lunes, 14 de mayo de 2012

I Don't Understand Nothing: Capitulo XXXI



Me levante de la cama ya que sentía ruidos, me di cuenta de que me había despertado al escuchar mi teléfono pero no estaba a mi lado así que lo deje pasar y volví a acostarme… luego de unos minutos mi curiosidad me gano así que me levante de nuevo, me coloque lo primero que había recogido del piso. Por alguna razón volvía a mi cuarto de París y volvía a ser el mismo desordenado de siempre, me hacia falta Zo llamándome la atención por desordenar. Mi pequeña… ¿cómo estará sola…?
Mi mente aturdida por el sueño demoro en darme a entender que la única que me llamaría a mi teléfono sería ella, así que me desperece y salí por mi teléfono pero apenas cruce la puerta de mi cuarto me encontré cara a cara con Gabrielle la amiga de Paul que había estado cerca estos últimos días, por lo que yo sabía.
–Gabrielle ¿sabes dónde esta mi teléfono? –Pregunte a la chica amiga de Paul.
Gabrielle me miro con inocencia y me puse en guardia, había algo que no calzaba en ella, como si el ser gentil no fuera lo suyo.
–No, no lo he visto pero ya que estas desocupado ¿quieres ir conmigo a pasear? Lo pasaremos genial. –Me dijo con su acostumbrada energía.
Negué con la cabeza– Gracias pero no, quiero mi teléfono para llamar a mi novia.
Gabrielle me sonrió– Sigues diciendo eso de que tienes novia pero yo no he visto fotos suyas contigo, ¿no deberías tener algunas si tuvieras una novia?
Golpe bajo porque las que tenía no se las iba a mostrar, las pocas fotos que nos habíamos sacado Zo y yo eran demasiado íntimas como para mostrarlas y algunas que aunque me torturaran no se las mostraría a nadie como la vez que logré que me dejara tomarle una foto en la ducha de mi cuarto.... Me rasque el cuello por la incomodidad, quería a mi Zo conmigo, ahora. Y lo más cerca que podía estar con mi amor era a través del móvil así que… Quería mi teléfono de inmediato.
Le di una mirada indiferente a Gabrielle–Quizás no lo deje por aquí, –Partí hacia el cuarto de Paul pero yo sabía perfectamente donde lo había dejado y era a unos centímetros a la derecha de Gabrielle, quien estaba parada a un lado del alféizar que mostraba la parte con la arquitectura más tradicional de Paris.
Estaba tan distraído pensando estas cosas que no me di cuenta y choqué contra Paul que salía de su cuarto.
–Amigo, ¿qué sucede? –Me pregunto rascándose la cabeza.
–Tú amiga escondió mi teléfono y no me lo quiere devolver, lo necesito Paul. Ahora. –Le dije presionando mi dedo en su pecho.
Él bufó pero aun así lo escuche dirigirse hacia Gabrielle.
Me sentía algo claustrofóbico en el departamento. Paul me había mandado llamar porque quería verme urgentemente… al final solo quería compañía para el fin de semana y tal vez un poco más pero desde que había llegado su compañera de Pediatría no se había despegado de nosotros y además que ella no me inspiraba confianza alguna y aun no sabía porqué…
Paul volvió con mi teléfono en la mano– Tú teléfono estaba tirado en el sofá.
Lo mire sin creérmelo– Díselo a otro que no tenga memoria fotográfica como yo.
Paul suspiró– Le diré que se vaya si quieres…
–¿En serio lo harías? Porque amigo ella te tiene en sus garras. –Moví mis dedos para mostrarle como lo tenía.
Paul se meso el cabello– No digas eso, la pobre aun esta algo desorientada después de haberse trasladado este semestre. Y además la pobre ni siquiera tiene amigos…
–¿Te has preguntado por qué no los tiene? –Le dije algo irónico.
–Heath… –Me amenazó Paul.
–¿Qué? –Lo mire fijamente– ¿Tienes algo que decirme? Porque si quieres hablar porque no comenzamos por como se parece tanto esa chica a Emily; rubia, ojos azules, figura bonita… excepto que mi cuñada tiene alma.
Tome mi teléfono de su mano y revise mis llamadas perdidas; no tenía ninguna.
Paul estaba tenso a mi lado, le había dado un golpe duro, lo sabía. De todas formas se recompuso y se coloco a mi lado para ver que estaba haciendo–No hagas eso… no es como si ella hubiera contestado… –Le mostré la pantalla.
–¿Te lo leo? –Dije fríamente– Llamadas contestadas; Zoey, hace seis minutos. –Me dirigí a mi cuarto pero para eso tenía que pasar al lado de esa chica.
Intenté pasar directo a mi cuarto pero…
–Veo que encontraste tu móvil, me alegro. –Me sonrió.
Le sonreí fríamente– Si vuelves a tomar mi teléfono te echare a patadas de aquí.
La chica me miro sorprendida, tal vez porque las pocas veces que habíamos hablado había sido amable con ella, pero debía entender algo; Nadie se metía con mis cosas, menos si ese pequeño móvil era el que me comunicaba con Zo.
Gabrielle se puso a la defensiva– No te tengo miedo, no eres nadie para echarme de la casa de Paul.
Le sonreí cuando vi a Paul quedarse en medio– Paul, porqué no le dices a tu amiga quién es el dueño de la mitad del apartamento.
–Tú eres el dueño de la mitad, ¿por qué?
Apunte a Gabrielle– Metete de nuevo con mis cosas y me importará un bledo de quien seas hija o porque estas aquí.
Me di la vuelta y me encerré en mi cuarto.
Trate varias veces de llamar a Zo pero el teléfono me marcaba ocupado y en mi último intento el buzón de voz me dijo que estaba apagado… Mire el teléfono.
–¿Qué te dijeron bebé?
Odiaba estar separado de ella pero era el momento preciso para visitar a Paul cuando no iba a interrumpir sus estudios.
Suspire, solo me quedaba esperar a que encendiera el teléfono.

***
No lo iba a encender. Mi teléfono llevaba dos días apagado. No lo iba a encender.
Mire mi prueba por undécima vez, debía justificar las falsas y en lo único que podía pensar era en la voz de la chica que dulcemente me dijo hola con el teléfono de Heath. De la sola rabia me puse a morder mi lápiz.
–¿Está bien señorita Stonel?
Mire al profesor con culpabilidad y aleje el lápiz de mi boca.
–Bien, estoy bien. –Le sonreí y cuando se dio la vuelta me puse a estrangular la goma de borrar.
Mire mi prueba y decidí que la mejor respuesta era la que se pensaba mejor… o sea que me puse a exagerar un poco las respuestas.
Cuando salí de esa prueba tenía un tiempo antes de entrar a la siguiente prueba por lo que fui hasta mi casillero a buscar mi cuaderno para eso. En el camino me encontré con varias de mis compañeras de clases. Les hice una seña y seguí mi camino.
–Zoey, un chico te busca ¿es tu novio? –Me di la vuelta para encontrarme con otra de mis compañeras, la única con la que solía hablar de vez en cuando.
–No lo creo Sara, mi novio esta en Francia por unos días. –Le sonreí, aunque no estaba feliz porque Heath estuviera en Francia… y con una chica a su lado.
Sara me sonrió pero se veía curiosa– Entonces es un misterio, ¿vamos a ver quien es?
Asentí– Antes quiero mi cuaderno para estudiar un rato.
Sara daba unos cuantos saltitos a mi lado– Rápido, rápido, rápido, ¡rápido!!
Camine rápido por el pasillo, abrí en tiempo record mi casillero y saque mi cuaderno. Sara cerró mi casillero y me arrastró hasta el estacionamiento. Había varias chicas de mi curso hablando disimuladamente a un lado del estacionamiento.
–Es ese de ahí. –Me dijo Sara al oído como si alguien la pudiera escuchar.
Mire hacia donde me decía y vi al chico al que se refería. Me acerqué a él con la intensión de saber que quería. Y por acercarme quiero decir que corrí hasta él.
–¿Qué haces aquí Mitch? –Le pregunte sin rodeos.
Él me sonrió– Quería saber si te habías enojado el otro día. –Lo ignore– Te fuiste muy rápido.
–No sé porque hablo contigo, es mejor que te vayas. –Dije– Tengo una prueba ahora y tengo que estudiar.
Mitch se me acercó, me distancie un poco pero me agarro entre sus brazos y no me dejaba salirme, levante la cara para decirle que se largara pero sus labios tomaron mi boca. Me sentía tan impotente, no me gustaba como me besaba, no era como los besos de Heath que eran tiernos. Sentí una de mis lagrimas caer por mi mejilla… Heath, quería a Heath, no me gustaba estar con este Mitch que me besaba sin mi consentimiento.
Hice el esfuerzo de soltarme pero no pude hasta que Sara le dio una patada a Mitch en la rodilla. Él se retiro y por fin me vio.
–Zo… –Lo mire y me di cuenta que él no sabía que yo estaba llorando mientras me besaba porque su cara mostraba la sorpresa– Yo… lo siento, déjame…
Me aleje corriendo de allí, pase al lado de Sara, quien me siguió tratando de hablarme mientras corríamos. Solo quería ir a un lugar seguro. Mientras corría no me daba cuenta de nada, así que cuando choque con alguien no vi quien era.
–¡Sal de mi camino! –Unas manos me tomaron los hombros y me asuste– ¡Suéltame!
–Zoey abre los ojos, soy yo Heath. –Me sequé los ojos, había reconocido su voz.
Aun así me separé de él– ¿Qué haces aquí?
Heath me miro dolido– No encendías el teléfono y no respondías a mis llamadas.
Era verdad como había apagado mi móvil, él había estado llamando a Edward para que me pasara el teléfono pero yo me negaba a hacerlo.
–Además de besarte con Mitchell, claro.
Lo mire fijamente, él lo había visto y no había dicho u echo nada– ¿Por qué no lo paraste?
Se encogió de hombros– Que puedo hacer, sino contestas mis llamadas era muy probable que ya no quisieras ser mi novia…
Me aleje otro poco de él y le lance el cuaderno que tenía en mis manos. Mire a Sara que estaba en estado de Shock. Yo no era una persona violenta, pero tampoco era una persona extrovertida cuando conocí a Heath, él definitivamente me hacía actuar de formas muy diferentes a las normales.
Mire a Sara a mi lado– Tenemos una prueba que dar Sara, vamos a la sala que nos toca.
Sara se recupero y le dedico una mirada de enojo a Heath– Si, vamos a la sala de clases.
–Zoey. –Mire a Heath– ¿Quieres que me quede y hablemos o simplemente terminamos y me voy?
Las lágrimas volvieron a mis ojos pero no deje que cayeran– Haz lo que quieras, menos hablarme no quiero verte ni a ti ni a ese. –Apunte a Mitch que se acercaba– ¡Váyanse de una vez!! –Les grite.
Sara me tomo de la mano y me llevo hasta la sala.
–Los hombres son unos idiotas. –La mire porque lo dijo verdaderamente enojada– Creí que ese chico era agradable pero no era así, que lástima. Discúlpame Zo, no pensé que nada fuera a pasar.
Negué suavemente con la cabeza.
–Déjalo así, ya no importa. –Mire mi anillo, no quería quitármelo. Tenía tanto amor en él.

***
–¡Heath! –Mire a Edward que venía corriendo con Kate a su lado, me levante sin muchos ánimos– Ya llegaste.
Asentí solemnemente– Si, adelante mi vuelo, quería llegar pronto.
–Llevas mucho tiempo esperando, veo. –Kate estaba apuntando a las tazas de café que tenía a mi lado.
–Si, hace un par de horas.
Edward me miro algo confundido– ¿Ya viste a Zo? Porque debe de estar aun en su prueba, se supone que hoy terminaba la última.
Mire el pasillo por donde se había ido Zo– Estoy esperándola, creo que metí la pata.
Había llegado en el momento justo para ver a mi novia abrazada al idiota de Mitchell, para verla besarse con ese idiota.
Me aleje de inmediato, hacia el lugar más alejado de esa escena. Para cuando ella chocó conmigo ya había llegado a la resolución de que ella ya no me quería, de seguro creía lo peor de mí por cualquier cosa que le haya dicho esa muchacha. Además, dolía el haberla visto besarse con ese imbécil.
Pero sus palabras aun me rondaban en la mente, haciéndome sentir culpable…
–Haz lo que quieras, menos hablarme no quiero verte ni a ti ni a ese. –Apuntó a Mitch– ¡Váyanse de una vez!! –Había gritado.
Solo pude quedarme ahí parado viendo como ella y su amiga se fueron por ese maldito pasillo… sin contar que Mitchell el imbécil desapareció de inmediato en cuanto intente hablar con él.
–Entonces si viste a Zoey. –Dijo Kate– ¿Le deseaste suerte? Estaba muy nerviosa por sus pruebas.
Le sonreí a Kate– Le irá bien, no tiene porque preocuparse.
Seguí pensando en la cara de Zo y en cómo debía estar ahora. Esperaba no haberla distraído de su prueba, aunque de seguro así había sido. Mire el cuaderno que estaba junto a las tazas de café.

***
–¿Cómo te fue Zo? A mi me fue horrible, no entendí ningún ejercicio, bueno no soy tan buena en matemática como otros de nuestra clase, o crees que debería haber estudiado más para esta prueba…
Mire a Sara que siguió hablando sola, se había tomado la molestia de acompañarme cuando no era su responsabilidad, después de todo no éramos íntimas como Betsy y yo, sino compañeras de clase.
–Gracias por la compañía Sara.
Sara se encogió de hombros– No importa, tú me agradas Zo, no eres como las demás chicas que me molestan o se burlan de mí porque llevo tantos piersings en la oreja o por mi cabello.
La mire mejor, ella siempre llevaba cerca de diez piercings en una oreja y la capa de cabello de debajo era de color verde, lo que se notaba más ya que su cabello era negro. A mi me parecía su apariencia única y a la vez muy divertida.
–No me parece que tu apariencia sea para la risa. –Dije seriamente.
Sara pego un salto y me señaló con las manos– Ves, por eso me agradas eres reservada pero a la vez eres fuego. –Me dijo con convicción– Y te importan los sentimientos de los demás.
Abrí mi casillero y saque todas mis cosas y las puse en una bolsa reciclable.
–Gracias. –Le dije encantada y seguí con mi tarea– Mis cosas caben en una bolsa que irónico.
Sara puso los ojos en blanco– En esa bolsa entra mi PC Tarro y el escritorio, además del mouse, los parlantes y el teclado.
Le sonreí divertida– Es una bolsa muy útil.
–Demasiado útil. Creo que te ayudaré, yo tomaré un lado.
–Gracias. –Me ayudo hasta el estacionamiento, papá ya debía llegar– Voy a esperar a papá aquí. –Mire a Sara– ¿Qué hay de tus cosas?
–Las llevaré mañana, va a estar abierta todo el día para limpiar todas las aulas, así que mañana vendré.
La mire– ¿Quién te va a ayudar?
Sara se quedo en blanco– Nadie, mis padres trabajan mañana, pienso venir con mi hermano pequeño a las diez.
–Porqué no vengo y te ayudo, ¿te parece? –Me ofrecí, ella había sido tan amable conmigo, y parecía hacerla feliz mi ayuda.
En verdad la hacía feliz. Sara me tomo de las manos– ¿Me ayudarías? ¿De verdad? –Asentí– ¡Genial! Entonces nos vemos a las diez aquí ¿o es muy temprano?
Asentí– Si, me parece genial.
–¡Zoey! –Ambas miramos a Heath que venía con Edward y Kate. Me puse en guardia de inmediato.
Edward corrió hasta mí– ¿Cómo te fue? ¿Estuvo muy difícil?
Asentí– Muy difícil, no entendimos casi nada.
–¿Entendimos? –Edward miro a Sara quien lo saludo con una seña.
–Es Sara una amiga. –Dije sonriéndole– Creo que nos fue regular, aunque debo decir que hubieron varios ejercicios que no hice.
–Yo deje casi todo en blanco. –Dijo Sara a mi lado, se había colocado ahí en cuanto vio a Heath aparecer.
–Zoey, ¿podemos hablar? –Me pregunto Heath.
–No quiero hablar contigo. –Mire a Edward que hizo un ruido de sorpresa– Por favor ándate de aquí.
–No me iré hasta que me perdones, fui un idiota.
Me di la vuelta pero apenas lo hice me tomo y me lanzo sobre su hombro.
–¡Bájame de inmediato! –Grité.
–No lo voy a hacer. –Se dio la vuelta por lo que no pude ver al resto– Edward dile a tu padre que llevaré a Zoey más tarde.
–Heath, bájame ahora. –Dije fríamente.
–Oye amigo, no te conozco pero bájala ahora, ya tuvo que aguantar a un idiota que se le echo encima, no necesita otro. –Le dijo Sara.
–¡¿Qué se te echo encima?!
–Amigo, sino la dejas ahora voy a golpearte y soy cinturón morado, créeme no quieres meterte conmigo.
–Soy cinturón negro primer Dan, ¿quieres meterte conmigo? –Le respondió Heath.
–Yo… yo aun puedo pegarte. –Dijo con duda Sara.
–Si le haces algo a Sara no te voy a perdonar nunca Heath, nunca.
–Bien, entonces nos vamos adiós a todos. –Dijo Heath.

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