desde hace años que me dedicaba a mi vida estudiantil, no hacía nada más hasta las vacaciones cuando debía integrarme al personal del hotel, y solo ahora había entrado a trabajar con el abuelo pero nunca algo tan arriesgado como una misión en la que podía o no volver a casa.
–Si por mí fuera, tú nunca arriesgarías tu vida así. –Le dije con firmeza.
Jane me sonrió y luego indicó un claro más adelante– Es ahí, deberíamos encontrar a alguien en el refugio que está ahí. –Iba a preguntarle dónde estaba el refugio porque no veía nada adelante pero ella continuó hablando– Esta detrás de esos matorrales.
Mire de nuevo y un tipo salió de entre las malezas, o mejor dicho abrió una puerta cubierta de malezas.
–¿Hermosa qué haces aquí? –Su acento era tan grave que no sabía ubicar de donde era pero eso era lo de menos, lo que no me agradaba era que trataba a mi mujer de “hermosa”.
Me pare en frente de él pero sólo sonrió y siguió hasta Jane, quién le tendió la mano.
–¿Cómo estás Rashid? –La voz de Jane era sobria casi sin emoción, lo que me tranquilizó de una manera extraña.
Él por otra parte continuó sonriendo– Ahora, bien. ¿Qué te trae por aquí?
–¿Has visto a mi hermano? –Me acerqué a Jane y la tome de la cintura cuando formulo la pregunta– Dime que lo has visto.
Ante todo pronóstico el tipo asintió de manera solemne.
–Si, me esta haciendo un favor personal. –Dijo de manera enigmática.
Me aclare la garganta– ¿Algo urgente?
–De suma urgencia. Él helicóptero partió hace mucho así que… ¿puedo ayudarlos en algo más? –Nos pregunto con una cortesía helada.
Jane se mordió el labio antes de hablar, parecía frustrada y eso me molestaba de sobremanera– ¿Te dio alguna orden antes de partir?
Rashid pareció meditar durante mucho tiempo su respuesta– Él no me da ordenes pero me dijo que abriera una puerta del subterráneo en cuanto se fuera, pero no me agrada entrar a la casa así que le dije a Freud que lo hiciera, aunque no pude recordar cual era la puerta. Supongo que lo hizo.
Jane y yo compartimos una mirada de comprensión, después de todo Marcus no era un inconsciente por completo.
Jane le frunció el ceño– Debiste hacerlo tu mismo.
El tipo se encogió de hombros– No quise, parecía algo alterado cuando me dijo que aceptaba hacerme ese favor si era largarse de su casa por bastante tiempo.
Me encogí por dentro, si Marcus era tan parecido a su hermana era obvio que no querría estar cerca de la persona de la que estaba enamorado, si esta estaba con otra persona. Irse probablemente le pareció la respuesta a sus problemas, lamentaba que pensara así y que no le dijera a nadie a donde iba.
–¿No te dijo nada más? –Pregunté abrazando a Jane, que parecía congelada en su sitio– ¿Algo para su familia?
Se encogió de hombros– No, supongo que se contactará cuando llegue.
–¿A dónde fue? –Jane estaba comenzando a enojarse.
–Ni idea. –Dijo eso divertido por algo que solo él sabía, luego se dio la vuelta y se fue caminando lentamente.
Jane me miro a los ojos y sentí que algo dentro de ella se movía con inquietud, la abrace más fuerte tratando de darle fuerzas.
–Estará bien, quizás ya llamó a casa para decir donde está.
Jane sonrió– Si, tienes razón. Volvamos a casa.

–¡Edward! ¡Edward! Hazme caso. –Seguí ignorándola mientras que seguía mi camino hasta la sala de estar– ¡Deja de ignorarme!
–Te dije que no subieras al auto porque debía hacer esto sólo pero seguiste adelante.
–¿Desde cuándo debo hacerte caso?
Le sonreí, llevábamos tanto de casados y ella seguía peleando como una niña. Me encantaba– Desde que nos casamos pero nunca prestaste atención a nuestros votos matrimoniales.
Sentí unos golpes en el piso, esta haciendo una rabieta– Dime a dónde vas, ¡ahora!
Me di la vuelta en un segundo haciendo que se golpeara contra mi pecho, me traía recuerdos hacer eso en casa de mis padres.
–¡Auch! Me dolió Edward. –La abrace para que no se moviera– No me vas a convencer con caricias.
–No trato de influirte pero debo hacer esto solo porque la intimidación contigo a mi lado no funciona.
–¿Intimidación? –El desconcierto en su voz era tan adorable que le robe un beso mientras unía los cabos sueltos– ¡Dios, Edward! Vas a hacerle una visita al padre de Paul. Voy contigo.
Negué– No, tú te vas a quedar con Emily y Paul, y vas a cuidar que nada les pase.
Me frunció el ceño– No me vas a dejar de lado, vamos a ir los dos.
La aparte un poco de mí manteniendo mis manos en sus pequeños hombros– En realidad voy a ir con la otra persona que tiene tan mal genio como yo, mi padre. ¿Ves? Estoy haciendo cosas con papá, ¿no es grandioso? –me di la vuelta para seguir en la búsqueda de mi padre, debía haber estado en su despacho pero no, el viejo tenía días libres según Zack.
–Edward Stonel si te vas sin mi te haré la vida miserable.
La voz helada solo la había escuchado unas pocas veces y eso no me agradaba, la mire con seriedad tratando de que entendiera al ver mi cara que no me iba a cambiar de opinión pero lo que vi cambio mi punto de vista. Volvía a sentirme como la vez que tuve que pararla para que no golpeara a un tipo que le había dicho raro a Ed, o la vez que le había roto la nariz a un imbécil que había dicho que yo era un abogado corrupto. Era la sobreprotección personificada.
–Estas hablando de la felicidad de mi hija Edward y voy a protegerla, así como voy a proteger a los niños que he adoptado como míos. Amo a Heath por hacer feliz a Zoey cada día de su vida y por darnos una nieta y lo defendería en una situación difícil. –Tomó aire tratando de calmarse antes de seguir– Y adoro a Paul porque es un chico fuerte y porque es a quien nuestra hija eligió como su pareja, además hay otra razón, voy a decirles unas cuantas cosas a esas personas que engendraron a ese niño y cuando acabe con ellos juro por mi nombre que nunca jamás se van a acercar a Paul sin pedirme permiso antes.
Ante semejante confesión solo pude asentir de orgullo, Paul no tenía ni idea que ya había sido adoptado dentro del núcleo familiar y menos que se había ganado a una suegra de miedo.
–Bueno, vamos juntos si eso quieres.
Asintió muy segura de sí misma– Voy a sacarle los ojos al que se atreva a decir algo que no me guste.
Me reí– Y Emily cree que el carácter que tiene lo heredo de mí, juró que nunca te ha visto de esta forma.
Me frunció el ceño– Me prometí hace mucho tiempo que no volvería a dejar que nada les pasara a los niños después de ese… desafortunado incidente, que sería más fuerte para ayudarte a defenderlos.
Asentí comprendiendo a lo que se refería, a mí tampoco me gustaba recordar ese incidente y en el fondo estaba feliz de que Emily no recordara nada de ello, solo tenía dos años cuando la secuestraron en frente de los ojos de Sheney mientras iba a buscarla al jardín de infantes después de sus clases de moda. Un momento estaba cruzando la calle y al otro momento estaba viendo como su hija era llevada por un extraño que la había recogido, un extraño al que las encargadas del jardín le habían entregado con demasiada facilidad la hija de otras personas. – Después de averiguaciones habíamos descubierto que estaban involucradas con el secuestro.
No culpaba a Sheney por haberse vuelto histérica mientras unos policías incompetentes se rehusaban a buscar a nuestra pequeñita, porque según ellos había más niños perdidos que estaban en lista de espera, y esos eran la prioridad. Era la única vez que había buscado ayuda dentro de la familia Evans, una ayuda que no dudo en llegar al par de horas de ser pedida y con la suerte y la experiencia de algunos hombres a nuestro lado habíamos encontrado a Emily un día después. De ahí venía el trauma de Emily a las peleas porque solo ella había visto lo que su papá podía hacer por ella, algo que no me agradaba recordar más que el secuestro.
Me sentí incómodo de inmediato al siquiera recordar de una forma tan resumida y fría la forma en como me había sentido destrozado por mi pequeña y por mi esposa tan joven y vulnerable que se culpaba por algo que no era su culpa ni su fallo.
Suspiré pesado tratando de alivianar la tensión que sentía– Eso está en el pasado, lo que paso fue por nuestra imprudencia y nuestra juventud, ¿no nos volvimos más cautelosos después de eso? –Le pregunte tratando de devolverla al presente porque sabía que ella tenía los mismos recuerdos que yo.
–Si, deje de estudiar diseño de modas para estar con ella en todo momento, nunca más pude confiar en un jardín de niños. –Dijo algo débil.
Tome su mano– Yo tampoco, pero ahora nuestros niños están bien. Emily pronto estará casada y tendrá un niño, Zoey está casada con un hombre que mataría por ella y por su bebé y Edward vive con ellos mientras termina la escuela y puede reunirse con nosotros. Todos están bien.
Sheney sonrió– Cuando terminemos con esto creo que solo nos quedará fastidiar a Edward hasta que se case.
–Si es como su padre, tendrás que ir acostumbrando a Kate porque será ella la que nos dará nietos que mantengan vivo mi apellido. –Le sonreí encantado por su sonrojo, recordando que desde siempre habíamos estado enamorados el uno del otro, a pesar de las peleas que habíamos tenido cuando niños.
–Sería bonito, ahora terminemos esto y solucionemos los problemas de Paul. –Agregó con una pequeña sonrisa que también era algo pensativa.
Asentí de nuevo para cambiar de tema– Vamos a hacer esto y después tendrás tiempo de organizar una boda por todo lo alto.
Sheney sonrió aun más– ¿En la capilla en la que nos casamos?, ¿recuerdas nuestra promesa de amor?
–Sería un imbécil de primera si olvidara ese día, ¿no crees?
–Puede ser. –Asintió con esa gracia única con la que impregnaba cada movimiento que hacia.
–Vamos a buscar a mi padre y luego deberíamos organizar nuestro viaje, no me gusta llegar poco preparado a ningún lado.
Sheney me miro desconfiando– Solo necesitamos saber donde viven e ir de visita y obligarlos a desistir de mantener esa desagradable unión que tiene Paul con esa niña rica.
Casi solté una carcajada porque en definición ella era una niña rica y mimada hasta los huesos. Solo había tenido un período de tiempo en el que había vivido con otro estatus social, pero lo deje pasar más por miedo a que se enojara que a hacerla avergonzar.
–Edward Stonel, vi esa sonrisa. Sabes que no soy una niña mimada, mi padre no me lo dio todo.
Ahora en ese punto, me reí– Tu padre te compraba lo que deseabas en cuanto salía de tu boca, te compró una casa de tamaño real para que jugaras con tus amigas, el poni que tanto te gustaba a los cinco y recuerdo bien todos y cada uno de los vestidos que te compró cuando eras una niña, nunca repetiste un vestido y…
–Mi papá nunca te quiso como marido para mí, dijo que serías un mal marido que nunca encontrarías trabajo pero yo dije que te amaba y que no me separaría de ti y él comenzó a buscarme novio en respuesta a esa pelea. –La mire transmitiéndole que sabía eso muy bien, así que continuó– Nunca quiso que aprendiera a conducir porque dijo que sería molesto para mí, por lo que nunca tuve auto. Nunca me regalo las cosas que yo quería para mi cumpleaños, lo que fue frustrante cada vez que abría regalos y aparecían vestidos y más vestidos, y hubo una vez que quería aprender a jugar básquetbol y necesitaba ropa deportiva y una pelota, me dijo rotundamente que no al igual que mi madre y muchas otras cosas más que jamás pude hacer porque no eran femeninas.
–Ahora veo que me utilizaste mujer. –Sheney me sonrió conforme, porque yo le había enseñado todo lo que su padre le había negado, además de darle regalos patéticos según su padre, como la vez que le había regalado una pelota de playa, ella nunca había ido a una antes de eso.
–No te utilice, te amo y no haría eso. –Y yo lo sabía.

lunes, 22 de abril de 2013

No Wait: Capitulo XXXVII



–¿Dónde está Marcus? –Preguntó papá algo enojado– Si hace algo así debe responder unas cuantas preguntas.
Tío esquivo nuestras miradas observando el piso– No tengo idea, lo hemos buscado por todas partes pero no aparece, ni responde su radio. –Miro hacia la puerta– Estoy esperando noticias de Jane, ha estado buscando por los alrededores ahora mismo.
Observe a Paul con detenimiento, me sentía feliz de tenerlo conmigo pero parecía desaliñado; su rostro estaba pálido, y con marcas de golpes, tiré un poco de sus mangas pero él me detuvo con una mano y un leve fruncimiento de cejas, no de enojo sino más bien de dolor.
–Estoy bien. –Tosió llamando la atención de los demás– Probablemente le paso algo y por eso me dejo ahí por todo ese tiempo, tal vez deberían buscarlo con más urgencia.
Todo mundo miro a Paul como si estuviera loco, le di un pequeño golpe en la cabeza para atraer su atención.
–Puede que se trate de eso. –Le sonreí algo cansada– Después de todo el Marcus que yo conozco no te dejaría encerrado por más de un par de horas, aunque no me guste mucho el que te haya dejado ahí.
Paul me abrazo– No te preocupes mon ange.
Cerré mis ojos mientras lo abrazaba, quería pensar que todo estaría bien cuando despertara. Que Marcus aparecería y con una sonrisa me diría; “Em, es que lo olvide, solo quería darle un susto”. Algo así definitivamente era lo que esperaba.

–Se durmió. –Sentí el peso en mi hombro aumentaba, sin duda estaba agotada por el embarazo. Aunque su rostro me indicaba que estaba algo enferma además, puse una mano sobre su vientre por un momento, mi pequeño estaba ahí y quizás se debía sentir agotado.
El señor Stonel se me acercó y por primera vez no vi enojo en su mirada sino “algo más” que no supe atribuir a nada.
–Déjamela, tuvo fiebre todo el día, salió del hospital hace un par de horas así que es normal que se sienta agotada.
Me preocupe de inmediato al escuchar hospital– ¿Cómo está el bebé? ¿Y por qué la trajeron con ustedes si estaba así de enferma? ¡Mon Dieu!
–A mi no me regañes y no hables tan fuerte que la vas a despertar. –Miro al señor Jason– Él es quien nos mando a llamar con suma urgencia.
–No pensé que la niña estaba tan enferma, perdón. –Su arrepentimiento se escuchaba en su voz– Llévenla al cuarto de Sheney y que descanse ahí, ya terminaremos de hablar en otro momento. –Ante la mirada del señor Stonel tuvo que continuar hablando– Intentaron secuestrar a ese muchacho y prometí darle seguridad y la tendrá.
La madre de Emily se movió a mi lado– ¿Crees que puedas cargarla?
Mire a Emily mientras dormía cómoda entre mis brazos.
–Temo soltarla.
El padre de Emily me la quito de los brazos con demasiada facilidad– Estás cansado, también deberías ir a dormir. Sube, el cuarto de al lado de Sheney es el que solía ocupar cuando me quedaba a dormir. –No pude evitar mirarlo con una sonrisa, lo que no esperaba es que me la devolviera– No, no me metía en su cuarto a media noche, ella me buscaba a mí. Era una acosadora.
–¡Edward! Mi padre está ahí. –Le reprochó con una sonrisa.
–Sabes que amo verte toda roja. –Me guiñó un ojo– Vamos arriba.
No supe que decir, solo los seguí hasta las escaleras y después subí detrás de ellos. No mire de nuevo al señor Mark o al señor Jason, sabía que estaban preocupados por lo que podía haberle pasado a Marcus y por lo que había hecho encerrándome en el subterráneo. No podía entender como se sentían mientras esperaban noticias de él, definitivamente no podía porque eso implicaba que había sido receptor de sentimientos de ese tipo y eso no era así.
Seguí a los padres de Emily hasta el tercer piso de la mansión, aun no tenía idea de que tan grande era el lugar pero de lo que si me había dado cuenta es que era una fortaleza encubierta como una mansión antigua llena de retratos de personas de otras épocas y pinturas de paisajes.
Sonreí, porque me parecía estar en Howarts, en cualquier momento entraríamos por a una habitación a través de una pintura.
La madre de Emily me sonrió, y su sonrisa se hizo más amplia cuando me sorprendí.
–No te detesto ni nada, todos tomamos malas decisiones cuando somos jóvenes e inseguros. Yo misma tomé una buena porción de malas decisiones, al igual que Edward. –Miro al susodicho que parecía ignorar la conversación– Somos las dos personas que menos te podemos reprochar porque te entendemos, por lo menos yo entiendo esa necesidad de querer estar a la altura de lo que esperan tus padres.
Tragué avergonzado– Soy bastante mayor…
Negó suavemente– No importa la edad, es una necesidad que sientes y que no puedes parar. Descuida. Ahora, ¿quieres saber sobre la casa?
–Yo llamaría a este lugar de muchas formas pero nunca lo nombraría como “casa”. –Dije aun mirando las pinturas y de vez en cuando mirando a Emily, que entre sueños abrazaba a su padre como una niña.
–Pero es que es una casa, la casa de mi familia paterna. –Me dijo encantada– Antes de ser una mansión fue una casa de campo de mi tátara-tátara-tátara abuelo, que estaba casado con una gitana, por eso dicen que este lugar esta encantado. –Dijo entre susurros– Mi bisabuelo fue un mercenario y comenzó a agrandar su casa…
–Las leyendas dicen que recibió tantas amenazas de parte de asesinos que gasto casi toda su fortuna en hacer una mansión al puro estilo de un castillo… –Agregó el padre de Emily.
Sin mostrar la más mínima muestra de molestia por la interrupción, la madre de Emily siguió– Pero con la seguridad de una pirámide. Por eso hay túneles subterráneos que llevan a lugares específicos y otros que no llevan a ninguna parte, además de dos pisos subterráneos en los que encontraras muchas habitaciones…
–Eran salas de tortura… –Volvió a interrumpir el señor Stonel.
Ella negó efusivamente–Eso no es verdad, ¿cómo crees? Son refugios. En caso de emergencia, la casa se evacua y toda la gente debe moverse a los refugios subterráneos para después evacuar… Ah, yo iba… Si, bueno a lo largo de las generaciones la casa se ha ido mejorando, mi padre hizo muchas reformas junto a mi abuelo y por eso ahora la mansión es más moderna en cuanto a todo. En especial a la seguridad.
–Es una fortaleza, sin dudas. –Aunque, aun pensaba en la habitación en la que había estado encerrado y solo podía pensar que el comentario del señor Stonel no estaba tan desencaminado de la verdad.
Asintió satisfecha– Una fortaleza para cuidar de la gente que busca refugio y por supuesto, para cuidar de la familia.
–Es aquí, abre la puerta cielo. –La madre de Emily abrió la puerta y entramos a un cuarto muy parecido al de Zoey.
–Papá no ha cambiado nada de mi cuarto. –La madre de Emily parecía feliz al decir eso.
El señor Stonel parecía molesto cuando depositó a Emily en la cama con dosel– Debes tener en cuenta que el viejo siempre pensó que te casaría con un pobre idiota, y que te quedarías la mayor parte del tiempo en su casa siendo su niñita adorada.
La madre de Emily me miro con tristeza– Papá iba a casarme con un joven muy amable pero… no tenía carácter, eso le molesta a Edward porque digamos que no le caía bien en ese tiempo pero tampoco me detestaba…
–Te he dicho un montón de veces que te amaba en silencio. –Nos hizo una seña cuando arropo a Emily– Vamos al cuarto de al lado.
Entré primero en la única habitación que estaba al lado, y luego por curiosidad salí un momento y mire hacia todos los lados pero no se veían más cuartos que los dos que estaban conectado por una puerta que apenas se notaba.
–Los únicos cuartos que hay son los que ves, los que están al otro lado del pasillo son los de mis suegros. Si, ya sé que es raro pero cuando veas el vestidor que Sheney tenía a los dieciséis te darás cuenta que ella en verdad necesitaba espacio, mucho espacio. –Comentó con algo de resignación, parecía haber una historia detrás de su comentario pero no dijo nada más.
–No quiero molestarlos pero si alguno me pudiera facilitar un móvil, podría llamarle a Heath. Se está encargando de algo muy importante para mí…
–Te estás divorciando, lo sabemos. –Lo mire sin entender– Heath me lo comentó hace días, no te preocupes yo le llamaré y le informare de tu estado.
–Iré a avisarle a papá que estás instalado. –Dijo la madre de Emily– Edward, voy a acompañarlos a él y a Mark mientras esperan noticias de Marcus, me preocupan.
–Adelántate.
–Si y Paul… descansa. –Con una última sonrisa salió del cuarto.
Sin más ganas de estar de pie me senté en la cama esperando lo que me quería decir pero no pronunció palabra.
–¿Por qué me trata tan amablemente? –Lo mire a los ojos mientras hacía las preguntas– Supongo que se imagina que Emily me esperaba anoche, la noche anterior ya nos habíamos estado juntos en su jardín a escondidas.
Lo vi bajar la mirada como si estuviera cansado– Me lo imagine cuando dijiste que lamentabas haberla dejado esperando. Francamente no me agrada que esté contigo pero al verla hace un rato dormirse tan tranquila entre tus brazos me dio que pensar, si mi hija confía tanto en ti debe ser por algo. Algo bueno debe haber en ti que aun no veo.
–La amo. –Dije antes de pensar cualquier respuesta inteligente, pero después de darme un momento, eso era lo más inteligente que representaba lo que sentía por Emily.
Él me sonrió– Eso ya lo veo, la has hecho sufrir pero veo por la expresión de tu rostro que tampoco has sido feliz.
Tragué ante esa afirmación, porque no me sentía vivo hasta que tuve las fuerzas para ir tras Heath, más bien cuando vi a Emily esperándome con las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes y supe que si la dejaba de nuevo bien podría morir para siempre porque sería lo mismo al estar sin ella.
–No, no he sido feliz hasta que volví a ver a Emily hace unas noches atrás. –Lo mire a los ojos porque no quería que creyera que era un cobarde o que mentía– Me sentía entumecido como si no sintiera nada…
–Vivías, lo sé porque así me parecía ver a Emily. –Me sonrió como si algo lo divirtiera– Voy a hacerte un trato y espero que lo aceptes. Te dejo bien claro que si no lo aceptas me obligaras a hacer algo muy… bajo.
Las dudas comenzaron a asaltarme pero las deseche– Bien, acepto cualquier trato que quiera a excepción de alguno que me aparte de Emily.
Él negó– No, lo que vamos a hacer es simple. Heath me ha comentado de tu situación, lo solucionaré todo. A cambio, te vas a casar con mi hija por todo lo grande. Para mi niña no habrá nimiedades, no lo hice con Zoey y no lo haré con Emily. Además, mi nieto necesita de un padre, ¿y qué mejor que su progenitor para esa función?
Abrí los ojos de par en par– Acep… acepto. ¡Claro que acepto!
Él asintió satisfecho– Me alegro, hubiera sido muy malo de mi parte borrarte de la vida de mi nieto. Pero debes saber que si en algún momento de la vida de mi hija la haces infeliz no tendré compasión contigo y hasta el infierno te parecerá el paraíso.
Asentí– ¿Qué debo hacer señor? –Pregunte más seguro de lo que había estado hace mucho.
–Nada, quédate aquí y procura que no te secuestren. Además necesitaré de alguien que cuide de mis mujeres mientras no estoy.
–¿Quiere que me mude a su casa? –Dije estupefacto.
–Si, eso quiero. Por ahora descansa. –Caminó hasta la puerta– Por cierto, mentí. Me colaba por esa puerta al cuarto de Sheney. –Dijo señalándola– Me gustaba observarla dormir.
Mire la puerta interesado y luego me reí– Le gusta tomarle el pelo a su esposa.
Se encogió de hombros– Cuando era un adolescente la molestaba porque no sabía que decirle pero cuando estaba dormida siempre fingía contarle sobre mi día… bueno, no es algo de lo que me sienta orgulloso. –Dijo algo molesto– No fui ni la mitad de arriesgado que ustedes, por eso me molestó que Zoey estuviera con Heath y en parte me molestaba que Emily este pasando por esto contigo, ella debería haber tenido su boda y luego haberse quedado embarazada, no al revés. –Se rascó la barba– Pero así son las cosas, ahora descansa.
–Gracias señor. –Dije acomodándome en la cama.
–De nada. –Salió tranquilamente de la habitación, cerrando la puerta con mucho cuidado.
Medite sobre mi vida y como estos meses me habían parecido tan difíciles, parecía casi un sueño que alguien me ayudara de buena voluntad. Aunque el padre de Emily solo quería su felicidad y eso me implicaba.
Me di la vuelta en la cama y después de un rato me levante, no había más que pensar. No podía dormir y lo que necesitaba para mi sueño estaba al otro lado de la puerta.
Entré sin llamar y procure no hacer mucho ruido, pero la puerta chirrió un poco al no haber sido usada en tanto tiempo, al parecer.
Emily dormía plácidamente en la cama, me acerqué y me quite la camiseta que cubría unos cuantos moratones que marcaban donde me había golpeado el bate de beisbol. Antes de entrar a la cama con ella, me quite los pantalones, hice una mueca al ver más magulladuras.
–Dame lugar amor. –La moví hacia un lado y luego la abrace, inmediatamente me correspondió el abrazo.
Recordé de pronto lo que me dijo su padre.
–Hoy fue un día bastante malo, ¿no crees? No me gustan los doctores y menos los que te ponen esas pomadas horribles y esos puntos. Si lo piensas no debí caerle muy bien al doctor aunque por eso prefiero cuidar de niños, lloran pero al rato te dan una sonrisa que te derrite. –Me toque la cabeza, tenía cuatro puntos de sutura en la cabeza cubiertos por el cabello, gracias a eso Emily no se había asustado– Lo mejor de este día es estar contigo, siempre es lo mejor. Sé que te lo he dicho antes pero ahora te lo vuelvo a decir, je t'aime pour toujours mon ange. Te amaré por siempre mi ángel. – Susurré.
–Te amo Paul. –Susurró entre sueños Emily, la abrace con cariño con un brazo y con la mano que me quedaba suelta toqué su vientre redondeado por los meses de gestación para que mi niño también recibiera el amor de su padre.
Y así nos dormimos abrazados, sin preocupaciones por el mañana.

miércoles, 10 de abril de 2013

No Wait: Capitulo XXXVI



–Te amo tanto Zack pero este no es buen momento para venir de visita. –En todo momento se mantuvo hablando hacia cualquier parte menos a mí.
–Yo también te amo pero debo decirte que mi horóscopo no decía nada de tiroteos. –Dije animado.
Jane no me contesto sino que coloco la mira y disparo– Entrada principal, limpia.
–Limpio… limpio… limpio… limpio… –Y así se continuaron avisando de todas partes en la radio que Jane llevaba en la cintura.
De pronto me miro y me sonrió con adoración, esa adoración que me era tan familiar ahora– Ya puedes salir de ahí, ya no hay problemas.
Habían cosas que no quería pensar y una de las que procuraba no hacer era, ¿qué hacían con lo que limpiaban? Estaba seguro que no implicaba escoba, pala pero quizás si un basurero, uno muy grande.
Salí con dificultad de entre el asiento y el volante– ¿Puedo conducir hasta tu casa?
Jane asintió– Normalmente avisas cuando vienes de visita, ¿Qué sucedió?
La atraje a mi y le di un beso– Necesito un favor.
Jane me miro encantada, le fascinaba que le pidiera cosas– ¿Qué necesitas de mí?
–Primero un beso más. –Me dio un beso dulce– Ahora necesito las imágenes de seguridad de la casa de tío Edward.
Jane me miro sin entender– Eso es fácil pero…
Le puse un dedo en la boca– Sin preguntas.
El puchero de Jane me produjo más de lo que esperaba, así que no evite el atraerla a mí y besarla de nuevo.
–Muévanse de ahí, ahora.
Mire hacia la ventana del copiloto– Hola suegro.
–Te he dicho miles de veces que no me digas así, ahora muévanse. –Nos sostuvimos la mirada por un buen rato antes de que se quitara de la ventana del copiloto– Vayan a la casa ahora y eso Zackary Stonel no quiere decir que vayas al cuarto de mi hija.
Asentí un poco reacio. Me separé de Jane y seguí el camino hasta la casa, algo difícil viendo a Jane acurrucada en el asiento del copiloto. De alguna forma sentía que era incorrecto que me pusiera tan caliente una chica abrazada a un arma.
–¿Quieres ir a mi cuarto? –Me dijo con esa vocecita que me encantaba– Por favor.
Le sonreí– Sabes que no suelo seguir las ordenes de tu padre y puede que me esté volviendo loco por negarme, pero esta vez no. Quiero ver las grabaciones de anoche y la noche anterior, ¿por favor?
Jane a mala gana me sonrió– Esta bien, vamos. Las grabaciones están en el subterráneo pero después quiero que me complazcas.
Nos bajamos del auto y luego la atraje hasta mí– Claro que te hare muchas cosas, pero después.
Me tomo de la mano y caminamos hasta una entrada lateral de la casa, pasamos por varios pasillos hasta llegar a una puerta la cual eral la entrada de una escalera de caracol.
Bajamos a la que bien podía ser otro piso de la mansión y continuamos pasando por pasillos hasta que nos detuvimos en una puerta.
–Que extraño. –Dijo Jane mirando fijamente.
Trate de ver lo que veía Jane– ¿Qué?
Jane me indicó la cámara– No es el ángulo correcto, la desviaron. –Paso a mirar la puerta pero estaba cerrada con llave– Esta puerta tampoco debería estar cerrada.
–Me estas preocupando Jane. –Mire nervioso hacia todos lados, porque si Jane decía que algo andaba mal, era que algo andaba mal.
El golpe desde el otro lado nos sorprendió a ambos, un golpe en seco casi sin sonido, solo un simple ¡paf!
–¿Tienes al fantasma de Canterville por aquí y no me lo habías dicho? –Trate de tomarlo con humor pero los golpeteos seguían.
Jane me miro y me hizo con una seña con su dedo para que guardara silencio– Esta pidiendo ayuda.
Jane se acerco y comenzó a golpear de la misma manera la puerta, golpes rápidos y otros lentos. Y cada vez que paraba recibía respuesta, al terminó del último golpeteo Jane acomodo su rifle con mira telescópica.
–Zack es mejor que te apartes de aquí, ponte por allá. –Le hice caso y cuando estuve lejos Jane voló la cerradura. No. Voló las cerraduras una por una.
–¿Qué esta sucediendo aquí? –Me gritaron al oído. Me aparte de un salto pero solo era mi suegro.
–No lo sé. –Contesté un poco nervioso por su cercanía.
–¡Papá pásame tu arma! –Jane corrió hasta su padre y le saco del hombro la escopeta de cañón doble y volvió a su trabajo.
Ambos corrimos hasta ella cuando aparto lo que quedaba de la puerta.
–¿Estás bien Paul? –Pregunto preocupada.
Me quede en shock cuando el tipo salió desaliñado y con aspecto cansado.
–Nunca creí que te debería algo. –Su voz se escuchaba rasposa– ¿Sabes hace cuanto llevaba gritando?
Jane le dio un golpecito en la frente como si fuera un niño pequeño– Nadie te iba a escuchar, esa habitación esta insonorizada. Solo se ha utilizado dos veces en la historia de la mansión y ha sido para mantener a gente muy peligrosa dentro, específicamente gente que no se quería fuera de esas puertas.
Paul la miro con mucho cuidado– Gracias a Dios fuiste Scout.
De pronto me di cuenta de lo que había pasado, estaban hablando en clave morse– ¿Hace cuanto estas ahí? –Le pregunte.
Paul me miro con dificultad– Recuerdo algo tu voz pero no logró…
–Soy Zackary Stonel.
–Ah, ya recordé quien eres. –Dijo después de un momento, asintiendo como si ahora todo estuviera más claro– Un idiota me secuestro y me tiro aquí, se aprovecho de que quede casi noqueado por un bate de beisbol de otro secuestrador después de ir a ver a Emily. Mon Dieu me duele un montón la cabeza desde ayer… o lo que creo fue ayer. –Paul miro a Jane– Gracias, no sabes cuanto te agradezco que me sacaras de allí.
Jane asintió– Creo que debes ir a un hospital y por cierto no fui Scout.
Su padre se acercó a mirarlo– Me parece que tienes una contusión, te llevaré al hospital.
Paul asintió con dificultad– Debo avisarles que me persiguen.
–Me quedaré contigo, Heath me mando a buscarte así que te cuidaré mientras estás débil. –Le dije ya tomando su brazo y colocándomelo en el hombro– ¿Me puedes decir quién era el secuestrador?
–¿El segundo? Porque el primero no recuerdo su rostro. –Paul miro a Jane– Pero el segundo era un hombre muy parecido a ella.
La mirada del señor Mark mostraba su clara sorpresa– No puede ser.
Mire a Jane que no estaba tan sorprendida, después de todo eran hermanos gemelos, muy parecidos– Bien, Paul te hiciste un enemigo. Ese era Marcus, quien ya daba por hecho que se iba a casar con Emily, por supuesto ella hubiera dicho que si hasta que apareciste tú y lo arruinaste todo.
Paul asintió– Últimamente mi vida no le agrada a nadie, debería lanzarme por un puente. –Su mirada cayó al piso como si no resistiera el peso de lo que pasaba por su mente– Puede que hasta mi hijo sea más feliz sin mí.
–Paul… –Comencé a decir.
–Primero vamos al hospital. –Dijo mi suegro algo apenado– Y descuida, te pondré una escolta. Jane, lleva armas que puedan entrar en el hospital. Vas a pasar la noche haciéndole compañía.
–¡Si, señor! –Jane corrió a donde sea que fuera por las armas.
–Vamos. –Tomo el otro brazo de Paul y se lo paso por los hombros– Vas a estar bien. Ahora estás bajo mi protección y de aquí no sale nadie sin mi consentimiento.
Trate de no mirar al padre de Jane, porque lo que cruzaba mi mente no era un pensamiento muy lindo sobre cómo salía la gente de la mansión.

–Siento que mi cabeza no esta bien. –Le dije a papá– ¿Me traes agua para tomar un analgésico?
Papá me miro durante un largo rato y miro a mamá– ¿Quieres traerle algo tú?
Mamá le sonrió– Yo iré a traer un poco de jugo con algunos aperitivos.
Les hice una mueca. Desde que me habían traído del hospital no paraban de mirarme sin hablar, como si fuera a desaparecer en cualquier momento.
–Genial, nosotros nos quedaremos aquí esperándote. Y, ¿podrías llamarle a Mark? Tengo un montón de llamadas perdidas de él.
Mamá asintió algo preocupada– ¿Le habrá pasado algo a papá? –No espero respuesta, sino que salió disparada hacia el pasillo.
Papá me miro algo incómodo, algo bastante extraño en él– ¿Vas a decirme qué paso? Por favor, no me digas que te quedaste dormida allí fuera porque no lo creo.
Suspiré– Una locura, eso paso. Me quede esperando una estrella fugaz ya que siento que me falta suerte en mi vida.
Los pasos apresurados de mamá interrumpieron a papá. Ambos nos levantamos, yo con algo de dificultad en mi estado semi humano después de todas las cosas que me habían inyectado en el hospital.
Mamá entro con la misma velocidad– Papá dice que debemos ir a su casa, tiene un nuevo huésped y dice que lo conocemos. Es urgente.
La mirada de papá mostró su extrañeza– ¿Es tan urgente? Emily no esta bien.
Mamá negó firmemente– Cuando papá da una orden, como ahora, espera que la obedezcan y lo sabes Edward. Quiere que estemos en su casa dentro de una hora y no nos lo va a perdonar si no estamos puntualmente allí.
Papá me paso un brazo por la cintura y me acercó hasta la cama– Descansa un momento y luego tu madre te ayudara a vestirte. –Miro a mamá– Espero que sea algo de vida o muerte para sacar a mi hija enferma de la cama.
–Espero que no sea así.
Después de una hora estábamos en el recibidor de la casa del abuelo, aun no lograba centrarme en lo que estaban conversando mis padres. Los malditos calmantes me estaban llevando al sueño aunque no tenía muchas ganas de dormir.
–¿Emily estás bien? –Me preguntó mamá a mi lado.
–Lo estoy, solo que de pronto me siento muy cansada. Creo que debí quedarme en casa esperándolos.
–No me hubiera gustado dejarte sola cariño. –Me reprocho mamá– Además si tu abuelo nos llamo con tanta urgencia debe ser algo importante, no te hubiera molestado de no ser así.
Mamá tenía razón, el abuelo hubiera ido personalmente a casa si hubiera sido algo sin importancia. Por lo que me preocupaba quien era ese invitado, aunque tenía un presentimiento de quien podía ser, pero esperaba con el alma que no fuera así.
–Vamos dentro de inmediato. –Dijo mamá.
Papá le frunció el ceño– ¿Qué me estas ocultando Sheney Stonel? Solo te pones así de nerviosa cuando estas escondiendo algo. Dilo.
Mamá comenzó negar pero ya era bastante evidente que iba a soltar una mentira, papá definitivamente conocía a su esposa.
–Paul está dentro, al parecer esta herido y en vez de llevarlo a un hospital, trajeron un doctor a casa. –Soltó de golpe mamá– O esa fue la orden de papá.
Los ojos claros de papá de pronto se oscurecieron– ¿Quién te dio la idea de mentirme?
–Lo discutiremos después Edward, por favor. –Los ojos de mamá no se apartaban de mí al decir “por favor”.
Después de tantos años, mamá un me veía como una niña que debía ser protegida en algodones.
Estábamos ya en el pasillo fuera de la oficina-estudio del abuelo, que estaba bastante aparte de los demás cuartos públicos de la casa. Nadie podía decir que estaba buscando la sala de estar si estaba por allí.
Entramos sin llamar, no por falta de educación. Bueno, quizás si. Papá entro echando fuego por los ojos que se veían más azules de lo que habían estado antes. Creí que se iba a dirigir a Paul que estaba a un lado de tío en uno de los sofás, que estaban a un lado del escritorio del abuelo. La sorpresa fue que se dirigió al abuelo.
–No le vuelva a decir a mi esposa que me mienta viejo. –Le gruñó al abuelo.
El abuelo le sonrió encantadoramente– Es y será siempre mi hija, se lo pedí como el padre que soy que por favor no te dijera la identidad de mi invitado especial.
Papá lo fulminó con la mirada– Es mi mujer y no me gusta que cree problemas entre nosotros.
Mientras ellos peleaban me acerqué a Paul que se veía bastante golpeado. Me vio acercarme pero no hizo ningún movimiento, incluso cuando toqué su cara con mucho cuidado.
–¿Qué te paso? –Pregunte en voz baja.
Paul hizo una mueca pero mantuvo mi mano contra su rostro– Digamos que tuve un percance con un bate de beisbol y un matón.
Me senté a su lado y lo abrace– ¿Estás bien?
Paul cerró los ojos– Ahora si.
–¿No te estarás aprovechando mocoso? –Dijo papá– Estoy aquí intentando llamar la atención de mi suegro y tú estás ahí tratando de aprovecharte de mi niñita.
Paul seguía con los ojos cerrados– Me siento tranquilo.
Tío Mark miro apenado el suelo– Intentaron secuestrar a Paul al salir de tu casa pero fracasaron, quién no fracaso fue Marcus. Lo secuestró y lo encerró en una de las cámaras del subterráneo, cabe decir que Jane y Zackary lo encontraron hace algunas horas por casualidad. Eso es un resumen muy breve.
Papá miró a Paul preocupado– ¿Cómo te encuentras?
–Cansado, siento que estuve una semana ahí dentro. –Lo abrace con mucho cuidado. No sabía donde más tenía moratones, la camiseta que llevaba era de manga larga– Lamento haberte dejado esperando.

lunes, 1 de abril de 2013

No Wait: Capitulo XXXV



Salí a la misma hora que Paul me había llamado la noche anterior. Espere y espere pero no paso nada, nadie salió de entre los árboles para preguntarme sobre mi respuesta. Al final solo quería estar seguro de que estaba embarazada, nada más.
–No valgo tanto.
Rompí a llorar y así me encontró el alba.
–¡Emily! ¿Qué haces ahí sentada? Hace frío, hace cuanto estás ahí. Emily, ¡Emily!
Quería decirle que estaba bien pero tanto frío que solo me quede ahí sentada con las lágrimas secas pegadas en mi cara, como un signo de lo confiada que había sido de nuevo.
Sentí las manos de papá y de nuevo creo que lo escuche gritar.

–Wake up… Wake up… Wake up…
Teléfono de mier…
–¡Aló! –Grite a quien quiera que estuviera en la otra línea. Solo esperaba que ese alguien no fuera mi Jane, o yo mismo me golpearía por insultarla.
–Que mal genio tienes cuando despiertas, ¿cómo has estado primo? –Se rio un hombre.
Me frote los ojos con cansancio, aun no lograba entender quien era el que estaba llamando, pero no me agradaba que estuviera tan feliz por la mañana.
–¿Qué dijiste? –Le pregunte molesto.
–Zackary, sé que no eres una persona madrugadora pero haz un esfuerzo y habla con Emily, no nos contesta el teléfono y tampoco mis suegros.
Heath.
Era Heath, ahora recordaba que antes de despedirnos en Francia le había dado mi número privado y de la casa por si necesitaba hablar con alguien o por si quería venir de visita.
–Heath imbécil, ¿me despertaste solo para eso?
–No, solo quería saber que la familia de mi esposa estaba bien y no darle algún motivo para que se ponga de parto cuando trate de llamarlos cuando se despierte y estos no les contesten.
Bostece– Bien, voy a ver que sucede.
Salí de mi cuarto y baje hasta el salón comedor, como siempre mamá estaba desayunando, lo extraño era no ver a nadie más.
–¿Dónde esta la gente?
Mamá me miro preocupada– Emily se quedo fuera anoche y tiene una fiebre horrible, Edward la llevo al hospital y tan pronto lo supieron tu abuelo y tu padre también fueron. Me quede aquí esperando. Espero que este bien.
Eso me quito todo el sueño– Heath, Emily esta en el hospital, tiene demasiada fiebre así que la familia esta con ella.
–¡Maldición! ¿Fue eso en verdad? Paul fue a encontrarse con ella antes de ayer y aun no me ha llamado, ¿no sufrió alguna lesión Emily?
Pestañee desconcertado– ¿De qué estas hablando? No entiendo nada.
–Cuento corto; Paul busca separarse de su mujer, pero su suegro un viejo millonario y que no le gusta que lo contradigan se opone a eso, todo lo contrario quiere que Paul vuelva y le de un heredero. Hace una semana y media lo mandó secuestrar de mi casa y casi hace que mi Zoey tenga un parto prematuro por el susto, con Ed y Paul terminamos algo rasguñados. Por eso te pido que revises a Emily, ¿en verdad es solo fiebre?
A pesar de que era temprano procese la información a velocidad luz y corrí hasta mamá.
–Ma dime, Emily solo tiene fiebre o tiene alguna lesión.
Mamá me miro desconcertada pero respondió– Solo tiene fiebre, Edward dice que por lo visto se quedo sentada toda la noche en el jardín, llorando.
Suspiré aunque no menos aliviado– Ya lo tienes, la muy tonta se quedo llorando…
–Esperando. –Me interrumpió Heath– Paul debe de haberse juntado con ella la noche anterior y por alguna razón no llegó a su encuentro ni me ha llamado para informarme, puede que ahora este en Francia…
–O puede que los guardias custodios de la mansión lo tengan retenido, nadie entra aquí o a la casa de tío Edward sin pasar por ellos. –Solté sin pensar, pero era algo demasiado de novelas– O puede que nunca llegara a juntarse con ella y solo buscas excusar a tu amigo.
Escuche un golpeteo del otro lado– O puede que tengas que ir a ver a Emily y preguntárselo, lo haría yo pero la condición de Zoey no me permite irme de su lado ni por tres horas. El doctor dice que Heather va a nacer en cualquier momento, fue un milagro que no lo hiciera hace en días.
Me preocupe– ¿Tiene dolores?
–No, pero esta nerviosa. Anoche le di unos té herbales para que lograra dormir, por favor anda a ver a Emily. Entre ella, Paul y Zoey me están destrozando los nervios.
Me rasqué la cabeza, no quería comprometerme con nada pero debía admitir que el tipo me caía muy bien.
–Bien, iré a ver a Emily y veré que puedo hacer por tu amigo. Voy a mover cada piedra que pueda para conseguir que aparezca.
–Te debo…
–No me debes nada, somos familia y la familia se ayuda.
–Gracias Zack.
–Te llamaré en la noche. –Dije al terminar la llamada.
–Cielo, ¿qué fue esa conversación tan rara? –Me pregunto mamá bastante interesada.
La mire con inocencia– Nada, ahora voy a vestirme para ir a visitar a mi prima al hospital, de seguro me extraña y me llama entre sueños.
Mamá se rio– Lo dudo, pero ve y llámame cuando sepas algo de ella, me preocupa.
–Claro, claro.
Corrí escaleras arriba hasta mi cuarto y me cambié por unos vaqueros y una camiseta, busque por todas partes hasta encontrar mi cazadora. Una vez listo salí disparado a ver a mi prima.

No tenía para que haberme apurado, le envié un mensaje de texto a Heath diciendo; “Em esta durmiendo”. Y otro a mamá; “Esta bien, duerme pero esta tranquila”.
Mire a todos los que estaban en el hospital, Papá, el abuelo, tío Edward y tía Zoey además del abuelo de Jane con su esposa, y…
–¿Qué hacen aquí ustedes mocosos?
Alex me sonrió de esa única forma que lograba irritarme– Robin me obligo a venir apenas me desperté.
Robin me frunció el ceño– La misma pregunta te la podría hacer yo a ti.
Moví mi dedo frente a ella– No, porque a mi me envió Heath a ver que pasaba y porque sus suegros no contestaban el teléfono.
Tío Edward capto mi atención– ¿Le paso algo a Zoey?
Quería decirle que si, que había estado a punto de dar a luz por unos bandidos pero me lo pensé mejor y preferí algo más suave para contar.
–El doctor dice que Heather nacerá en cualquier momento, al parecer eso es lo que quería avisar Heath.
Tío Edward me miro asustado, junto a tía Zoey. Aunque si miraba el esquema completo no eran los únicos que lucían así. Eran todos.
Levante las manos– Tranquilos, esta bien. No tiene dolores ni nada, es solo algo que el doctor le dijo a Heath.
–¿Por qué ese mocoso no me llamo a mi móvil? –Me miro furioso.
Trate de no sentirme preocupado por la cara de enojo– Al parecer no conectaba, trato de llamarlos a cada uno pero ninguno respondía.
Ambos, tío y tía revisaron sus teléfonos solo para darse cuenta que no tenían señal.
–Iré a llamarle fuera, ¿vienes Sheney? –Le preguntó tío Edward a tía.
Tía parecía no saber que hacer hasta que su papá la empujó hasta tío, entonces ella asintió y salieron de la sala.
–Juro que mi hija sigue siendo tan linda. –Dijo el abuelo de Jane.
–Y tú sigues siendo un baboso, nunca la castigaste. –Me sorprendió el abuelo con su comentario y creo que más al señor Jason.
–¿Por qué debería haber castigado a mi ángel? Ella era pura e inocente hasta que tu mocoso se metió en su vida. –Dijo fervientemente.
El abuelo le sonrió de forma perversa– Mi hijo era rebelde pero era y es un muchacho decente.
El señor Jason se mofo– Tu hijo vive para intimidar gente.
–Mi hijo es un abogado de prestigio. –Le gruñó el abuelo.
–No te mientas Alfred, ni a ti te gusta lo que hace. –Dijo el señor Jason con saña.
El abuelo se le acercó– Mi hijo es muy bueno en lo que hace. Además, ¿vienes a decirme que mi hijo vive de intimidar? Si tu hijo vive de aterrorizar gente.
El otro se le acercó también– Mi hijo fue militar y ahora dirige la compañía de seguridad, sin decir que Henry es muy bueno en sus negocios también.
El abuelo movió su mano con desinterés– No tengo nada contra Henry, él ha sabido cuidar de mi pequeña Jessy. Pero no compares a mi Edward con Mark, mi hijo sobresale.
Mire a papá cuando la pelea estaba apunto de pasar de verbal a física y me lleve un susto al ver que estaba grabando.
–Esto es algo que le va a cambiar la cara a mi hermanito, ni te imaginas. Por fin lo voy a ver sonrojado. –Me susurró encantado.
–No eres mejor que ellos, ¿sabes? –Le dije regañándolo.
Él solo se encogió de hombros–No pretendo serlo.
Mire hacia atrás y llamé la atención de papá. El tío Edward estaba parado al lado de la abuela con la cara completamente roja.
Papá no perdió la oportunidad y le saco una foto.
Se aclaró la garganta– ¿Podrían parar de pelear? Ustedes dan más problemas que mis hijos, ¿saben? –Mirando a su suegro inclinó levemente la cabeza– Lamento que aun no crea que estoy a la altura de su hija.
El señor Jason le sonrió– Para nada hijo, me encanta sacarle el instinto protector a tu viejo, me hace sentirme bien. Tu siempre has sido lo mejor para mi hija, la has cuidado y amado, y me has dado nietos lindos.
Papá volvió a hacerle una foto a tío Edward, quien ahora si estaba muy avergonzado.
–Juro Zack que te debería aplastar la cabeza contra la pared por esas fotos.
Papá le sonrió– Inténtalo mocoso, nunca pudiste ganarme en una pelea.
–¿Quieres…?
Todos vimos a la enfermera salir del cuarto de Emily– La señorita se encuentra mejor, ya despertó y la fiebre esta bajando.
–Podemos pasar a verla. –Pregunto con ansias el señor Stonel.
La joven asintió y ese fue el comienzo de una procesión de gente al dormitorio de Emily, yo fui el último en entrar.
Estaba pálida y sus ojos azules se veían anormales por el color rojo y la hinchazón pero no perdía su belleza natural.
–Hola, te ves horrible. –Le dije a modo de saludo.
–Gracias por no decirme lo imbécil que he sido al quedarme sentada fuera en mi estado.
Me senté en su cama– ¿Te encontraste con Paul?
Emily me miro asustada– ¿Cómo lo sabes?
Maldito Heath por tener razón– Heath me dijo que Paul tenía planes para reunirse contigo antes de ayer, pero después de estar contigo no ha tenido noticias de él.
Emily me seguía mirando asustada– Después que nos vimos se fue corriendo, me dijo que nos encontraríamos de nuevo anoche, pero no llegó. ¿Quieres decir que algo le paso?
No quería ser tan pesimista pero si el había quedado con ella… solo había que sumar uno y uno.
–Es probable. –La mire interesado por algo– Si lo estabas esperando sentada en tu jardín, eso quiere decir que, ¿se encontraron allí la noche anterior?
Emily asintió– Si, llegó corriendo de ninguna parte y estuvimos hablando allí.
Por Jane conocía muchas medidas de seguridad que se empleaban en la casa– ¿Cómo pudo saltarse las cámaras de seguridad y los sensores de calor?
Emily me miro como si no entendiera nada– ¿Hay sensores de calor?
Asentí, eso también me había impresionado bastante– Si, los implementaron hace poco, están en la base de los árboles, por lo que no se ven.
La mire mientras jugaba con las sábanas– No lo sé, pero también había pensado en eso pero creí que era mi imaginación.
Chasquee los dedos en frente de ella– No te pongas así, voy a ver las imágenes de seguridad. Ser novio de Jane me da ciertos privilegios, además que de esta forma tendré una excusa para aparecer en su casa.
–Zack, por favor ve que sucede. Quiero verlo de nuevo. –La mire de mala gana pero se lo debía, sin ella nunca me hubiera declarado a Jane.
Me levante de la cama y fui a hacer mis mandados, porque eso parecían. Me despedí con una seña de todos y corrí hasta mi auto.
Quien diga que es fácil acceder a una mansión, miente descaradamente. Es difícil para los conocidos y más difícil para los desconocidos. Eso me lo decía el operativo que estaba presenciando cuando llegué. Abrí el vidrio del copiloto por una seña de un guardia y de pronto entro una figura que bien conocía.
–Estamos bajo asalto así que, quédate abajo mientras yo te cubro. –Terminó de decir Jane haciendo sonar su rifle al cambiar munición.
–Adoro cuando haces eso. –Dije desde la seguridad de mi posición.