martes, 10 de julio de 2012

No Wait!: Capitulo VI



Corté la llamada. Sin más me levante y comencé a sacar ropa del armario y a meterla en una maleta, no quería perder tiempo.
–En verdad vas a ir. –Era una afirmación.
No me distraje de mi trabajo para contestarle– Si, porque me merezco una explicación. –Metí mi ropa con más cuidado– Y porque… no dejo de pensar en él. No logró sacarlo de mi cabeza Jane, por más que trato y trato, él siempre esta conmigo. A veces me encuentro pensando en como estará y si le irá bien con su consulta o a cuantos niños habrá ayudado... –La mire y sonreí al ver que Jane estaba abrazada a una almohada haciendo pucheros– Estoy tan mal Jane, necesito hacer esto pero no por lo que piensa Heath, no voy a mendigar amor, quiero exorcizar a Paul de mi mente y… definitivamente de mi corazón.
Jane asintió– Pero no puedes ir sola. –Comencé a negar pero ella me dio una mirada helada– Ahora mi amiga y prima, eres una persona importante. Eres una rica heredera por la que tu abuelo daría toda su fortuna, hasta ahora no te has dado cuenta pero siempre tienes guardaespaldas a tu lado. No puedes simplemente irte así como así, debes tener protección.
Me quede helada, él abuelo no me había dicho nada de eso. Nada. ¿Tenía guardaespaldas? ¿Desde cuándo?
–¿Cómo sabes…? –No seguí preguntando al ver como negaba con la cabeza– El tío Mark los suministró.
Jane asintió– Exacto.
Mi humor se desinflo– Entonces qué hago.
–En vista que no vas a ser la esposa de mi hermano… –Jane se puso a pasear por el cuarto– Puedo hacerte un favor si tu me haces uno a mi.
La mire inquisitivamente– ¿Qué favor?
Jane se puso a dar saltitos– Eso es un si, ya no puedes echarte para tras.
–¿Dónde quedo el amor hacia tu hermano? Porque lo acabas de vender por un favor.
–Lo quiero pero no te puedo obligar, y menos si no lo amas. –Me dijo con sencillez. –Luego siguió saltando.
Tuve que usar mis dos manos en sus hombros para detener sus saltos– Jane, mírame.
Jane me miro por fin– Bien, como vas a arruinar mi alegría porque hayas aceptado.
Le puse mis manos en la cara para mantener su atención– ¿Cuál es el favor?
Jane se dejo caer en la cama– Tienes que hacer que Zackary salga conmigo. –La mire como si estuviera loca– ¿Qué? Él nunca habla conmigo… parece que no le agrado y quiero que me des la oportunidad de demostrarle que no soy una chica tonta como con las que sale.
Me reí de ella– Si que eres tonta, él pobre no es bueno hablando y según Sam se le traba la lengua cuando esta contigo, hasta tartamudea. Y, ¿Cómo sabes que sale con chicas tontas? Ni siquiera van a la misma universidad.
Jane me pego con mi almohada– Eso no importa Emily, solo interesa que el tienes que hacerlo porque sino no haré mi parte del trato.
–¿Qué es…? –Me cruce de brazos esperando su respuesta.
–Acompañarte con mis amigos favoritos de siempre, son de máxima confiabilidad por lo que nadie se opondrá a que viajes si vas conmigo y lo que es mejor estarás en una compañía en la que no te podrás aburrir. –Y por amigos se refería a sus guardaespaldas personales.
Mire mi ropa y la maleta y seguí empacando hasta que guarde todo lo necesario– Bien, estoy lista con esto. –Tome mi móvil y se lo lance a Jane– Comienza a pedir los pasajes, debemos salir mañana al medio día a más tardar.
Jane se veía confusa– ¿Qué vas a hacer? ¿Dónde vas? –Me grito mientras salía.
Le hice unas señas con las manos– Me voy a buscar a tu príncipe encantado, ya vuelvo.
Jane pego un grito– ¡Estas loca!! No puedes hacerlo ahora, después, hazlo después. No hay prisa Emily, confió en ti. ¡Em! ¡Em!!!
Corrí a las escaleras, mi primo dormía en el tercer piso de la mansión en el ala que ocupaba su familia. Corrí hasta agotarme, nunca había recorrido con tanta prisa la mansión y este lugar definitivamente era para morir por falta de oxígeno.
Mientras corría se me ocurrió un plan rápido pero efectivo.
Pase las habitaciones hasta que llegue al salón que separaba las habitaciones de la familia. Toque en la puerta que tenía escrito en Rumano; Zack.
–Sam, deja de molestar y lárgate de una vez, no voy a salir de este cuarto hasta que ella… –Abrió la puerta y yo le sonreí pícaramente– Em.
Puse mi mejor cara de inocencia– ¿Por qué no vas a dejar tu cuarto?
Me miro con total seriedad pero se veía un asomo de vergüenza en su rostro–…Tengo cosas que hacer.
–Ah…
–Si, ah… ¿qué sucede? –Se aclaro la voz antes de seguir hablando– Me parece que no estas aquí por nada.
Tome sus manos– Necesito un favor, bueno… –Puse cara lastimera– Jane necesita un favor…
Zack se puso totalmente rojo– ¿Qué… qué necesita Jane?
Lo tenía, la primera parte estaba lista. ¡Bien!
–Tienes que venir conmigo, ahora.
Zack asintió sin preguntar nada más– Vamos.
Ahora la siguiente parte.
Cuando llegamos a mi cuarto me apresure a tocar la puerta.
–Jane, ¿te encuentras mejor? ¿Podemos pasar? –Pregunte con cuidado, luego agregue más fuerte para Zack– Casi se desmaya hace un rato, creo que no esta comiendo muy bien.
Zack apenas me escucho, entró de inmediato– ¿Jane qué pasa?
–Nada. –Jane estaba como una estatua en la cama, se había quitado las zapatillas de deporte y estaba sentada en pose de meditación.
El vestuario de Jane no solía variar demasiado, era un clásico conjunto de deporte negro (polerón con gorro y calzas deportivas).
Jane nos miraba como si fuéramos su peor pesadilla.
–Zack que me dices, si se ve algo delgada ¿no? –Jane se miro por todas partes– Creo que por eso casi se desmaya.
–No es cierto, Zack en serio no me pasa nada. –Jane negaba como una loca y por la cara de Zack, podía decir que ella no lograba convencerlo.
Zack se sentó a su lado y tomo su rostro entre sus manos– ¿Me prometes que no te pasa nada? –Jane asintió lentamente– Te creo, pero de igual manera debes cuidarte. No sé si sea muy educado decirlo pero no te ves como si te cuidaras demasiado.
Jane se sonrojo notablemente– Pero, pero si me cuido y mucho.
Zack abrazo a Jane– Ven, ¿quieres venir a comer conmigo?
Jane estaba como en el cielo– Si, si quiero.
–Entonces esta decidido, ¿Qué quieres comer?
Jane agarró a Zack por la camisa– ¿Vas a cocinar para mi? ¿Hablas en serio?
–Por supuesto, yo nunca bromeo Jane. –Eso era cierto, Zack no tenía sentido del humor– Esta noche voy a cuidar de ti.
Sonreí– Tienes razón y ya que estamos, Jane deberías quedarte ya es muy tarde para que vuelvas a casa, así terminaremos nuestros planes para mañana.
Zack me miro interesado– ¿Qué piensan hacer mañana? ¿Me puedo unir?
Me sentía como ese momento incomodo en que no quieres arruinar algo pero ya no puedes echarte para tras.
–Tenemos que ir por unos días a Francia. –Dije lentamente.
Zack tomo a Jane y de camino a la salida me agarró a mí también.
–De camino a la cocina me dirán que esta pasando. –Me sentía como niña de cinco años al ser arrastrada por el pasillo.
–No te molestes Zack pero es algo personal y preferiría que esto se quedara entre nosotros, déjalo como una pequeña escapada de chicas. –Intente soltarme pero fue en vano.
–Y tu Jane, ¿cómo puedes ser tan irresponsable? No estas bien…
–Estoy bien… –Jane se retorció hasta que me dio un manotazo– Y Emily puede decírtelo con total franqueza, ¿cierto Emily?
–Vi como la golpeaste, no vas a convencerme. Si quieren ir, tendrán que decirme que es lo que van a hacer en Francia. –Se detuvo de golpe– Y tiene que ser una buena razón o no las dejare moverse de aquí.
Me aclare la garganta– ¿Te das cuenta que me has dado el placer de escuchar tu linda voz primo? Nunca lo haces, deberías tienes un tono ronco que te hace sonar tan… sexy. –Zack me sonrió y yo tuve que aguantar el dolor de la patada de Jane.
–Emily, tengo una hermana adolescente que me ha halagado de más maneras de las que tú puedas imaginar. No me vas a engañar. –Nos jalo de nuevo y seguimos caminando– Ahora vamos a ir a la cocina, voy a preparar algo muy rápido como unas tostadas francesas, nos vamos a sentar y luego vamos a conversar.
Nos llevo a volandas a la cocina y sin decirnos palabra se puso a cocinar, al cabo de unos minutos nos tenía unas tostadas francesas (irónicamente) en frente de nosotros. Debía admitir que él sabía como cocinar y por la cara de Jane podía decir que ella disfrutaba cada mordida de su porción. Estuvimos comiendo en silencio hasta que Zack nos quito los platos.
–Bien, ¿quién me va a decir que esta pasando?
Jane me miro inquisitivamente y tuve que contar todo lo que Heath me había dicho.
–Te das cuenta que es la cosa más estúpida que he oído en mi vida.
Mire a Jane con rabia, ella me hacia hacer estas cosas– Pues no es tu problema y si no me dejas ir crearé un lío tan grande…
Zach estaba entrecerrando los ojos mientras estaba hablando con él que no se dio cuenta de la aparición de Jane a su lado. De pronto me encontré en medio de una escena para adultos. Jane había agarrado a Zack de su camisa y le había dado un beso en la boca, claro que mi primo no había perdido el tiempo; había agarrado a Jane de la cintura y la tenía pegada a él.
Jane me hizo una seña que tome por una retirada, no perdí el tiempo y me largué de allí.
En mi habitación había una pequeña nota en mi mesilla de noche. De seguro, Jane había escrito la nota antes de que llegara con Zack a mi lado.
Mire mi móvil y luego le di una ojeada a la nota:
“Salimos a las 14 horas, viaje sin escalas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario