lunes, 28 de mayo de 2012

I Don't Understand Nothing: Capitulo XXXIV Part1



La madre de Heath nos miraba atentamente como si estuviera esperando a que algo pasara después de esa declaración.
Papá me miro y yo reaccioné de inmediato– Mar… uhm señora este es mi papá, que apropósito no tengo ni idea como llego aquí. –Mire a papá interrogante pero solo me sonrió– Papá, ella es la madre de Heath, se bueno y salúdala como la linda persona que eres.
Papá inclino la cabeza en un gesto de saludo– Un gusto conocer a una mujer tan hermosa. –Le tendió la mano y le dio un leve apretón ya que el señor Tanner no lo miraba de buena manera– El parecido con Heath es sorprendente.
El señor Tanner abrazo a Margaret– Lo dices como si no se pareciera a mí.
Papá se rió– Es que no se parece a ti.
Le di un codazo a papá acomodándome a Becca de lado– No seas así.
Margaret se relajo contra el señor Tanner con una sonrisa confidente– Pero… Zoey tampoco se parece mucho a usted.
Papá le sonrió encantado– Y me alegra que haya salido tan hermosa como su madre, y con su hermoso genio también. –Dijo a tiempo cuando yo le daba otro codazo, esta vez Becca me vio e hizo lo mismo. Era una chica lista.
El señor Tanner le sonrió a Becca– Y a mi me encanta también su genio o mi pequeño nunca me hubiera hablado de nuevo.
Margaret lo miro preocupada– Después me dirás de eso, ahora solo estaría feliz si nuestro pequeño saliera de aquí rápido. Becca no.
–¿Qué le sucedió a Heath? –Preguntó papá.
El señor Tanner fue quien le contestó– Heath tuvo un accidente en auto y ahora van a intervenir su brazo roto.
–Pero todo va a estar bien. –Dijo Margaret mientras sacaba un chocolate de su bolso– Lo siento pero necesito el azúcar después de que me sacaran sangre.
Le sonreí abrazando a Becca, quien había intentado pegarle de nuevo a papá. Y luego mire hacía el fondo del pasillo, el doctor no había vuelto después de sacarle sangre a Margaret… y eso me colocaba demasiado nerviosa.
–¿A qué hora van a operar? –Pregunte sin quitarle la vista al pasillo.
–Ya deben de haber comenzado, solo necesitaban la sangre de Maggie. –Me dijo pareciendo más nervioso de lo que había aparentado– Solo nos queda esperar.
Papá me sonrió– No te preocupes todo va a estar bien.
Asentí y me acomode en el asiento– Aun no me dices cómo llegaste aquí... o hay alguien de la familia enfermo...
Papá se sentó a mi lado haciéndole morisquetas a Becca– Claro que no, oye ¿Crees que me darías unos nietos tan bonitos como ella?
Me sonroje pero el señor Tanner se sentó a mi otro lado– Es cierto, ¿cómo llegaste aquí Edward?
–Es secreto. –Lo mire con cara de póker a lo que él respondió bufando, luego nos miro a cada uno– Esta bien pero… Si se los dijera… tendría que matarlos.
Lo miramos con la boca abierto y luego el rompió a reír, me estaba dando miedo lo feliz que estaba.
–¿Quién eres tú y qué hiciste con mi padre? –Becca le lanzó otro golpe con su manita y papá encantado se la tomo y beso.
–No voy a responder nada a ese comentario que me parece ofensivo porque hay una bebé, a que si amorcito. –Becca se rió cuando papá le hizo cosquillas en la barbilla– Además estaba comprobando algo de un caso, nada más.
El señor Tanner lo miro con interés– Un sábado en la tarde y vestido con jeans y camiseta, déjame decirte que casi ni te reconozco. –De pronto pareció ocurrírsele una idea–  O es ese caso del que solo tú podías hacerte cargo, si ese es.
Papá me miro con una sonrisa confidente– Un amigo me pidió ayuda así que eso hago y aquí obtuve mi carta ganadora, por eso la felicidad. No es que este apunto de caer muerto por nada extraño.
Le sonreí– Bien. En ti se puede confiar cuando se necesita ayuda legal.
El asintió con una sonrisa– Por supuesto.
Después de eso ambos nos fuimos a almorzar, no sabía como pero habían pasado ya cinco horas desde que me habían llamado y dicho que Heath estaba en el hospital, y ya comenzaba a sentirme famélica. Menos mal mi padre sabía que hacer cuando me sentía así, me llevo de inmediato a comer una hamburguesa con papas fritas al lugar más cercano al hospital.
– ¿Vas a quedarte hasta que salga de la operación? –Dijo después de un rato de silencio.
Con esa pregunta me había sacado de mi ensoñación, por un momento me había ido hacia otro lugar y otro momento, cuando Heath y yo habíamos celebrado nuestro último aniversario en la playa… bailando por primera vez una canción lenta que no había sido un vals…
–Si, voy a quedarme hasta que se despierte. –Dije mirándolo a los ojos– Quiero que sepa que estoy a su lado esperando a que se mejore… y que lo extraño.
Papá asintió– Vendré más tarde a dejarte ropa y ver cómo esta Heath ¿Ok?
Asentí y volví a comer mis papas fritas.
–Se me hace tarde. –Lo mire interesada– Me deje el teléfono y tu madre debe estarse preguntando donde estoy. –Lo mire asustada– Descuida, yo le diré donde estás.
–Gracias papi.
–Bien, ahora comete todo. –Levante mi tenedor y eso hice.
Después de eso llegue al hospital y me quede esperando mientras el señor Tanner y Margaret iban a almorzar con Becca que había estado protestando de hambre cuando había llegado.
Seguía en el mismo lugar para cuando volvieron de almorzar y aun no habían dicho nada sobre la operación… paso otra hora antes de que alguien llegara por fin.
–La operación resultó bien. –Dijo el doctor llamando nuestra atención– Heath respondió de maravilla y más con la donación de sangre. –Miro a Margaret y asintió– Su madre ¿no? –Margaret asintió– Su hijo va a estar bien, descuide.
–¿Cuándo vamos a poder verlo? –Escuche al señor Tanner preguntar.
El doctor se quedo meditabundo– En cuanto vuelva de la anestesia, eso será dentro de una hora. En este momento lo están trasladando a una habitación, les pido que esperen pacientemente, una enfermera vendrá a avisarles cuando él vuelva en sí y reitero que sean pacientes.
Esto último lo dijo mirándome a mí por lo que hice oídos sordos a eso.
–Esta bien, esperaremos un poco más. Ya falta menos para que veamos a nuestro muchacho. –Le dijo el señor Tanner con Becca en los brazos.
–Gracias doctor. –Agregó Margaret.
Vi como el doctor se alejaba por el pasillo y se desviaba hacia otro pasillo a la derecha, de seguro el ala de recuperación.
De pronto recordé algo muy importante.
–¿Les molesta si le hago unas preguntas? –Les dije de vuelta a mi asiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario