martes, 26 de julio de 2011

Cuando La Luna Al Fin Sale: "Primer encuentro"




Llevaba ya 3 años corriendo por estos bosques, haciendo patrullajes con quien me tocara, ya era media noche y la luna estaba preciosa aunque no estuviera llena.
No me di cuenta que me había quedado prendida al suelo hasta que sentí la voz de mi hermano.
~ Hey Leah! Que sucede, ¿por qué te quedaste tonta mirando la luna?... ¡Ah!, si esta bonita ¿eh?~
~ ¡Cállate y sigue patrullando!~ Le gruñí, cuanto odiaba el que ni siquiera pudiera pensar sin que alguien me escuchara…
~ OK ¿De la malas?... Que novedad ~ Dijo esto último por lo bajo, así que decidí ignorarlo y seguir patrullando.
Así pasaron las horas hasta que apareció Jake y nos dijo que nos fuéramos a dormir, yo obedecí de inmediato, mientras que Seth se quedo hablando con él, de cómo le había ido en su visita a Port Angeles, donde por un tiempo sería el hogar de los Cullen. Jake tuvo que volver a su casa, hace algún tiempo Billy había enfermado gravemente, por lo que Jake vino volando hasta su hogar en cuanto se entero, al poco tiempo después llegaron los Cullen de nuevo, ya que Nessie no quería separarse de su Jake.
Me faltaba un kilómetro para llegar a casa así que decidí transformarme, quería sentir mis piernas humanas. Desamarre el pequeño bulto que llevaba en mi pierna, el cual consistía en unos short de jeans y una camiseta blanca, que ya no era tan blanca, me los puse y seguí mi camino.
Cuando llevaba 5 minutos de camino, fue cuando me cruce con el riachuelo, así que como no quería quedarme dormida en cualquier parte, me arrodille frente a este y tome un poco de agua en mis manos y me la tire a la cara, lo repetí dos veces más, se sentía tan bien. Hasta que una mano fría me toco, pegué un chillido, me giré para ver de quien se trataba, pero lo único que pude ver fue a un desconocido… Un desconocido que tenía unos ojos… Carmesí. En un parpadeo me abrazo para que no huyera. El vampiro algo vio en mi rostro que le causo gracia. Se me acerco al cuello, mi corazón estaba a mil, lo sentí olerme, pero por más que le dicté a mi cuerpo moverse para darle su merecido a ese tipo, este no me hizo caso. Estaba paralizada, como una idiota. Así que como pude cerré mis ojos y espere lo inevitable.
– Hueles a perro mojado – Dijo, con la voz inexpresiva.
– Y tú hueles asqueroso, así que, ¿por qué no terminas ya, y me libras de tu asqueroso y repugnante olor? – Lo rete, al parecer lo único que podía mover era la lengua. Pero me alegraba que mi voz sonara firme. Lo más probable es que muriera a menos que sucediera un milagro… Lo cual no ocurriría, como en las películas… Pero al menos NO moriría llorando y con la voz quebrada pareciendo débil.
– Tienes una lengua muy filosa querida – Dijo divertido.
– Y a mi qué – Dije incitándolo. Entonces el se acerco más a mi cuello y pude sentir su lengua recorriéndolo. Sentí estremecer cada fibra de mi ser y me pregunte; ¿Cómo sería morir por una mordida de vampiro? No lo sentí respirar, pero su agarre era firme todavía.
– hmph… No creo que tengas tan mal sabor—Abrí mis ojos por un momento y vi como abría la boca.
Por un momento sentí que el mundo se había congelado. Vi mis recuerdos desde la niñez, pasando por mi juventud y llegando a este momento y solo quedo un pensamiento lleno de ironía… >>Ahora sabía porque nunca quede impresa de nadie… Iba a morir joven<< Sonreí ante la idea. Siempre creí que sobraba, ahora ya no lo haría.
Abrí mis ojos y vi que el vampiro estaba petrificado, se había apartado de mi cuello y estaba con la mirada fija en un joven alto de 1,90 mt, se podía decir que era tan alto como mi hermano, tenía el cabello oscuro, tez blanca, iba vestido con unos vaqueros, una camisa abierta, que mostraba su dorso y unas zapatillas, pero lo que cautivaba eran sus ojos… sus hermosos ojos… Ámbar… Me quede embobada mirándolo, mis ojos no querían separarse de él era como si de un momento a otro fuera a desaparecer… hasta que caí en la cuenta… No daba crédito ¡¿era un vampiro como los Cullen?! ¿Qué hacia aquí?
– Suéltala – Gruño el joven.
Pero el vampiro le dio una media sonrisa y quiso agarrarme más fuerte, pero mi cuerpo por fin reacciono, me solté como pude de su agarre y le di una patada con toda mi fuerza, lo que lo mando volando directo a un árbol. Camine hacia atrás, sin voltearme no quería que el vampiro me tomara desprevenida, aunque si lo hizo el joven, que no me di cuenta en que momento se había colocado detrás de mi, por lo que choque con él. Me aparte rápido, pero no lo suficiente como para no darme cuenta de que su cuerpo era caliente, no tanto como el mío pero si como un humano. Él se me quedo mirando un rato, mientras que yo estaba perpleja.
– Inocente de mí. Yo que pensé que necesitabas ayuda – Me dijo con… ¿Lastima? ¿Pena? No lo sabría decir.
– Bueno como ya te diste cuenta no necesito tu ayuda así que lárgate, yo me las puedo con esta sanguijuela. Y me lo debe por… Querer chuparme la sangre…– Dije esto último en un gruñido.
– Pero yo también quiero divertirme. Además…– Me gire para encararlo y vi que estaba haciendo un puchero. Sino estuviéramos en esta situación me hubiera reído de él, se veía tan mono, se acerco más a mi, hasta casi rosar nuestros cuerpos, y dijo – Fue tan sexy cuando te lamió el cuello que me dieron celos – Dijo inocentemente, pero sus ojos tenían un brillo, que tenía de todo menos inocencia.
Y en una ráfaga de viento lo vi pasar a mi lado, hasta llegar donde se encontraba el vampiro. Yo me quede en el mismo lugar sin entender a ese desconocido… Que significaba todo esto… Que destino tan caprichoso era el que me seguía de cerca.
Cuando me giré para ver que era lo que ocurría, vi que el vampiro se levantaba del suelo he intentaba golpearlo, lo intento varias veces sin éxito. Pero el joven le dio un poco de espacio y le golpeo el brazo al vampiro con una patada, se lo quebró, el vampiro grito maldiciéndolo, mis ojos no creían lo que veían. La pelea se mantuvo así hasta que el joven logró decapitar al vampiro. Yo estaba congelada, mirándolo… Nunca podría haber hecho lo mismo tan rápido en mi forma humana. De repente nuestras miradas se cruzaron y él se me acerco.
– Oye Linda hay que quemarlo ¿tienes un encendedor?— Dijo sin importancia.
Lo mire extrañada, pero entendí y busque en el suelo lo único que le serviría. Cuando encontré las piedras perfectas se las tendí. Se me quedo mirando y de pronto me sonrió, y en ese momento algo se sintió en mi estomago. Y el aire me falto.
– Bueno yo quería algo así como… – se quedo pensando mientras pasaba su mano por su cabello – No se… de este siglo, pero si sabes como ESO funciona – Dijo señalando las piedras que le estaba pasando, yo asentí – Genial.
– Tú ve por unas ramas secas y yo te muestro como ESTO – Levante las piedras – FUNCIONA – Volvió a sonreír y desapareció.
Cuando volvió con las ramas le mostré según él La ciencia Oculta de las piedrecitas. Hicimos una gran fogata y quemamos al vampiro. El humo se extendió junto con un olor repugnantemente asqueroso. Así que imagine que la manada no tardaría en llegar y yo tendría que quedarme a dar las explicaciones.
Mire una segunda vez el cielo esta noche, y la luna estaba tan hermosa, que me perdí en ella, hasta que unos brazos rodearon mi cuerpo, gire mi cabeza y el joven enterró su cara en mi cuello, sentí como me olía y me tensé por completo. En ese momento respiró hondo y me relaje, ya no era la misma sensación sino que era algo tan… tan… excitante estaba tan cerca… estaba apunto de pegar un gemido cuando él hablo.
– Tranquila, solo prefiero perderme en tu aroma que oler esa apestosa fogata—Dijo con voz ronca. Me gire para verlo, él me miro directo a los ojos. De repente sus manos se cerraron en mi cintura, bajo su cara hasta estar cerca de la mía y en un momento sus labios estuvieron en los míos. Fue un beso lento pero no menos estimulante, pegue un pequeño gemido y enrolle mis brazos en su cuello, él me abrazo más fuerte, pero de repente lo sentí tensarse, me aparto – ¿Tu casa queda cerca? – Yo asentí algo extrañada por su cambio – Entonces creo que ya no me necesitas – Y se fue. Dejándome con un vacío dentro de mí.
No sé cuanto tiempo me quede ahí, parada mirando la nada. Hasta que una conversación captó mi atención.
– Seth, perdóname por lo que voy a hacer ¿si?
– Si la golpeas Jake, buscara venganza y nos hará la vida a cuadritos.
– Pero solo mírala esta como idiota mirando al bosque, aunque quien sabe y por fin se volvió loca por completo—Dijo Jake en tono de burla.
Pestañee un par de veces y me di cuenta de que estaba mirando hacia donde él se había ido. Volví a pestañear y fulmine con la mirada a mi querido (nótese el sarcasmo) Alfa. Él me miro con su mejor sonrisa. Tratando de librarse del problema.
– ¿Qué te paso hermana? ¿Estás bien? – Note una nota de preocupación en la voz de Seth. Le mire más relaja, y dije.
– Vampiro.
– Eso ya lo sabemos por el olor y por la fogata. Pero sentimos otro olor en los alrededores antes de sentir – Dijo señalando la fogata— El que también esta impregnado en ti.
– ¿Olor… en… mi? – Súbitamente me llego una imagen a mi cabeza y supe el dueño de ese olor y no pude evitar sonrojarme por el recuerdo. A Jake se le amplio más su estúpida sonrisa y un brillo malicioso se poso en sus ojos.
– ¿Por qué te sonrojas Leah? – Pregunto fingiendo inocencia, Seth capto la idea y puso su mejor cara de idiota o sea de niño bueno que no quiebra un plato.
– Si Leah ¿por qué estas tan roja? Tiene que ver con que te hayas quedado embobada mirando el bosque – Mi sonrojo aumento y Seth supo que dio en el blanco, Seth le dio una mirada conspiradora a Jake y yo ya no pude más.
– OK los he divertido montones, así que adiós estoy cansadísima, por lo que les toca a ustedes explicar al resto, Bye, – Me gire y corrí en rumbo a casa tan rápido como pude.
Cuando llegue, Seth entro detrás de mí, no le hice caso a sus intentos de saber la historia y me encerré en mi habitación.
Intente dormir, pero cada vez que cerraba los ojos. Veía el rostro de ese joven… Pero una duda me asalto toda la noche, robándome el sueño… ¿Quién demonios era? O ¿Qué era?
Y así pasó mi noche y no pude dormir.

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