domingo, 29 de julio de 2012

Werewolf: Capitulo XVI "Adiós"

>>Megan<<
Subí a prepararme para la ceremonia a las doce del día y me sorprendí encontrarme a la madre de Jay, la madre de Fred, que ahora sabía que se llamaba Elizabeth y a la Nana Vi. Cerré la puerta detrás de mí, no sabiendo si quedarme o huir hacia el lado contrario. Las mire esperando que dijeran pero nadie me hablaba.
–¿Puedo ayudarlas en algo? –Todas me sonrieron– ¿Si?
La madre de Jay me agarró del brazo– Nos pusimos de acuerdo en algo, ven al baño con nosotras, hoy vas a comenzar a representar el papel que tan gustosa aceptaste.
Mire a las dos mujeres que nos seguían– ¿Alguien sabe de que habla? Porque yo no.
Elizabeth me sonrió– Lamentablemente si, vamos a dejarte bella querida.
Nana Vi asintió– Vas a ir del brazo de Jeremy Wolf, no puedes lucir menos… ya sabes.
Negué desesperada– No tengo idea de que hablan.
Stephaniel me hizo sentar en un banquito. Esto estaba preparado. Me tome las manos y rece.

>>Jeremy<<
Lo sentía dar vueltas y vueltas dentro de mí, rondando en mi mente. Nunca se iba a ir, no de nuevo.
~Nunca~
Me removí incomodo frente a mi piano, lo ignore, ese maldito me hablaba cuando quería ¿por qué mi lobo no era mudo?
~No~ Me dijo.
Volví a tocar. La biblioteca había estado echa un desastre pero con un poco de esfuerzo Fred y yo logramos poner orden. Mi piano se había salvado por puro milagro de que un librero le cayera encima. Moví mis dedos en las teclas disfrutando del sonido.
Mire la hora en mi reloj, había tenido poco tiempo para vestirme cuando mi madre me había lanzado fuera de mi habitación con la excusa de que necesitaba mi cuarto para mi Megan. No sé que tanto tenía que hacer ahí pero no se cuestiona a mamá.
–¿Cuándo piensas ordenar tus papeles? Están todos por el piso. –Me dijo Fred pateando algunos papeles, iba a decirle que con eso no me ayudaba pero…
Me encogí de hombros– ¿Eso es un ofrecimiento Fred? Porque lo acepto.
Fred volvió a patear otro montón de papeles– Nop, dile a Megan. –Dijo– Tal vez ella acepte gustosa ayudarte, es más insisto en que le preguntes. Te lo imaginas.  –Lo mire esperando que iba a decir– Con una faldita y un delantal pequeñito…
–Para ahí, estas hablando de mi hembra tarado. –No pude evitar reírme– Tonto.
Fred se sentó en un sofá que levanto del suelo– A propósito, ¿Dónde está Megan? No la he visto desde hace más de media hora.
Me di la vuelta en el banquillo– Está arriba con mi madre, al parecer quería ayudarla a arreglarse, dijo que era mejor que se acostumbrara desde ya a ser mi mujer.
Fred me dio una mirada rara– Vaya, dieciocho años y ya te comprometiste con una mujer.
Me encogí de hombros– Recuerda que Franco va a ser papá dentro de poco, ese esta en un lío y que Daniel esta comprometido desde antes que yo con su Lily. Comienza a pensar en ello porque solo faltas tú y Mark. –Tome mi teléfono, Daniel me debía una charla muy importante– Recordando… tenemos que hacer unas reformas.
Fred se levanto de inmediato– Toda tu casa necesita una reforma. –Hizo un gesto chistoso– ¿Crees que Stephaniel querrá contratar a mamá para que rediseñe el castillo?
Me aclaré la garganta– ¿Cómo estas con eso? –Su mirada se perdió por un momento, cerré los ojos un momento concentrándome en él– Lamento que te duela de esa manera.
Un golpe me cayó en la cabeza– No me gusta que hagas eso, me siento raro. –Le sonreí esperando a que hiciera lo mismo– Sabes, cada vez que los veo siento ganas de tirar algo al piso, miro a mamá y me da pena verla tan triste, pero… no se podía evitar ¿cierto? Son pareja según el abuelo y con eso no se juega.
Asentí– Si, yo también escuche eso. Tampoco me siento muy bien al verlos juntos pero, una vez los vi abrazándose, vi como tu padre veía a mi madre y fue, como yo miro a Megan; No puedo quitar mis ojos de ella cuando nos encontramos, así estaban ellos. Por eso sé que ellos deben de estar juntos.
Fred comenzó a pasearse de un lado a otro– Pero… aun no entiendo como Steph paso a ser normal… –Le hice un gesto con la mano, haciendo los colmillos, por su cara pude ver que entendió– Oh, creo que ya no haré más preguntas.
Ambos nos volteamos al escuchar los pasos que se acercaban a la puerta. Era mamá, nadie caminaba de esa forma tan… peculiar, como si diera pasos cortos y veloces y la seguía alguien de cerca.
–Toc toc. –Abrió la puerta de par en par en un solo golpe, menos mal que habíamos afirmado los goznes– Tenemos una sorpresa para Jay, Elizabeth déjala pasar.
Ambos nos miramos sorprendidos. La madre de Fred entró con Megan y me quede con la boca abierta.
Megan me miro interesada en mi reacción, le di una sonrisa encantado con lo que veía. Mi Megan estaba vestida con un traje negro con falda, una falda muy corta y una blusa con escote. Babee.
~Mía~
~Cállate– le dije, que inoportuno.
Me concentré en Megan que me sonreía. Corrió hasta mí, y di gracias por mis reflejos cuando se tropezó con sus propios pies, esta era la primera vez que ella llevaba zapatos de tacón alto. Que tierna.
La tome entre mis brazos– Cuidado mi amor.
Me sonrió encantada– ¿Te gusta como me veo? –Baje la cabeza y la bese hasta levantarla del suelo. Se separó de mí por lo abucheos de los demás– ¿Eso es un si?
La bese en la frente– Si.
Mamá nos separó de pronto– Le vas a correr el maquillaje y nos costó mucho dejarla tan linda, ahora. –Tomo mi mano para ver la hora en mi reloj– Tenemos un compromiso, Fede ya me aviso que tenía todo listo, nos vamos a encontrar con ellos en la ceremonia. –La mire interesado– ¿Qué? Vamos, Fred tú vas con ellos, nosotras nos vamos en mi auto junto con Victoria y tu abuelo.
La madre de Fred hizo una mueca– Si me mareo va a ser tu culpa.
–No seas niñita, Victoria ya nos esta esperando con los niños así que bajemos. Muévanse. –Nos dijo y salió con la señora Stonel.
–¿Qué diablos esta pasando? –Fred me pregunto– ¿Cómo es que no se están matando? Antes de ayer mi mamá casi mata a Stephaniel y ahora…
Le di un toquecito a Megan– No sé Jay, de pronto ellas estaban en tu cuarto y ya estaban así, tienen una relación cordial o por lo menos eso sentí.
–¡Tú también! –Grito Fred.
–Sip, ahora me siento algo mareada y para colmo ando con tacones altos.
–Yo te sostendré. –Le dije– Ahora debemos ir o nos cerraran la puerta en la cara ¿no?
Megan frunció el ceño– Que lo intente.
Con ese comentario me tomo de la mano y partimos al cementerio.
No me agradaba el lugar, no me agradaban los recuerdos que tenía allí y no me agradaba el que hubiéramos perdido al padre de Megan, no me agradaba el darle el adiós un día nublado cuando él disfrutaba de los días soleados.
~A nadie le agradan~
~¿Por qué rayos eres tan elocuente?
~Mitad y mitad~
~Ayer no eras así.
~Poco a poco la conciencia llega~
Un escalofrío me recorrió la espalda. Me sentía como un loco, hablando con mi “otro yo” solo faltaba que comenzara a golpearme contra la pared cuando peleáramos.
Megan puso su mano en mi brazo– ¿Estás bien?
Puse mi mano sobre la suya– Si, ¿Cómo estás tú Fred?
Fred estaba pálido– Recordando a Ben. Y esto esta tan silencioso.
–La ceremonia será en la capilla del cementerio. –Los tres miramos a la derecha en la entrada.
El cementerio estaba a las afueras de la ciudad, un lugar lúgubre, mausoleos aquí y allá, lapidas pequeñas y simples, otras con formas de ángeles guardianes. A la derecha por la entrada se encontraba la capilla mezcla de gótico y barroco; muchos vídriales y cosas exageradas. Caminamos hacia allá después de estacionarnos fuera del cementerio. Mamá ya había llegado.
Megan y yo nos tomamos de las manos y caminamos juntos, Fred caminaba detrás de nosotros algo reticente.
–Alguien esta nervioso. –Me dijo Megan supuestamente a escondidas– Y algo…
Fred le tiro un mechón de cabello– Deja de hacer eso.
Megan se rió pero yo podía sentir sus nervios a flor de piel y miedo. Ella no quería estar aquí y no la culpaba, iba a darle el último adiós a su padre.
Ya en la puerta tuve que empujarlos a ambos, y no me sorprendió el que fuéramos los últimos en llegar. Entramos lentamente, volví a tomar a Megan de la mano y le di una mirada asesina a mi amigo que estaba a punto de correr en dirección opuesta.
–Dios, no quiero estar aquí. –Me susurró nervioso.
De pronto di un paso atrás y puse mi mano en su espalda y trate de transmitirle fuerza. No me di cuenta de lo que hacía hasta que Fred dio un suspiro de alivio. Megan me dio un guiño, que traduje como un; bien hecho. Busque a mamá con un rápido barrido con la mirada y la encontré sentada en la segunda fila, justo detrás de Gladys. Hice una mueca cuando Megan se fijo que Gladys estaba en el puesto de los dolientes.
Gladys fijo su mirada en Megan de inmediato– ¿Cómo te atreves a llegar tarde a la ceremonia fúnebre de tú padre?

>>Megan<<
Mire a Gladys con la frente en alto y me senté a su lado, tire de Jeremy que no se sentía muy cómodo y como si fueran uno, Fred se sentó a la vez.
Escuchamos en silencio las palabras del padre y de varios compañeros de papá, la misma Gladys subió a decir unas palabras. No me dieron la oportunidad. Me sentí rechazada al observar las miradas atentas de los amigos de papá y más cuando al salir varios le dieron su sentido pésame a Gladys, como si ella hubiera sido su esposa.
La ceremonia había durado una hora y media. Ese había sido el adiós de mi padre por parte de sus amigos.
Varios de los compañeros de papá cargaban del ataúd, los seguimos lentamente. O eso me parecía a mí, todo estaba ocurriendo como en una película y sino fuera por Jeremy probablemente no me hubiera mantenido en pie.
De la nada apareció una flor blanca en frente de mí. Levante la cabeza y me encontré con la cara del abuelo de Fred.
–Un adiós merece una flor, no importa quien muere siempre agradecen un pequeño gesto en el más allá. –Tome la flor sin saber que decir– Un narciso siempre es bello.
–Gracias.
El abuelo de Fred siguió caminando con nosotros– No te dejes humillar por esa mujer, te guarda rencor por ser la única que llenaba el corazón de tu padre.
Lo mire anonadada– ¡¿Qué?!
–Soy bastante perspicaz y estuve escuchando por ahí. Solo eso. –Se encogió de hombros– Dale esta flor a tu padre cuando lancen la primera palada.
Así como llego se fue, lo perdí de vista entre la gente.
–Es una tradición entre los Stonel. –Me dijo Fred– Darle un narciso a uno de los nuestros. Supongo que ya te adopto como nieta.
–¿Por qué? No entiendo. –Le fruncí el ceño, ya estábamos llegando.
–Hay un lío pero eso te lo explico después, ahora corre.
Mire adelante y me apresure junto con Jay a llegar junto al ataúd. Gladys volvía a estar al frente, sin dejarme amedrentar por sus actitudes me quede ahí.
–…Que tu espíritu encuentre la paz junto a Dios. –Dijo el padre y comenzaron  bajar el ataúd.
En cuanto llegó abajo el sepulturero lanzó la primera palada y lance el narciso.
–Adiós papi, te amo y espero verte un día… todavía me debes un día libre y una cena en el mejor restaurante por mi mayoría de edad…
No pude decir más, mi garganta se atoro y comencé a llorar. Ya no lo vería más, nunca más tendría sus abrazos y sus besos, sus ataques de celos que tanto me molestaban. Nunca más. Nunca más escucharía su voz diciéndome que era su princesa y que me amaba, ya nunca podría decirle que la culpa era de los que no nos entendían, cada vez que salíamos a jugar beisbol al parque. Nunca íbamos a hacer algo juntos otra vez.
 Deje que Jeremy me abrazara y me alejara.
Camino al auto comencé a escuchar al resto.
–Gladys dijo que la muchacha era un desastre, siempre le causaba problemas a Henry.
–Si, hace poco voló el laboratorio de su colegio.
–Siempre la veía en la jefatura de policía, y no de visita.
–Gladys siempre tenía que ir al colegio a firmar papeles y detenciones.
–Un desastre, un desastre.
Me sequé las lágrimas y seguí caminando. No les daría el gusto de verme débil y que vieran que sus comentarios hacían mella en mí.
–No les hagas caso, no merecen tu atención.
Bufe– Ojala no los escuche tu madre o creerá que soy una mala influencia para ti.
Escuche una risita detrás de mí pero no me gire hasta que una mano se poso en mi hombro, que Jeremy la quito de inmediato.
–Quita la mano Mark o te la rompo.
Mark me abrazo– Que celoso, Megan si te aburres de él ya sabes, yo estoy disponible.
Jeremy lo apartó– Déjala, ¿qué haces aquí?
Mark me revolvió el cabello– Vinimos a apoyarte, perdón, a apoyar a la hembra alfa. –Se encogió de hombros feliz por algo– Franco me dijo que hoy sería el funeral así que, aquí estamos.
Mire detrás de mí y venía Daniel con Lily y otro chico, ese era Franco aunque no recordaba bien su rostro. Ambos chicos estaban vestidos con trajes negros, aprecié el gesto de que estuvieran aquí por mí, en especial de Lily que me hacía señas.
–Hola Meg. –Le sonreí a Daniel, también estaba radiante– Bonito día para un nuevo comienzo.
Franco le dio un codazo– Acabamos de asistir al funeral de su padre, eres un insensible.
Me aparte de Jay y Mark y camine hasta Daniel para tomar sus manos– Gracias por salvarme anoche de ese lobo, en verdad te lo agradezco. –Me voltee hacia Lily– Me alegra mucho que estés aquí, gracias por haber venido.
Ella hizo unas cuantas señas raras, Daniel la miro y me sonrió– Dice que esta aquí porque te considera su amiga y porque este no es un momento para que estés sola.
Daniel me revolvió el cabello– Por mi parte, no des las gracias por ambas cosas ya te dije que no me parece eso de lastimar a las amigas de mi Lily. –Como si se hubiera acordado de algo busco en sus bolsillos– Dame un momento, aquí esta. Mi Lily hace cosas artesanales, le gusta mucho hacer pulseras y me dio esta para ti, ella no tenía donde guardarlo con ese vestidito. –Lily le dio un tirón de orejas y comenzó a hacer señas de nuevo– Dice que es un dije de amistad y que con él espera que aceptes su amistad.
Tome la pulsera que me estaba tendiendo, estaba llena de pequeñas pelotitas con dibujos de lunas y estrellas, me la coloqué de inmediato. Mire a Lily y jale de ella en un abrazo.
–Gracias, claro que quiero ser tu amiga eso me alegraría mucho pero debes de enseñarme como hacer eso, –Hice unas señas– No quiero hablar de cosas intimas con Daniel a mi lado.
Los chicos se rieron y Daniel asintió solemnemente– Yo no quiero escuchar que dice mi Lily de mí. –Hizo tronar los dedos y jalo a Lily hasta sus brazos– Puedo llevarte a que la visites pero te advierto que sería una visita corta, a tus padres no le gusta que estés mucho tiempo fuera.
Lily asintió y me sonrió de nuevo.
– Quizá pueda ir a verte yo.
–Me siento algo rechazado. –Dijo Mark– ¿Ustedes no?
Los mire, los cuatro chicos se veían muy guapos y todos se veían tan diferentes. Mark se veía divertido, Franco se veía aburrido, Fred se veía Interesado y Jeremy… estaba sonriéndome con un brillo especial en el rostro, me acerqué y le di un beso en la boca.
–Uh. –Dijo Mark en mi oído– ¡Auch! Jay eso dolió.
–Yo también te hubiera golpeado si te pones así de cerca de mi hembra. –Le dijo Daniel.
–Opino lo mismo. –Dijo Franco.
Recordé algo– ¿Cómo está Grace?
Y por primera vez vi a Franco sonreír– Hermosa, increíblemente bella. –Saco su billetera y me mostró una foto– Esta es mi Grace cuando estaba de cuatro meses, hace tres días cumplió los siete meses.
Mire la foto, esa chica la había visto antes en el instituto, y la recordaba porque era difícil olvidar a una chica pelirroja y que además tuviera el cabello rizado. Mire a Franco que era un chico de un metro ochenta, con el cabello oscuro y la tez morena y unos ojos verdes.
–Y ¿qué es? Niño o niña.
Franco tomo la foto y la guardo– Niña, y mi pequeñita se mueve cada noche por lo que mi pobre Grace no me deja dormir.
–Niños, niños, es hora de irse. –Stephaniel le quito la billetera a Franco– Que linda, ¿por qué nunca me la has presentado?
Franco se sonrojo– Lo siento señora.
Steph le piñizco la mejilla y se quedo quieta un momento mirando a la nada, cuando volvió a sonreír lo piñizco más fuerte– No importa, tu bebé va a nacer sana y salva y… tengo el presentimiento que antes de terminar el mes la tendrás entre tus brazos.
Franco se puso pálido– Si me disculpan, tengo que acompañar a mi Grace en casa. Adiós Megan, chicos, señora.
–Adiós, conduce con cuidado. –Nos miro– Creo que antes de terminar la semana… ¡Ups! Lo lamento Mark, Daniel, Lily querida pero nosotros tenemos un compromiso en casa. Fred tú madre y los niños ya se fueron con tu abuelo, nos vamos con tu padre. –Se dio la vuelta y se fue.
–A veces me parece que es un pequeño general en miniatura. –Dijo Mark.
Jeremy le dio un golpe– Vamos chicos.

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