lunes, 8 de julio de 2013

No Wait: Capitulo XLIII



A la hora de la fiesta no sabía que pensar, veía un montón de gente que no soñaba ni conocer en mis más profundos pensamientos. Aunque a la mayoría ya los conocía nunca los había visto juntos a todos en un mismo espacio. Era perturbador.
–Cielo, no me dejes sólo. –Le dije a Emily que estaba muy a gusto a mi lado, mientras saludábamos gente y más gente.
El señor Henry apareció de pronto, acompañado de una mujer bastante elegante y de unos ya familiares ojos azules, aunque el cabello castaño no me era muy familiar.
–Hola niños, vine a presentarle a Paul a mi adorada esposa. –Señalando a la mujer que estaba a su lado– Mira querida este es el futuro esposo de nuestra sobrinita.
La mujer me sonrió apenas– Mucho gusto, aunque lo que debió haber hecho es casarse antes de engendrar un niño.
Emily torció el gesto de inmediato pero me mantuve sonriendo– Hemos tenido unos cuantos problemas por eso no hemos podido casarnos antes.
Emily me piñizco en las costillas– Tía, ¿cómo has estado?
–Bien, ¿cómo ha estado mi desagradable hermano? –Preguntó su tía en tono frío.
Emily le frunció el ceño– Bien, ahora debemos saludar a unas cuantas personas más, con permiso.
–Vayan. –Dijo el señor Henry sin darse cuenta de lo desagradable que había sido su esposa.
–¿Qué le pasa a tu tía? –Le pregunté a Emily cuando estuvimos a una distancia prudente.
Emily se encogió de hombros– No le agrada papá. –La mire como si eso no fuera obvio– Papá estuvo alejado de la familia cuando según todo el mundo él debía estar con ellos.
–No entiendo.
–De todas formas lo vas a saber, papá tenía otra hermana; menor. La secuestraron a los quince años y papá nunca se lo perdonó del todo al abuelo pero tía nunca le perdonó a papá que estuviera en el extranjero mientras ellos sufrían la pérdida de tía Anabella.
La mire atónito– ¿Dónde está tu tía Anabella?
–Nadie lo sabe, nunca encontraron un cuerpo. El abuelo pago una parte del rescate pero de repente no supieron más de los secuestradores, eso me lo contó hace poco el abuelo. Papá prefiere pensar que no está muerta y eso también le enferma a tía Jess, ella ya se rindió.
–¿Qué hay de tu tío Zack? –Pregunté algo incomodo.
Emily se encogió de hombros– Él está en paz con Dios y con el demonio, dice que le gusta pensar que ella está viva pero que no tiene muchas esperanzas, aun así dice que un día la espera ver entrar por la puerta de la casa.
Tomé su mano y me la llevé a los labios– Un día aparecerá, ya lo verás.
–Gracias cielo, ahora busquemos algo dulce; me muero por algo con chocolate.
Así comenzó la búsqueda del dulce más azucarado del lugar…
–¡Paul! ¡Mon cousin! –Me quede de piedra cuando escuche esa voz que no había oído en años.
–No puede ser… –Me gire lentamente hasta que me encontré con esos ojos color leche con chocolate en un rostro en forma de corazón– ¿Chantal?
Chantal iba vestida con un vestido verde oliva y unos tacones inmensos… si, era mi prima.
–¡Cousin! C’est moi mon cher.
Emily me piñizco muy fuerte esta vez para llamar mi atención.
–¿Quién es ella?
Chantal llegó a nosotros en unas cuantas zancadas, algo que siempre había admirado en ella era la belleza natural con la que se movía, era una gracia casi felina, pero lo que más había admirado era…
–Perdón, mi nombre es Chantal Monet LaCourt; soy prima de Paul, mucho gusto, tu debes ser Emily. El abuelo me ha hablado muy bien de tus padres, dice que son un encanto, no como los míos claro, ellos son terribles ma petite.
Era que nunca se daba cuenta cuando alguien la miraba mal y nunca se callaba.
–Ella es mi prima por parte de mi padre y hasta hace poco… –La mire dudoso– Estaba encerrada en un convento, ¿cómo saliste de allí?
Emily solo miraba nuestro intercambio de palabras, Chantal por otra parte solo me sonreía encantada.
–Grand-père me saco de ese lugar con ayuda de tío.
Me quede boquiabierto al escucharla, papá no me había contado nada de eso y menos que se había relacionado con el abuelo nuevamente.
–¿Grand-père? Pero él estaba…
–Perdido, desorientado y algo sólo. Así me sentía.
Me di la vuelta al escuchar esa voz grave que varias veces me había llamado la atención cuando niño, él podía hacerse oír a pesar del ruido entre una multitud, él era único.
–Grand-père… –Me separé de Emily para abrazar a mi abuelo como solía hacerlo cuando llegaba a casa y lo encontraba esperándome después de pasar meses en aquel internado– Grand-père…
El abuelo me separo un poco y sujeto mi cara entre sus manos– Has crecido tanto, ya eres un hombre Paul.
Mire a Emily con los ojos algo llorosos, ella ya estaba llorando.
–Mon ange, éste es mi abuelo. Abuelo, ésta es la mujer con la que quiero pasar mi vida y mira vamos a ser padres… –Dije emocionado por tenerlo a mi lado.
El abuelo se separó de mi para abrazar a Emily– Seas bienvenida a la familia hija y que este pequeño sea tan feliz como no pudimos ser nosotros.
–Gra… gracias. –Dijo Emily.
–Père te me adelantaste. –Mire a papá y antes de poder reaccionar estaba envuelto en un abrazo estrecho– ¿Estás bien? ¿Te han tratado bien? –Asentí por inercia porque era tan extraño tenerlo a mi lado como un padre normal– Se que es extraño verme aquí pero vine por algo en especial.
Nos miramos seriamente por un momento, sólo podía traerme malas noticias.
–Debes comprometerte formalmente con esta joven. –Lo mire atónito.
–¿Qué? –Le dije algo confundido porque no era eso lo que esperaba.
Papá solo sonrió– Père me dio esto el día de mi boda, pero tu madre no quiso usarlas… eso debió darme una idea de que lo nuestro no estaba bien, espero que tu les des un uso. Anda extiende la mano.
Extendí la mano y cayó en mi palma una pequeña caja de terciopelo, al abrirla me encontré con un par de argollas de oro; sencillas pero elegantes.
–Papá esto es demasiado…
–No. Paul, eres mi único hijo y estaré feliz de que uses estás argollas que han estado en nuestra familia por décadas.
Suspiré– Cuando lo pones de esa manera solo puedo aceptar. –Sonreí.
–Eso es lo que quería escuchar.
–Darian, ¿le diste las argollas? –Preguntó el abuelo aun abrazado a Emily– ¿Le dijiste que es algo que pasa de primogénito a primogénito?
Papá miro al cielo– Père, iba a hacerlo.
Emily me sonrió con los pulgares arriba.
Apreté el hombro de mi padre– Padre quiero presentarte a mi futura esposa, Emily Stonel.
–Mucho gusto señor. –Le dijo Emily.
–Cuidado Darian cuando la abraces, esta niña parece tan frágil. –Le dijo el abuelo a mi padre.
Me reí por esa descripción, Emily entendiendo porque me reía me guiñó el ojo. Ella podía ser cualquier cosa menos frágil.
–Que gusto es verlos. –La voz de mi suegro se hizo escuchar, iba de la mano con mi suegra– Darian, señor LaCourt y… a usted no la conozco.
Puse una mano detrás de Chantal– Le presentó a mi prima Chantal. Chantal, estos son mis suegros; Edward y Sheney Stonel.
–Un gusto conocerlos.
El señor Stonel nos sonrió a todos– Ya basta de presentaciones, vamos únanse a la fiesta.
Papá me miro y luego miro a mi suegro– ¿Edward? ¿No te parece que alguien debe hacer una propuesta a alguien?
–Tienes razón Darian… ¿Paul?
Mire a Emily y luego mire las argollas, hasta ahora habíamos dado por echo que nos casaríamos pero nunca se lo había preguntado de frente.
–¿Quieres subir conmigo a la plataforma?
Había visto que habían armado una plataforma al fondo del salón principal de la mansión Evans.
Emily me miro nerviosa– Si, creo que si…
–Ah, se me olvidaba que te iba a regalar algo de mi parte, las argollas eran de parte de tu abuelo pero este es de mi parte. –Me tendió otra cajita, al abrirla me encontré con un anillo de oro blanco con un rubí, algo que hubiera comprado si lo hubiera visto. Cerré la cajita antes de que la viera Emily.
–Vamos arriba mon ange.
La tomé de la mano y con paso cuidadoso pero rápido la lleve por entre la gente hasta llegar a la plataforma, donde la subí con cuidado.
–Hey chicos, ¿qué hacen? –Nos dijo un niño muy animado.
Emily le sonrió– Paul va a hacerme una pregunta y quiere hacerlo en grande Rick, ¿puedes…?
El tal Rick nos sonrió y de la nada sacó un micrófono– Hola, hola amigos espero que lo estén pasando bien en esta fiesta. Solo unas pocas veces logramos juntar a toda la familia y siempre pasa algo que nos alegra la velada. –Lo mire con impaciencia– Ahora les dejo a Paul, que quiere su atención.
Rick me tendió el micrófono lo que le agradecí con asentimiento y luego mire a toda la multitud presente, fue tan aterrador que solo pude enfocarme en Heath que estaba levantándome una mano en puño, en signo de victoria.
Mire a Emily que era quien me interesaba más que cualquier persona en el lugar.
–Emily… fue un descuido no preguntarte esto antes. –Tomé su mano derecha y luego puse una rodilla en el suelo– No sabes lo importante que eres para mí, más aun que me das un hijo. Pero que te quede claro que te amaba incondicionalmente antes de que pudieras pensar en conocerme, desde que te vi en ese aeropuerto supe que éramos la pareja ideal, tu le das equilibrio a mi vida y espero yo hacer lo mismo por ti. Te amo y eres tan esencial para mí como lo es respirar. Y quiero saber… necesito saber, ¿estás dispuesta a hacerme el gran honor de convertirte en mi esposa, a compartir conmigo nuestros días y nuestras noches hasta que la vida se vaya de nosotros?
Mientras esperaba mi respuesta Emily comenzó a sollozar y a asentir como loca. El resto de la familia comenzó a vitorear y a celebrar como hacía Rick a nuestro lado.
–Prometo estar siempre a tu lado y al lado de nuestro hijo y de los que vendrán Emily Stonel.
Emily se secó algunas lágrimas– Y yo prometo estar siempre contigo, en todo momento…
Me levante del suelo y le di un beso en los labios. No escuche nada más y luego me llevé a mi prometida con nuestra familia.
–Que aquí comience nuestra vida juntos Emily.
–Que aquí comience nuestra vida juntos los tres. –Me respondió uniendo nuestras manos en su vientre.

–Mira que lindos se ven Alex. –Le dije con una sonrisa.
–Si, se ven bien. Ahora lo que me preocupa son ellos. –Mire hacia donde me apuntaba y me quede en shock– Yo también me siento preocupado.
–¿Qué hace Sam con tu hermana Susan?
–No lo sé.

–¿Crees que deberíamos ser nosotros los siguientes? –Le pregunté a Jane.
Jane se sonrojó un poco– ¿Y si esperamos un poco?
–¿Qué? –Le pregunte con interés.
–No lo sé. –Me respondió.

–Entonces seremos los siguientes. –Le dije contento cuando ella me respondió la sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario