lunes, 8 de julio de 2013

No Wait: Capitulo XLII



Dos semanas después.
Estaba durmiendo junto a Emily como ya era costumbre para nosotros, a pesar que aun no estábamos casados se me permitía eso. Cosa que no entendía en mi suegro, pero él solo decía que lo peor que podía pasar ya había pasado, cometí el error de preguntar una noche a que se refería.
–Chico, lo peor que podía pasar era que te reprodujeras y ya lo hiciste. –Se rio de mi en mi cara antes de marchar a su cuarto.
Heath me dijo cuando lo llame aquella misma noche, que me acostumbrara al humor maléfico de nuestro suegro.
“Nuestro suegro”, esa frase dejaba para pensar porque no era algo común que llamara suegro a un hombre digno de admiración como lo era ese hombre que vivía por el orgullo haciendo y deshaciendo a su manera las cosas, a veces metiéndose más de la cuenta en la vida de las personas y a veces solo dejándolas ser para ver que tanto podían hacer. De eso me había dado cuenta a través de la observación de unos cuantos días, también había observado que si hacía pelear a su padre era solo por diversión y no porque fuera una manera de disgustar a su padre, ocurría justo en el momento en que creía que su padre no podía llegar a una respuesta o cuando veía que la monotonía del lugar lo aburría. Eso último me lo había confiado un día que le dije lo que sabía, nunca negó lo otro.
A través de esas observaciones había llegado a una conclusión, Emily y él se parecían. Aunque Emily estaba bastante emocional por su embarazo solía mantener discusiones con su padre antes de que él desechara cualquier idea que le diera. Personalmente, no entendía nada de nada de lo que hablaban, solo me dedicaba a estar junto a Emily y a buscar un hospital donde ejercer, extrañaba tratar con niños.
No pude evitar mirar a Emily con ese último pensamiento, a mi hijo le faltaba tan poco para nacer. No podía esperar hasta que estuviera en mis brazos, pero sobre todo aun no podía creer que estuviera al lado de Emily por fin. La atraje hasta mí para mantenerla a mi lado como todas las noches.
–Paul, debes dormir… –Dijo Emily alargando la última palabra debido al sueño.
Le di un beso antes de contestar.
–Lo sé, sólo que no puedo dormir aun. –Me acurruque aun más contra ella– ¿Para qué nos querrá tu padre despiertos tan temprano?
Emily bostezó– No lo sé, pero no debe ser nada malo. Sólo duerme.
Asentí y traté de dormir, pero a pesar que sentía que mis ojos estaban pesados no creí que había dormido hasta que Emily me sacudió para despertarme, en algún momento debí quedarme dormido mientras pensaba.
–Tienes mala cara. –Me dijo sonriendo con un brillo de picardía, sabía que odiaba despertar temprano.
Fruncí el ceño– Odio decirlo mon ange pero no siento haber dormido durante la noche, me causa una ulcera el no saber que quiere tu padre.
Emily se levantó con mucho cuidado de la cama, con un poco de ayuda de mis manos.
–Voy a estar lista en veinte.
Me reí un poco, no creyendo en lo que decía ya que generalmente demoraba aproximadamente una hora en estar lista y eso cuando tenía lista la ropa que iba a usar durante el día. Ambos sabíamos que no había alistado nada.
–Tomate tu tiempo, mientras dormiré un poco.
Me acomode contra la almohada antes de escuchar la respuesta de Emily.
Cuando desperté tenía algo frío pegado en la cara, cuando reconocí lo que era me levanté de un salto.
–Mira que gracioso es el chico Edward.
Yo no pensaba lo mismo al ver que estaba con un rifle pegado en mi cara pero solo asentí hacia él.
–Opino que deberíamos lanzarle algo de agua en la cara para despertarlo.
 Mire a los dos hombres que acompañaban al padre de Emily, uno ya lo conocía, era el padre de Jane, Mark Evans, quien me había puesto el rifle en la cara. El otro era un desconocido con un parecido asombroso al padre de Jane.
Me sonrió con familiaridad– Sé que no debes tener idea quien soy, me llamo Henry Evans y soy hermano de este energúmeno y de tu suegra. –Luego miro al señor Stonel– Y claro también soy cuñado de este tipo y no por mi hermana, estoy casado con su adorable hermana Jess.
El señor Stonel le frunció el ceño– Si claro, adorable. Yo no recuerdo a una Jess adorable, por el contrario recuerdo a una gruñona.
El señor Henry sacudió una mano– Me da igual, hoy vine a conocerte pero te quedaste dormido y a mi hermano le molesta ese tipo de actitudes.
Me aclaré la garganta– Lo siento, no pude dormir durante la noche.
Me senté en la cama mientras le respondía.
El señor Stonel me dio unas palmadas en el hombro– Tu subconsciente te estaba avisando de la visita de estos tipos, no te culpo si tuviste pesadillas durante toda la noche porque yo también las tuve cuando me case con Sheney. –Dijo el señor Stonel– Dios sabe que sólo me avisaban de lo malo que era tener cuñados.
El señor Mark lo miro con enojo– No te desvíes, mira Henry este es el chico que se va a casar con Emily, se llama Paul LaCourte. Paul, este es mi hermanito Henry. Ahora dense la mano y sean amigos. –Nos sonrió como un niño.
El señor Henry me acerco su mano– Mucho gusto Paul.
–El gusto es mío. –Contesté.
El señor Henry miro a su hermano con resignación– A veces pienso que te comportas como un niño solo para molestarme.
El señor Mark puso el rifle a un costado– Sabes que vivo para hacer tu vida miserable…
Levantando una mano Henry Evans calló a un hombre que era más terrorífico que él y que le sacaba una buena cabeza de estatura, a demás de musculatura.
–Solo puedo temblar por el recuerdo de esa horrible velada en mi casa, Jess aun no está preparada para otra visita tuya.
El señor Stonel me miro– Estos dos querían venir a invitarte a una fiesta esta noche, vamos a juntar a la familia. Por milagro hemos logrado traer a Henry de su isla y Marcus llegó esta mañana de Turquía. –Lo mire con sorpresa– Si, yo también estoy sorprendido…
–¿Sorprendido? ¡¿Sorprendido?! –Grito el señor Mark– Yo estoy alucinando, aparece hoy y no apareció solo, sino con una chica. No hijo, no miento, una chica turca.
–Oh… –Dije anonadado.
–Bien, con estos tipos es bastante complicado estar en un tema nada más. –Agregó el señor Henry– Pero volviendo al tema, hoy en la tarde se va a celebrar una fiesta en grande. Hoy se juntan los Evans y los Stonel en una celebración, aunque también van a haber unos invitados especiales de fuera de la familia.
Asentí– Estaré listo, solo díganme a que hora es.
El señor Henry asintió satisfecho– Muy bien, Emily te lo dirá. ¡Vamos chicos!
Cuando salieron me di cuenta que algo raro pasaba en esta familia.

Vi a mis tíos y a papá dejar la habitación que compartíamos con Paul en casa del abuelo Jason y sentí escalofríos de solo pensar que estaban haciendo allí. Corrí como pude hasta la puerta pero al entrar no encontré cadáveres ni nada, eso era bueno.
–¿Qué querían? –Le pregunté algo ansiosa. Cuando esos tres se juntaban no se podía esperar nada bueno de ellos.
Paul se quedo en blanco mientras estaba sentado en la cama– Me querían invitar a una fiesta en la noche.
Asentí un poco más calmada, sabía de qué se trataba la fiesta; era una reunión familiar, ya que toda la familia estaba junta. Pero aun tenía ciertos recelos.
–¿Estás seguro?
Paul se levanto de la cama y me abrazó– Si, solo eso. Ahora, ¿quieres ir a desayunar con tu familia?
Asentí poco satisfecha– Si, quizás allí me entere que se traen ese trio entre manos.
Paul sonrió– Nada, solo querían invitarme personalmente.
Si él conociera a esta familia…
Pensé con desanimo, al verlo como se vestía con tanta felicidad.
–Oye, ¿Eddie ya llegó? –Asentí– Entonces Heath ya está aquí, ¿no?
Asentí– Si, acabo de ver a Zoey. Al parecer el doctor le dio permiso después de una serie de controles médicos. La pobre estaba muy medicada, aun como para una conversación coherente por lo que la dejé durmiendo en una habitación antes de venir aquí.
Paul terminó de vestirse.
–Pobre de Zo, por eso no quiero ni que te muevas de ésta casa si eso significa mantenerte lejos de cualquier mal rato. –Nos miramos un largo rato.
Hasta ahora no se había comportado de una manera tan… sobreprotectora.
Le sonreí alagada– No me moveré de aquí, lo prometo.
Paul asintió en acuerdo– Entonces es hora de que me reúna con mi querido amigo y con mi pequeño cuñado.
Le sonreí animada por estar con mi hermanito después de tanto tiempo.
–Vamos juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario