lunes, 10 de septiembre de 2012

No Wait!: Capitulo XXVI



Me desperté sola y eso me asustó un poco, sino es porque así debía ser aunque no le costaba mucho despertarme para levantarnos juntos. Tonto Alex.
Salí de la cama y me dirigí hacia la ducha con toda mi ropa y cosas. Me vestí en una niebla, todavía sentía mis labios un tanto irritados y un poco inflamados por los besos de Alex. Algo había ocurrido anoche cuando comenzó a besarme tiernamente para luego acabar… Me sonroje al pensar en que el día antes me había dado asco el beso con lengua de Tom pero Alex… él había sido tierno y luego algo más.
¿Cómo podíamos habernos besado de esa forma? Deje de pensar en eso, hoy tenía un día por delante.
Mi mochila iba vacía hoy, bueno solo llevaba libros y mi cuaderno multiuso; era de todas las materias. Baje con ella en la mano y salí rumbo al comedor.
Esperaba que hoy no tuviera molestias, mamá y papá se molestaban por mi falta de tino al momento de vestirme. Camine hacia el cuarto de Emily pero ella ya estaba saliendo con algo de prisa de allí.
–Hola Rob, ¿cómo estás hoy? Yo, apurada y bastante mal genio, el abuelo me despertó hace un par de horas para que estuviera lista y alimentada para nuestra cita, ¿puedes creer eso? Es inhumano que me trate de esa forma, como si fuera una niña pequeña y no la mujer que soy.
Levante las manos– No me digas, vamos a comer de pronto me dio hambre y necesito algo de café.
Emily se colgó el bolso y comenzó a caminar hacia las escaleras– Me alegra que puedas tomar café, a mí la abuela me lo prohibió, aunque francamente no me apetece me dan nauseas y ya sabes. Pero desearía que no me lo prohibieran, volvemos a lo de tratarme como bebé, ni siquiera puedo pedir ayuda a mamá o a papá porque opinan que estoy mejor aquí.
Mire de por el rabillo del ojo a Em, hoy se veía animada, después de las compras de ayer se mostraba de mejor humor y más estable por así decirlo, ya no se veía tan deprimida. Me alegre por ella y por el bebito.
Aunque, lo de su familia parecía raro– Tal vez es así.
Emily parecía confundida– No me agrada eso.
–Ya no pienses en eso, ¿Jane te ha llamado?
–No, solo Zoey me llama todas las noches junto con Edward, papá y mamá solo me llaman los fines de semana. –Le tome la mano y seguimos camino.
Como nunca llegamos temprano y Sam ya estaba ahí. Eso daba miedo. Alex también estaba allí mirando para todos lados, tenía que descubrir que pasaba con él y el comedor.
Tome asiento al lado de él y espere a que me hablara pero solo se quedo mirando la nada.
–¿Te pasa algo? –Le pregunte.
Alex negó– No, nada. Solo que, hoy no te puedo llevar a clases así que debes pedirle a tus hermanos que te lleven, –Lo quede mirando hasta que siguió– Tengo que encontrarme con alguien.
–¿Quién? –Demande, sintiéndome violenta de solo pensar que podía ser una chica.
¿De dónde venía eso?
Alex me piñizco la mejilla con suavidad– Mi hermano viene a la ciudad, nunca sale de su encierro pero dice que me extraña y quiere saber como estoy, probablemente Susan lo obligó a venir.
–Oh. –Me tranquilice y a la vez me sentí algo triste por ello, quería que fuéramos juntos al instituto– ¿Vas a ir después?
Negó– Voy a pasar el día con él.
–Bueno, espero que pases un lindo día con tu hermano.
Alex me sonrió– Recordé cual era la tarea.
Me quede en blanco un momento– ¿De qué…? Ah, ahora lo recuerdo. ¿Cuál era la tarea?
–En historia hay que llevar un árbol genealógico. –Dijo moviendo las manos, dibujando un árbol. Siempre tan gráfico pero me gustaba eso de él.
Hice una mueca al pensar en la clase– Tú sabes…
–Que nunca entras en la clase pero puedo ayudarte a pasar el año, sé que puedo. –Me dijo abrazándome.
Lo abrace de vuelta– Bueno, tomaré uno de Zack, él siempre tiene de esas cosas raras.
–Ustedes están muy acaramelados. –Gruñó Sam– ¿Papá no te molesta?
Papá me sonrió– Claro que no, Alex es ideal para mi pequeñita.
Me quede con la boca abierta, hasta que hice un puchero– Me estas regalando a un desconocido.
–Que va, no es un desconocido. Estudié con su padre durante años, compartimos cuarto en la universidad y también era un despistado con todo, apenas y se daba cuenta de lo que decía. –Se nos quedo mirando un momento– Me apuesto a que Alex es así, Charles me dijo que era el único de sus hijos que se parecía a él en todo.
Mire a Alex– Lo que se hereda no se hurta.
Su mirada me decía que no tenía ni idea de lo que decía– Creo.
–Ven niños, no hay de que preocuparse, aunque su padre dejo embarazada a su novia a los dieciséis.
Alex se sonrojo– Más o menos así ocurrió.
–Hijo, yo estuve ahí cuando nació tu hermano. –Apuntó a Alex con su cucharita de café– Soy su padrino.
–Bien, eso sonó muy Star Wars. –Dijo Zackary que se sentaba al lado de Sam.
El abuelo nos miraba interesado, la abuela no tanto porque tenía esa cara de preocupación que solo pueden poner las abuelas cuando les dices que no has comido nada aun. Emily solo se preocupaba de comer y mirar a mamá, ya que mamá tenía cara de felicidad probablemente porque ya me imaginaba como una solterona en el futuro y esto quería decir que ese futuro horrible se esfumaba.
–Ya sé, Alex ¿por qué no dejas que Robin te acompañe?
Estuve atenta a la reacción de Alex pero él pareció contento con la idea, me giro de golpe para quedar de frente a él– ¿Te gustaría ir conmigo?
–Si, claro que me gustaría. –Sería interesante, me dije ver como era Alex con su hermano.
–Papá. –Dijeron mis hermanos pero papá no los estaba escuchando para nada, solo asentía satisfecho.
–Pero que te quede claro que no somos novios. –Le dije a papá.
Parecía sorprendido– A mi me parecen una pareja, cada vez que los veo están abrazados o él te esta besando.
Mire a Alex con mi mejor cara de “Ahora explícale”, él se encogió de hombros y me miro ceñudo.
–Es como lo de ayer, ¿cierto? Eso de habernos acostado juntos.
–¡¿Qué?! –Gritó todo el mundo a excepción de papá y Emily que se veían tranquilos.
Enrojecí– Si, eso mismo.
–¿Entonces que puedo hacer? –Le golpee la mano que subía ya a su cabeza, iba a terminar calvo.
–Explicarnos que es eso de que te acostaste con mi hermana. –Lo amenazó Zack antes de que pudiera decir algo.
–Si, explica mocoso. –La voz del abuelo era igual de amenazante.
Alex estaba algo contrariado pero él ya sabía porqué estaban enojados– Verán yo he estado durmiendo en la cama de Robin, solo dormir…
Papá estaba sonriendo– Tu padre me advirtió que tenías esa costumbre, tu hermana suele dormir contigo ¿no?
Alex asintió, por fin tenía un aliado– Si, pero prometo que solo he hecho eso, nunca me aprovecharía de Alex y sobre los besos, eso también lo hacía con mi hermanita pequeña cuando hacía pucheros.
Le di un golpecito en la cabeza– No les des más excusas, no haces nada malo y si lo haces ya me encargo de golpearte.
–Siempre me golpea. –Me acusó con papá.
–¿Y las clases de señorita? Se supone que deberías ponerlas en práctica. –Me dijo mamá por sobre el hombro de papá.
–Con él no se puede ser una señorita.
El abuelo golpeo su taza con la cuchara– Niños, niños ya coman que el café se enfría y necesitan comer algo más antes de comenzar el día.
Mire a Alex– ¿A qué hora debes salir?
Alex se quedo pensando– No, él vendrá y luego salimos juntos.
Comí mis cereales lentamente– Apuesto a que tu hermano es como tú, todo despistado y diciendo cosas raras.
Alex hizo una mueca– Entonces, te vas a llevar una sorpresa.

Salimos al jardín después del desayuno a esperar a su hermano. Claro no pudimos salir antes de los comentarios de papá como los de “que linda pareja” y “vuelvan tarde”.
Pero ya todos habían salido; el abuelo junto a Emily se había ido sin más. La abuela y mamá estaban preparando algo de lo que no hablaban con nadie así que no pregunte. Papá había salido hacía su trabajo.
Mis hermanos.
Ellos se habían demorado todo lo que habían podido para hacernos compañía, pero también tuvieron que irse. Menos mal.
–Tiene unos hermanos muy sobreprotectores. –Alex parecía feliz al hablar.
Estábamos sentados bajo un árbol nuevamente, me parecía que a él le encantaba estar bajo la sombra de los árboles y esa era otra cosa que llamaba mi atención.
–¿También eres de esos hermanos?
Alex se recostó en mi regazo– No, mi hermana Susan ya esta lo suficientemente fastidiada con la sobreprotección de Adrian y Lexy es de temer, creo que me golpearía si me atreviera a celarla.
–Me gustaría ser así. –Le acaricié el cabello mientras hablaba– Mis hermanos comenzaron a celarme cuando a Emily se le ocurrió que cambiara mi armario, creo que antes no tenían ni idea que figura tenía y se conformaban con su hermana la patito feo.
Alex abrió los ojos– Quieres decir que no se habían fijado en que tenías curvas y todo eso ¿eh?
Me sonroje– Para mi era normal, siempre he sido desgarbada y sin mucho pecho.
–Tienes bastante de eso, –Me sonrió sin mala intención– Mi hermana es plana como una tabla pero ella tiene “eso” que llama la atención de todos, es popular y todo. Creo que la envidio por eso, yo nunca he llamado la atención en nada de lo que hago, soy tan normal.
–Yo también, mis hermanos se llevan toda la atención. Mis abuelos nunca me han dicho algo bueno de mí. Verás, siempre me decían que me vestía mal, que nunca iba a tener novio y ahora no me dicen nada. Mis padres igual. –Mire con pesar a Alex– Creo que tenemos problemas.
Alex me sonrió abiertamente– Somos los acomplejados.
Le revolví el cabello con los dedos– Los locos.
Alex se levantó quedando a mi altura– Un par de tontos que no sabemos lo que queremos.
–O no nos atrevemos.
Alex acercó su cabeza a la mía y junto su frente con la mía, mi corazón latía con fuerza esperando que algo pasara.
–¿Cuándo van a besarse?
Nos separamos de inmediato y me encontré cara a cara a un hombre de cabello castaño oscuro y barba más oscura aun, sus ojos eran azules y familiares pero no ese cuerpo musculado, de seguro medía más de dos metros. Él no tendría nunca problemas con los matones en la escuela.
–No seas molesto idiota. –Alex se levanto del suelo con un salto y me tendió la mano para levantarme.
Cuando le di la mano el hombre nos sonrió y me guiñó el ojo.
–¿Quién es la bella dama?
Mire a Alex con desconfianza pero él solo me sonrió– No te asustes, se ve malvado con toda esa barba pero es mi hermano mayor Adrian alias Robinson Crusoe. Adrian, ella es nuestra prima Robin y estábamos conversando.
–Está bien, después me cuentas.
Alex hizo ese familiar gestos de rascarse la cabeza– Pues verás…
–Invitaste a tu novia a venir con nosotros, –Adrian conocía a su hermano al parecer– Pues verás… no puede venir, quiero hablar contigo sobre algo personal y lo siento pequeña pero quiero privacidad para estar con mi hermano.
Trate de no sentirme herida ni demostrarlo en frente de Alex, quien ya se veía molesto por ese comentario. No era el momento para hacerlos pelear por una tontería, era justo que estuvieran juntos después que no se veían desde hace semanas, sin las interrupciones que yo podía darles.
Le di un abrazo a Alex– Nos vemos en la tarde para correr en el jardín.
Alex asintió de mala gana– Bueno, en la tarde nos vemos ¿quieres que te compre algo?
–No sé, creo que no. –Dije indecisa, no sabía que podía comprarme porque no sabía a donde iban como para pedir chocolates y gracias a papá no conocía demasiado la ciudad; No salgas de casa te pueden raptar.
Adrian capto nuestra atención– Vamos Alex, fue un gusto conocerte Robin, probablemente en la tarde nos volvamos a ver; Tengo que saludar a mi padrino o se puede enojar.
Alex me miro y bajo su cabeza a la mía y me dio un beso en los labios pillándome desprevenida totalmente.
–Si me acuerdo de lo de anoche. –Me susurro al oído– A mi también me gusto abrazarte y besarte hasta perder la cabeza.
Mi corazón latía con fuerza, me toque el pecho y Alex puso su mano sobre la mía por un motivo desconocido puse mi mano en su pecho y sentí a su corazón tan loco como el mío, casi latían al mismo tiempo.
–Yo también lo siento, anoche me di cuenta ¿y tú? –Me preguntó Alex.
Asentí, ahora ya sabía lo que se suponía debía sentir– Qué tonta…
Alex me sonrió con dulzura– Yo también.
Enrede mis brazos en su cuello– Nos vemos después.
–Te traeré chocolates. –Me dio otro beso antes de separarse de mi, esta vez su beso fue más largo– Nos vemos después princesa.
–Si.
–¿Podemos irnos? Chicos ustedes son unos tortolos, sé que la chica es bonita pero... 
Alex le frunció el ceño– No te atrevas a decir nada de mi novia.

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