martes, 17 de abril de 2012

I Don't Understand Nothing: Capitulo XXVI




Me senté en la banca más aislada que podía haber en el jardín pero Paul se fue hasta unos columpios que habían más allá, me estaba preocupando, apenas y me había hablado. Habíamos bailado desde que llegó pero no me había dedicado palabra alguna cada vez que había intentado hablar con él.
Esta noche en especial Paul era una visión digna de admirar, vestido con un traje gris paloma y una camisa blanca; se veía simple y elegante. Pero sería más encantador si él se dignara a hablarme. Por fin decidí levantarme y fui hasta él para sentarme en el columpio de al lado.
– ¿Vas a decirme qué sucede? –Pregunte al ver que continuaba callado.
– Me voy.
Creí haber escuchado mal– ¿Qué?
– Emily, me voy. Ya no puedo estar aquí. –El tono de voz era frío casi indiferente mientras se columpiaba con un pie.
Lo sacudí– ¿Solo me vas a decir eso? ¿Nada más?
Él me miro con una sonrisa triste– ¿Qué quieres que te diga mon chere?
– No me digas mon chere. –Le solté. Estaba colocándome nerviosa con todo ese misterio.
Paul se rió– Hasta hace unos días te gustaba que te llamara así.
No podía creer que me diera esa respuesta– Quisiera que me dijeras por qué te vas tan repentinamente.
Paul negó– Pero yo no quiero decírtelo.
– ¿Por qué? –Me estaba poniendo insoportable, lo sabía, estaba comenzando a querer morderme las uñas.
– Solo quería decirte que me voy mañana. –Se levanto del columpio y se fue caminando.
Corrí hasta él, casi tropezándome con mis propios pies– ¿Por qué no me dices que sucede? Después de todo lo que ha pasado entre nosotros…
– Emily no me malinterpretes, lo nuestro fue pasajero nada más. –Me dijo con desprecio.
Me quede helada por esas palabras.
– Creí que te gustaba. –Susurré.
– Eres inteligente, solo piensa un poco ¿quieres?
Lo vi irse después de eso, ya no lo detuve. Sabía que era tonto que me pusiera a llorar por algo que no había durado más de unos pocos días pero no lo pude evitar.
Dolía. Dolía equivocarme otra vez. Ya no podía confiar en nadie.
Me quede en los jardines, ya no estaba de ánimos para una fiesta. Mire en mi bolcito, y vi que tenía las llaves de casa y un poco de dinero. Me saqué los zapatos y me puse en marcha para volver a casa.
Me di un vistazo, me veía como una tonta, una gran tonta.
Cuando pase por fuera del salón me di cuenta de que estaban cantando el cumpleaños feliz a Zoey. Ni siquiera tenía las fuerzas como para cantar por mi hermana. Seguí mi camino hasta la vereda, era una zona bastante privada así que seguí mi ruta hasta el siguiente paradero de taxis.
Me senté en la banca a esperar.
– Mi grupo me dijo que una chica rubia que concordaba con la descripción de una de mis primas se había retirado de la zona segura y vine a echar un vistazo.
– Piérdete Marcus. –Odiaba mi voz después de llorar, siempre se ponía ronca.
Marcus se puso de inmediato a mi lado– ¿Por qué lloras? ¿Alguien te hizo daño?
Aparte sus manos cuando me estaban revisando la ropa, me aparte. Solo quería un poco de soledad nada más.
Me puse a llorar.
– Emily si te duele algo solo dímelo. –Genial. Estaba preocupando a mi primo.
Mire a Marcus– Solo quiero irme a casa.
– Emily dime, ¿alguien te hizo daño?
Negué firmemente– Solo me siento mal y quería irme a casa, llévame a casa Marcus.
Marcus asintió y me indicó su auto que estaba estacionado unos metros más allá de donde estábamos nosotros. Me encaminé hasta su auto.
– Porque no damos una vuelta y luego volvemos a la fiesta, me debes un baile. –Me negué a responderle– ¿Estás segura que no haces esto porque no quieres bailar conmigo? Si es así, te prometo que no bailaré contigo pero es una pena porque había aprendido a bailar muy bien.
Le sonreí tristemente– Solo llévame a casa, quiero estar sola.
– No te voy a dejar sola en una casa vacía. Me quedo contigo. –Iba a negar pero me ignoro centrándose en su teléfono– Papá, llevo a Emily a casa… no, no esta bien… si, me quedo con ella hasta que lleguen a casa… si, OK. Bye.
– Yo podía avisar que me iba a casa. –Lo regañé.
Marcus jugó con su teléfono– Nos movemos en dirección a la casa Stonel.
– No hagas tanto drama solo llévame a casa.
– Como quieras preciosa.

***
Me estaba impacientando, no veía a Em por ningún lado y quería saber si había visto a Paul pero en ese momento vi a Paul hablando con Edward que estaba poniendo caras.
– ¿Dónde esta Em? ¿Tú la ves? –Le pregunte a Heath que estaba comiendo pastel.
Heath negó antes de tragar– No, ya te dije que debe estar con Paul.
– No esta con Paul, él esta ahí.
Heath se dio vuelta de inmediato para ver donde yo apuntaba.
– Vamos a preguntarle.
Papá me tomo por el hombro antes de que me metiera entre la multitud con Heath– Zoey, ¿dónde esta Emily?
Me encogí de hombros– No lo sé.
– Yo respondo a esa pregunta, –Dijo tío Mark– Te estaba buscando Edward, Emily se fue a casa con Marcus, dice que no se sentía bien.
Papá y yo nos preocupamos– ¿Qué le pasaba? ¿Está enferma?
– Marcus esta con ella, solo me dijo que esta bien ahora pero estaba algo nerviosa cuando la encontró.
Papá aun estaba preocupado– Voy a llamar a casa, con permiso.
Mire hacia Paul que nos miraba algo preocupado, le tome la mano a Heath y lo arrastré conmigo hasta donde estaba su gran amigo con Edward y Kate.
– ¿Qué sucedió? –Nos pregunto en cuanto llegamos a él.
Edward también se veía preocupado– Zo ¿qué pasa?
– Nada, solo quería saber si alguien sabe que le paso a Emily.
Paul me tomo del brazo– ¿Qué le paso a Emily?
– Nada, se fue a casa solo eso.
Paul no se relajó– ¿Está sola en tu casa?
– No, esta con mi primo Marcus. –Dije pero aun así no me tranquilizó ver su reacción. Paul había apretado la mandíbula como si estuviera enojado.
– Eso quiere decir que esta segura, Marcus esta bien entrenado. –Dijo Edward.
Asentí hacia él pero algo estaba captando la atención de varios más allá, hasta que vi quienes eran. Pegué un gemido.
– Si me disculpan tengo que ir a separar a papá del abuelo Alfred. –Heath me detuvo.
– Zoey quédate aquí con tu hermano, tengo que ir con tu padre un momento.

***
Había llegado la hora y Emily se había largado. No, había que ser justos algo había pasado entre Paul y ella. Esperaba que no se hubiera tomado a mal que Paul tuviera que irse dentro de unos días. Con todo lo que había pasado con el maldito paparazzi su familia lo quería de vuelta en Francia.
Atravesé la marea de gente hasta llegar al señor Stonel.
Me quede en shock al ver un hombre mayor muy parecido al papá de Zoey llamándole la atención en otro idioma.
Carraspee pero ninguno me prestó atención. Le toqué el hombro al señor Stonel y este casi me quita el brazo al agitarlo con una mano.
– ¿Qué pasa? –Me gruñó.
Me aclare la garganta– Quisiera hablar con ustedes a solas, si pudiéramos ir a un lugar aparte me encantaría hablar con ustedes dos.
– ¿Quién es este impertinente? –El abuelo de Zoey me estaba mirando de pies a cabeza.
Alce la barbilla– Soy Heath Tanner, el novio de Zoey ¿usted es su abuelo Alfred?
– ¿Tanner? –Si las miradas mataran, ya estaría en el piso más muerto que mi abuelo.
El padre de Zoey se tranquilizo un poco– Hay una sala aledaña por allá atrás.
– Lo sigo señor.
***
Algo pasaba y eso me molestaba. Heath había desaparecido con papá y el abuelo Alfred sin decir nada más. Estaba comenzando a temer que se trataba de ese maldito compromiso, solo esperaba que nada malo le pasara.
– ¿Crees que Emily este mejor?
Mire a la carita de Kate– Estará bien, ya debe de estar en casa.
Paul me miro durante un minuto– Llámala.
Asentí pero no acababa de gustarme su tono de voz. Me aleje de todo público por lo que llegue hasta el jardín, mi teléfono estaba muy bien escondido en uno de los plises de mi vestido lo saqué con cuidado y llame a Emily.
– Hola.
Esa simple palabra.
– Has estado llorando, ¿por qué? ¿Qué pasa?
La oí carraspear– Estoy bien, solo me sentí algo mal en la fiesta. Un acceso de nervios nada más. Marcus me esta haciendo compañía aquí a mi lado.
– Bien, te creo si tú me dices que es eso. –Suspire– Pero cuando llegue a casa voy a ir directo a hablar contigo, quiero saber que te puso mal.
Emily volvió a carraspear– Y yo estaré aquí esperándote, así que ve y disfruta tu fiesta. Le he dicho a Marcus que vuelva pero me esta ignorando.
– Que bueno, no soportaría que estuvieras sola en casa. –Mire a todos lados– Nada me resulta como quiero ¿sabes?
Escuche unos ruidos del otro lado– Marcus apártate. Estoy hablando con Zo, vete. –Otros ruidos más– Ahora si, dime que esta pasando.
Me animé al escucharla más normal– Papá, el abuelo Alfred y Heath están encerrados en alguna parte hablando de algo que estoy temiendo tiene que ver con el contrato maldito. Tu no estas aquí y no he visto a Betsy en toda la noche.
– Lo último esta solucionado, Betsy acaba de subir con Vincent. –Escuche un ruido de cojines– ¿Qué pasa Marcus?
– Nauseas, mi hermana comienza a tener nauseas, que asco. –Escuche la voz de Marcus a lo lejos– Voy a verla, ni se te ocurra encerrarte en tu cuarto o tiro la puerta.
– Vete a ver a tu hermana. –Emily le gruño– Ha estado insoportable, bien ahora eso de Heath con papá y el abuelo también sé que sucede, se supone que yo debía estar con Heath para ayudarlo pero no estaba pensando en eso. Descuida, todo va a estar bien. Heath esta solucionando eso del compromiso.
– Lo sabía, sabía que era eso. Debo ir con él.
– ¡No! Déjalo solo, él lo va a hacer bien sin ti ahí, ten fe en mi hermana, no le vas a ayudar si te pones a despotricar sobre el abuelo, aunque se lo merezca.
– ¿Y qué hago entonces? –Prácticamente estaba dando pisoteadas contra el suelo.
– Ve con tus invitados y paséate, pregunta si están entretenidos. Diablos, eres la festejada, esperan verte. Ve.
Mire el teléfono cuando me cortó. Definitivamente ya había vuelto a ser ella, increíblemente me alegraba.
Volví con los demás Paul estaba apoyado contra la pared mientras Edward y Kate bailaban en la pista.
– Se ven lindos ¿no? –Le comenté.
– Si, ¿cómo esta Emily?
– Bien, algo enfadado con Marcus pero bien. –Al ver que no me iba a seguir hablando me moví– Voy a hablar con los demás invitados.
– Ve, tus invitados deben de extrañarte.
Me fui directo hasta un grupo de gente y puse mi mejor sonrisa. Por raro que suene nunca me sentí intimidada al hablar con extraños, solo la gente que conocía me daba nervios, algo irónico. Pase por varios grupos hasta que llegue donde estaban mis abuelos a excepción del abuelo Alfred.
La abuela Jess me tendió los brazos– Aun no te había visto, feliz cumpleaños Zoey.
Le devolví el abrazo– Gracias abuela, ¿dónde está el abuelo Fred?
– No te preocupes, debe pelear con tu padre una vez al año para sentirse bien el resto del año. –Se rió.
– ¿Para mi no hay un abracito pequeñito? –Mire a la abuela Mila.
– Si lo hay. –Dije abrazándola– ¿Cómo han estado?
– Felices dándome la lata. –Dijo el Abuelo Jay.
Me quede un rato con ellos antes de seguir avanzando hasta donde estaban los demás. Pasaba demasiado tiempo y Heath no aparecía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario