jueves, 20 de septiembre de 2012

No Wait!: Capitulo XXVIII



–Toc toc, parece que esta dormida. –Dijo un hombre.
–No la despiertes. –Le susurro la mujer.
Un suspiró fuerte se escuchó– No puedo, despierta bebé.
Me arrope más con las cobijas, no me gustaba que me despertaran porque siempre lo hacía de mal humor.
Bufe– Déjame en paz, queremos dormir. –Le dije a quien intentaba despertarme.
–Cielo, no te puedes dormir sin comer algo.
Moví mis manos alejando a alguien– Si puedo.
Mi estómago gruñó, pero lo ignore no me quería levantar estaba agotada de pronto, mi cuerpo se sentía agotado.
–Estoy muy cansada… –Dije volviendo a dormirme.
–¡Despierta de una vez!
Me levante de golpe asustada por el grito que pegó alguien a mi oído.
–¿Qué pasa? –Mi corazón saltaba de mi pecho y comencé a respirar fuerte al pensar en mi bebé.
–¡Edward! ¿Cómo pudiste gritarle a tu hija embarazada?
–Mis dos hijas están embarazadas, así que ya da igual. –Seguí respirando fuerte, con el susto me había levantado de golpe y casi me sentía desmayar– Emily mírame, Emily no me digas que te vas a desmayar.
¿Cómo iba a ver a alguien? Solo veía puntos negros.
–Si, creo que me voy a desmayar.
Unas manos se pusieron en mi rostro– Mírame cielo, lo siento no quise asustarte.
Me queje– Ay, siento que me voy a desmayar solo veo puntos negros.
–Cielito mírame soy yo, mamá.
De pronto me desperté y las manchas se fueron despejando. Me di cuenta de que eran papá y mamá.
–¿Qué hacen aquí ustedes dos?
                            
Ya era tarde, me acomode en mi cama después de cenar. Ni Emily ni Alex con su hermano habían cenado, Emily porque estaba en su cuarto encerrada y los otros dos porque aun no llegaban.
No podía conciliar el sueño, estaba preocupada por Alex. ¿Les había pasado algo?
Me di vueltas y vueltas en la cama.
La puerta se abrió de golpe y me senté de inmediato en la cama esperando que fuera Alex.
–¡Alex! –Grité feliz.
No era Alex.
–¿Por qué creías que era él? –Me preguntó Sam entrando con Zack detrás de él– En verdad duermen juntos, ¿eh?
Me acomode en la cama– No tengo porque decir nada a ustedes dos.
Zack se sentó a mi lado tirando de mi pijama– Aun no me gusta esta cosa, deja demasiado a la vista.
–¡Hay Dios!
Miramos a Sam que parecía consternado– ¿Qué? –Le preguntó Zack.
Sam se sentó a mi otro lado– Duermes con él, ¿y con esa cosita puesta?
Zack también lucía horrorizado– ¿Aun eres virgen?
Le di un golpe en el brazo– Eso no se pregunta.
Sam me zarandeo– ¿Eso es un no?
–Son unos tarados. –Les dije a ambos.
Zack me zarandeo– ¿Es un no?
Estaba enrojeciendo de a poco, no quería decir eso a mis hermanos que eran unos maniáticos del control.
La puerta volvió a abrirse– Hola.
–¿Qué haces tú aquí?
Alex había entrado y de momento se veía confundido– Yo debería preguntar eso también.
Zack se estaba molestando– Somos sus hermanos.
–Son unos idiotas molestos que no me dejan dormir. –Dije irritada porque ellos no se iban a ir.
Alex les frunció el ceño– Deberían dejar dormir a Roby, y para que lo sepan solo vine a darle las buenas noches.
Me hundí en la cama, se iba a ir y no iba a dormir conmigo esta noche.
–Bien, pues dáselas y vete.
Alex se sonrojo y luego me hizo una seña con la mano– Roby ven.
Me levante de la cama de un salto apartándome de mis tontos hermanos.
–¿Estuvo todo bien con tu hermano? –Le pregunte de inmediato.
Alex me sonrió y me abrazo de inmediato– Todo bien, buenas noches mi princesa.
Levante la cabeza de inmediato cuando él puso sus manos en mis mejillas, no sé en que pensaba pero no en que me iba a dar un beso en frente de mis hermanos.
–Te veré mañana, ¿si? –Me dijo Alex acariciando mi nariz con la suya– Vendré a despertarte con un beso.
–Vale. –Sentía desde allí la rabia de mis hermanos– Pero…
Me dio otro beso en la boca– Aquí tienes otro, sueña conmigo.
–¿Qué esta pasando aquí? Creí que no eran novios. –Dijo Zackary.
Alex me abrazo– No lo éramos cuando ustedes preguntaron, pero desde esta mañana somos novios. Bueno, aun no se lo pido formalmente pero lo haré pronto.
Sam se levanto de inmediato– Si no lo has hecho, hazlo ahora.
Alex me soltó y se puso en frente de mí– No lo haré ahora porque ustedes me amenacen, me importa un rábano si quieren golpearme, lo haré cuando crea que es un momento memorable para eso.
–Este mocoso. –Zack agarró a Sam– Vámonos ahora, buenas noches y mocoso vete luego.
Alex asintió– Ya.
Le jale una manga– Buenas noches ustedes, Alex duerme conmigo por favor, no puedo conciliar el sueño.
Alex me sonrió encantado– Claro cielo.
Mis hermanos salieron de mala gana pero se fueron. Suspire y corrí a meterme en la cama, Alex me abrazo en cuanto se acostó a mi lado.
–Te extrañe todo el día. –Le dije algo cohibida cuando puso su cara en mi cuello.
–Yo también. –Me erice al sentir su lengua recorriendo mi cuello– Te traje tus chocolates, encontré unos… lindos.
Puse mis manos en sus hombros.
–Me gusta cuando haces eso.
–Mi marca aun esta ahí, creo que ni te diste cuenta. –Me miro con una sonrisa en la cara.
De pronto recordé como me había succionado el cuello la otra noche– ¿Me habías hecho un chupón?
Alex seguía sonriendo– Sip.
Le iba a dar un golpe en la cabeza cuando su mano se cerró en mi muñeca y me atrajo más a él.
Su mirada se volvió sería– Te dejaré golpearme solo de día, aquí no.
De pronto mi corazón comenzó a latir muy fuerte– ¿Me vas a besar?
Alex me apretó con más fuerza– Voy a besarte hasta que pierdas la cabeza.
Hice un puchero– ¿Por qué sabes besar tan bien?
Alex parecía sorprendido– No sé, antes de ti no había estado ni cerca de tener una novia, pero ahora que tengo quiero hacer todas esas cosas que hace Adrian con su esposa.
Me sonroje– ¿Qué hacen?
Alex se puso encima de mí– No te lo diré.
Me acomode debajo de su peso, me sentía muy… apretada contra él, pero no era incómodo.
Sus manos se posaron en mi cara– Voy a darte un beso francés.
–Quiero…
Alex cubrió mi boca con la suya y antes que pudiera hacer algo abrió mi boca con sus labios y su lengua invadió mi boca.
Cuando él lo hacía me gustaba, por eso lamente cuando se separó de mí.
–Perdón.
Me salí de mi ensoñación– ¿Qué?
Alex se rasco la cabeza– Siempre que te beso así quedas algo ida, bueno ayer creí que te gusto pero me parece que no te agrada nada.
Me salí de debajo de él y me acomode encima– Me gusta mucho cuando me besas de esa forma Alex.
Alex me abrazo y me mantuvo así– Entonces correspóndeme.
Me sonroje pero no podía echarme atrás, no cuando yo quería también. Comencé torpemente a besarlo y hasta que él abrió su boca y comencé a juguetear con mi lengua.
Alex me sostuvo de las caderas y me apretó con firmeza.
Alex apartó su boca– Roby, dame un poco de aire.
Me aparté rápido– Lo siento.
Alex me sonrió– No es por lo que crees princesa, te lo explicaré otro día, creo que debería irme a mi cuarto ahora mismo.
Me senté encima de él– No quiero, quiero que te quedes.
Alex estaba algo ido– Bájate.
Me sentí algo mal– No quiero, me bajare hasta que digas que vas a quedarte.
Alex puso sus manos en mis caderas– Dame un beso.
Feliz que me pidiera eso le di uno francés de nuevo, esta vez me tome mi tiempo para juguetear.
–Creía que no eran novios, a mi me parece que si, ¿y a ti?
Me separé de Alex que estaba medio perdido. Papá estaba feliz al vernos, junto a él estaba Adrian quien me estaba frunciendo el ceño.
–Yo sabía que eran novios. –Dijo Adrian.
Papá me guiñó el ojo– ¿Mintiéndome?
Me levante de la cama y me quede mirando a papá con las manos en las caderas– Deberías tocar antes de entrar a mi cuarto. –Adrian me estaba mirando atentamente– Es mi pijama, es “todo” el pijama.
–Vaya… –Dijo Adrian con una sonrisa extraña en la cara– Al final si nos parecemos hermanito.
Alex se levanto de golpe– Yo no me parezco a ti, no ando regalando ese tipo de ropa a las chicas, ella ya se vestía de esa forma.
Adrian se le acercó y le dio un coscorrón en la cabeza– Idiota, ven vamos a tu cuarto.
–Vayan, vayan, duerme bien hijo espero seguir hablando contigo mañana.
Adrian le sonrió a papá de una forma bastante dulce– Si padrino, ahora me llevo a mi hermanito pervertido.
–A mi me parece que mi hija es la acosadora.
Me sonroje y me puse a saltar– ¡Fuera de mi cuarto!
Alex me jalo un mechón de cabello cuando paso a mi lado, llamando mi atención de inmediato– Dame otro beso de buenas noches.
Me puse en puntitas y él me beso– Yo tenía que besarte.
–No hagas pucheros, nos vemos mañana.
Hice un gran puchero– Bueno, que conste que no me levantaré hasta que tú vengas y cumplas con lo que dijiste.
Alex me revolvió el cabello– Esta bien. –Alex se dio la vuelta y salió de mi cuarto con su hermano.
–Buenas noches tío, –Dijo desde la puerta.
–Buenas noches niños. –Lo quede mirando a él y a la puerta– No, yo no me voy.
Me volví hacia mi cama– Me vas a regañar.
Papá parecía sorprendido– No, solo quería darte las buenas noches y Adrian quería seguir hablando con Alex, ¿por qué pensaste eso?
Me cubrí con las mantas– Porque solo haces eso; Robin no te vistes como señorita, Robin compórtate, Robin no hables así…
Papá levantó las manos– No pensé que me la pasara regañándote.
–Es que nunca hago nada bien. –Dije acomodando para dormir– Nunca.
–Robin, no pensé tampoco que entre nosotros hubieran problemas.
–No los hay. –No hay nada de nada, para eso tendría que hablarme más seguido.
–Mañana seguiremos hablando… me parece que estas cansada. –El colchón se hundió bajo su peso– Buenas noches mariposita.
–Buenas noches.
Un beso cayó en mi cabeza– ¿Ya no hay más “papi”? no importa.
Me aferré a las mantas– Bueno, buenas noches papi.
Papá me soltó las manos y me abrigó con las mantas como solía hacer antes cuando era pequeña.
–Te amo mi mariposita.
Me sonroje– Yo también papi. –Papá estaba saliendo de mi cuarto, me senté en la cama– ¡Papi!!
Papá volvió corriendo– ¿Qué pasa?
No quería seguir sintiéndome rechazada– ¿Por qué ya no pasas tiempo conmigo? ¿Por qué ya no me hablas?
Papá me sonrió con pesar– Tú ya no quieres estar con papá.
Hice un puchero– Mentira. –Le tendí los brazos– Yo quiero a papi. 
Papá me abrazo– Mi pequeña mariposita, ¿recuerdas porqué te puse así? –Negué– Porque siempre revoloteas por todas partes sin darte cuenta de nada, ni siquiera como me alejaste de tu lado.

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