martes, 17 de julio de 2012

No Wait: Capitulo X



Me separé con cuidado de no despertar a Emily, debía irme ahora. No podía esperar a que se despertara porque no iba a poder irme de aquí, no podría dejarla otra vez como lo había hecho hace dos años.
Le di un beso en la frente y me retire de la cama tomando una de las almohadas y dejándola entre los brazos de Em. Después, tome mis cosas y me vestí sin hacer ruido y a la vez sin perderla de vista. Se veía tan tranquila mientras dormía abrazada a la almohada creyendo que era yo.
Ya comenzaba a sentir culpabilidad.
Pero toda la culpa era de Heath, quien había vuelto a hacerlo; la primera vez me obligo a ser su padrino y a bailar con ella en su boda. Me había avisado solo el momento antes de dar el sí en el altar.
–Ambos padrinos deben bailar después de la pareja, lo sabes.
Me había dicho mientras se cambiaba para la gran ocasión. Hasta ese momento me había hecho creer que la madrina de Zoey sería Betsy, su prima adorada.
–¿Me vas a hacer un desaire de esa manera? No puedes comportarte así, madura.
Había negado a hacerle eso, al que era mi mejor amigo desde la infancia, pero al bailar con Emily me había limitado a darle un baile y ni siquiera había hablado con ella cuando me había sonreído.
Esa sonrisa me había quitado el aliento pero lo había disimulado con un gesto de indiferencia.
Desde ese día no la había vuelto a ver. Y ahora Heath me había dicho que ella estaba aquí para hablar conmigo antes de casarme y resultaba que él mal nacido me había hecho caer en una trampa. La segunda vez.
Me dolió el alma al ver que ella prácticamente no quería verme, pero mi corazón saltó de alegría cuando ella se dejo ir en mis brazos. Debía de estar loco por haber reaccionado de esa forma, cuando ella me dijo que había sido solo una aventura para mí. Ella nunca significaría tan poco en mi vida, después de todo, desde el mismo momento en que la vi me di cuenta de que ella era lo que necesitaba en mi vida, así como yo era lo que necesitaba en la suya. Pero era mi culpa el nunca haberle explicado mi situación, decirle quien era.
Le di un último vistazo antes de salir del cuarto, ya eran las cinco de la mañana era mejor que me moviera rápido o Gabrielle se daría cuenta de que no estaba en mi cuarto. Últimamente se quedaba a dormir en casa de mis padres con la excusa de que desde ahí podía planificar los últimos detalles con mi madre. La verdad; quería vigilarme para que no me escapara en el último minuto. Estaba bastante tentado, sino fuera por el pequeño detalle que su padre hundiría a mi familia en venganza, me iría sin pensarlo dos veces, pero no iba a hacer algo tan inconsciente.
Corrí por los pasillos del lugar sin que nadie me prestara atención, lo bueno de todo era que al estar en un lugar como éste nadie te reconocía de inmediato, o no te prestaba la suficiente atención. A excepción tal vez del guardaespaldas que ya estaba corriendo detrás de mí. Odiaba a estos tipos y aun así me seguían a todas partes, aunque eso era gracias a las órdenes de mi padre.
Seguí mi camino sin pensar en la dulce chica que volvía a dejar, no quería sentirme culpable por nada y sabía que si pensaba en ella me sentiría culpable por todo lo que le había dicho y rematando con lo que hicimos juntos en ese cuarto.
Siempre recordaría lo que me había dado Emily.
Llegué al estacionamiento del spa y seguí mi camino hasta mi auto, tenía una pequeña nota en el parabrisas.
~No te lo perdonaré nunca~
Reconocía la letra. Menos mal sabía de ante mano que nuestro matrimonio sería el purgatorio.
***

Me desperté con la sensación de que estaba sola. Mire hacia todos lados pero eso no hizo más que confirmar el sentimiento; Paul se había ido.
Nuevamente.
Me levante como una autómata más que un zombi; estaba racionando, de ahí la diferencia.
Debía ducharme, quitarme de encima el olor de Paul; su aroma delicioso que solo podía ser de un hombre. Me apresure a la ducha, tuve cuidado de lavar mi cabello con un champú con un aroma floral muy fuerte, durante la noche Paul había disfrutado tocándolo y oliéndolo. Al vestirme me ocupe de seleccionar ropa interior de deporte y unos jeans cómodos y una camiseta de los Artic Monkeys, era algo que me regaló Jane para mi cumpleaños, a pesar de que solo me gustaba una canción de la banda. La camiseta era de manga larga y de color negro con el logo de la banda en la espalda. Parecía una adolescente.
–Al fin y al cabo así me comporté la noche anterior. –Me dije sarcásticamente.
Para cuando salí del cuarto de baño parecía que había gastado medio día mientras me exorcizaba a Paul del cuerpo, algo inservible porque aun sentía lo mismo que había sentido entre sus brazos. El sentimiento de que debía estar con él, pero no lo haría si él no quería estar conmigo.
Pensé mientras estaba frente al espejo de cuerpo entero mientras me hacía una coleta– Así terminaré la imagen, tal vez hoy salga a dar un paseo por la ciudad. Hoy voy a distraerme.
Tome el reloj de pulsera que siempre estaba conmigo y me lo coloque a pesar de que era demasiado grande para mí. Paul no se había dado cuenta de ese detalle, tal vez no le había importado lo suficiente el que yo aun guardara ese reloj.
Señalaba las diez de la mañana, así que baje a desayunar tomándome mi tiempo por el camino para admirar los cuadros que adornaban el pasillo, parecía una galería de arte hecha de replicas de pinturas famosas más que un spa.
A pesar de las obvias comodidades del centro de relajación el comedor era un bufé, cada uno se servía lo que quería y luego tomaba asiento en una de las mesas estilo café. Los demás ya estaban sentados en una de las mesas cercanas a las ventanas que daban a los jardines. Jane estaba junto a Zackary que no la soltaba, lo mismo pasaba con Heath y Zoey.
Parejas felices, y yo… me sentía como el mal tercio.
Aun así, tome un plato y comencé a llenarlo con diferentes emparedados, tenía mucha hambre esta mañana. Tome una taza de café, haciendo malabares logré llenarla y después me senté con ellos a comer, no podía dejar que pensaran que algo andaba mal.
Heath se centró en mí apenas me senté– ¿Hablaste con Paul anoche?
Pegué un respingo, se acababa de caer mi fachada– Hola Heath, ¿cómo dormiste? –Vi como Heath alzaba una ceja– Apenas pude hablar con él, se fue de inmediato.
No tenían que saber que no llegamos a hablar de nada y que lo único que hicimos durante toda la noche fue… no sabía si llamarlo amor, porque eso querría decir que se hubiera quedado o dejado una nota diciendo porqué se iba, así como lo hizo. Así que, lo único que tuvimos fue sexo.
Heath resopló– Creí que si hablabas con él cambiaría de opinión sobre casarse, al parecer me equivoque. Lo siento Emily. –Me dijo con sentimiento así que, lo perdoné de inmediato.
Zack me miró de forma evaluadora– No te veo feliz, vámonos a casa en el próximo vuelo que encontremos.
Jane le dio una mirada de enojo– Pero llegamos ayer, digo que si nos vamos lo hagamos en un par de días y disfrutemos del lugar. Por cierto, bonita camiseta la que llevas hoy.
Me reí de eso– Gracias.
Jane no se quedó ahí– Estoy segura que quien te la regaló tenía buen gusto.
Tome mi emparedado de jamón– Yo también lo creo.
Zoey me tendió la mano– ¿Necesitas algo de entretención? Podemos ir de shopping, necesito un montón de cosas y Heath no me quiere acompañar.
Heath pareció ofendido– Voy, si lo que tengo que comprar es lencería para ti.
Zoey le dio un piñizco– No seas de esa forma, ellos no tienen que enterarse de eso.
Heath le dio una mirada a Zack– Apuesto a que a ti tampoco te gusta eso de salir de compras.
Zack hizo una mueca– No.
Jane hizo un puchero– ¿No me vas a acompañar?
Zack se ruborizo– Sabes que aunque no me guste te acompañaría al mismo infierno si es necesario.
Jane resplandeció– Te quiero Zackary.
–Y yo a ti mi amor.
Zoey estaba que alucinaba– ¿Desde cuando son novios ustedes dos?
Jane y Zack se dieron una mirada conspiradora– Desde ayer.
Heath le sonrió a Zo– Por eso no se separan, aunque… ¿qué tal si en vez de hacer esas compras aburridas que quieres hacer…?
–No son aburridas, son regalos para todos.
– ¿Vamos a comprar ropita para nuestra Heather? Será la niña más linda así que vamos a buscar algo que le quede.
– ¡Si! Me gusta la idea.
–Esta decidido. Vamos a ir de compras, necesito unos vestidos.
Zackary le sonrió encantado– Me encanta esa idea.
Seguí comiendo mientras ellos hablaban de lo que querían comprar, de las cosas que iba a necesitar Heather y de unas cosas que Heath quería recoger de su departamento en la ciudad.
Después de desayunar me dirigí discretamente hasta mi cuarto, o por lo menos eso creía hasta que llegó Jane detrás de mí.
–A mi no me engañas. –Me quede helada– Sé que ese tipo se quedo a dormir aquí, me lo dijeron los de seguridad, ¿tuvieron sexo?
Me atragante con mi propia saliva, que tonta pero no paraba de toser.
–¡Jane!
Jane caminó hasta mi cama y se sentó de golpe– Lo sabía, te acostaste con ese tipo, ¿fue bueno contigo?
Asentí– Paul siempre  ha sido bueno conmigo. –La vi preocupada, así que, sentí la necesidad de tranquilizarla– Se portó bien conmigo, fue dulce y amable.
Jane suspiro– Que alivio, me alegró pero, ¿por qué se fue?
Sentí ganas de llorar– Porque no me ama… no lo sé Jane, simplemente se fue. Ni siquiera me despertó.
Jane se quedo pensativa– Bien, creo que es mi deber preguntarte si… usaron protección anoche.
Me quede helada, yo le había hecho la misma pregunta a Zoey una vez y me había divertido de lo lindo al verla tan incomoda, ahora me encontraba en su posición pero yo sabía algo que Zoey no había sabido.
No habíamos usado protección y lo habíamos hecho más de una vez como para estar...
–Jane… no usamos protección, ¿crees que este… embarazada?
Sentía como si un agujero se hubiera abierto debajo de mis pies, de pronto veía como mis sueños se habían ido por la borda, nadie me tomaría en serio en el mundo de los negocios si sabían que había tenido un bebé por una aventura. El abuelo se desilusionaría al saber que su confianza la había puesto en una inconsciente que aun se dejaba llevar por sus hormonas. Me odiaría de nuevo. Y mis padres, papá culparía al abuelo de todo…
Jane debía de haber previsto que algo pasaba, porque corrió a agarrarme.
–Emily no me asustes así, vamos. ¿No te vas a desmayar cierto? Em… ¡Em!
Respire controlando el aire que entraba en mis pulmones, daba respiraciones profundas.
–No, no me voy a desmayar porque si lo estuviera le haría daño ¿no? –Mire a jane de nuevo preocupada– ¿Tú crees que el abuelo me odiaría?
Jane me sonrió– Si esa es tu mayor preocupación, te diré que tú abuelo nunca te odiaría. –De pronto perdió la sonrisa– Pero tal vez el padre del bebé deba hacerse cargo del ser que ayudo a crear.
La mire preocupada– Aun no lo sabemos Jane, posiblemente no estoy embarazada y es mejor así. No quisiera atar a mi lado a alguien que no quiere estar conmigo.
Aun me sentía herida por su forma de irse.
Jane me sonrió encantada– Pero… –Alargó la palabra– Por las dudas no vamos a dejar a ese idiota casarse.
La mire con cuidado y casi sentí miedo de lo que estaba planeando.

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