jueves, 14 de junio de 2012

I Don't Understand Nothing: Capitulo XXXVII



–Ya te vas. –Era una afirmación.
–Si. –Mire a Maggie y a Becca y me acerqué a darles un beso a cada una– Volveré más tarde, de todas formas no darán a Heath de alta hasta mañana.
–Te esperaré aquí.
Mire la puerta de la habitación– Va a estar entretenido, ve a ver todo a tu pensión, dúchate y duerme un rato con Becca. –Me miro algo desconfiada– Descansa.
–Está bien, esperaré a que salga el doctor y luego me iré a dormir un ratito. Solo un ratito.
–Gracias. –Las abrace brevemente– Ahora me voy.
–Suerte, la vas a necesitar. –Me sorprendí pero luego me di cuenta de que ella me conocía mejor que nadie.
Me di la vuelta y me dirigí al auto. Ir hasta allá no iba a ser problema…
Y no lo fue. Lo que si fue un problema fue entrar e ir a verla.
Abrí la puerta con dificultad. Y entré con toda la fuerza que encontré. Esto iba por mis hijos.
–Señor, ya llegó. –Miré al ama de llaves, la pobre anciana se veía preocupada.
–Si, por fin despertó Heath, amaneció mucho mejor de lo esperado. –Le informe porque era ella quien me había aconsejado cuando había recibido la llamada.
La anciana pareció feliz de verdad– Me alegro mucho de que el joven este bien, aunque me parece muy extraño su accidente.
–Si, tiene razón, su accidente es muy extraño. –Me quede parado pensando eso– No había meditado ese detalle…
–Pues porque estaba preocupado de su hijo, pero a mi me extraño de inmediato eso porque el joven es bastante responsable a la hora de conducir y lo extraño es que no haya una denuncia por el accidente.
Me quede paralizado– Estas viendo demasiadas películas policiacas Sophie.
Ella me miro como lo hacía cuando era joven. Con reproche– No me diga esas cosas.
Escuche unos pasos pero decidí ignorarlos hasta que se acercaran lo suficiente.
–No te lo digo como si te estuviera reprochando. –Sonreí porque ella adoraba reprocharme cosas– Sino como una virtud, te has vuelto observadora.
–A mi no me lo parece.
Los pasos se acercaron hasta quedar a mis espaldas.
–Hasta que por fin llegaste.
Me di la vuelta para encarar a Louis. De a poco se le estaba notando el embarazo… la pregunta que siempre se me venía a la cabeza era ¿quién era el padre?
–Por supuesto, venía a cambiarme y a hablar un rato contigo. –La mire como nunca lo había hecho– Y me vas a escuchar.
El ataque de furia llego de pronto– A mi no me hablas así.
–Vamos a la biblioteca a hablar.
Me di la vuelta sin esperar a que ella me siguiera. Estaba harto de andar a su ritmo.
Entré a la biblioteca y deje la puerta abierta para que ella entrara.
–Ya esta. Dime de una vez que es lo que te pasa.
Mire por la ventana– Ayer casi pierdo a mi hijo, no me provoques Louis no estoy de humor.
–¿Y cuando estás de humor? Yo te lo diré. Nun-ca.
Me mordí la rabia– Quiero el divorcio, te enviaré los papeles en cuanto pueda.
La sorpresa en el rostro de Louis no me lo esperaba, ni menos el grito que pego.
–¡No puedes! Tú no… tú no…
–Ya estoy harto de todo esto, tú y yo no somos felices ni nunca lo seremos. –Con paciencia trate de hacerle entender.
–No puedes dejarme… –Louis me ignoraba– No puedes… se lo prometiste a tu padre, le prometiste nunca más ver a esa… arpía.
–Tú sabes que nunca he cumplido eso, ni pienso hacerlo.
–¡No!!! No te dejaré, eres mío. –Me gritó.
–Nunca he sido nada para ti. Me voy a divorciar espera los papeles.
La mirada de Louis se había perdido– No te dejaré, si me dejas nunca vas a ver la herencia de tu hijo…
La mire con una advertencia– No te atreverías.
–Lo haré, no le dejaré nada a ese bastardo.
La mire con repudio– Y que dices de ese niño que cargas, ¿de quién es?
–Lárgate de aquí, recuerda que esta casa también esta bajo mi propiedad como herencia de Heath.
Me dirigí hacia la puerta evitando mirarla– Vas a saber de mí. Mañana vendré por mis cosas.
Fui hacia mi cuarto pero en las escaleras me encontré con el ama de llaves de nuevo, esta vez traía un bolso con ella.
–Me preocupa el que andes con un bolso, ¿te vas? –Mire atrás– No me gustaría que la dejaras sola.
–Sabía que hoy se iba a ir. –Me sonrió a pesar de que yo estaba con la boca abierta– Ella no tiene tacto y esto era mucho para ella.
–Entonces este es…
–Su bolso, puse ropa y algunas cosas que sé son muy importantes para usted.
Tome el bolso– Colocaste mi álbum de fotos… y ese es el collar que hice con el primer diente de Heath… Gracias.
Ella se encogió de hombros– Si me deja una dirección le enviaré allí sus cosas.
La abrace por puro impulso– Gracias de verdad.
Le anote en un papel la dirección de Maggie y estaba por irme cuando recordé mi maletín, fui por el y me encontré con que Louis había echo un desastre en todo el lugar. Era una lástima. Recogí mi maletín y salí.
–No te vayas, por favor.
Mire a Louis estaba tan triste que casi deje el maletín pero ya no había vuelta atrás.
–Ya no hay nada entre nosotros, aunque creo que nunca lo hubo. –Me acerqué y a pesar de su resistencia la abrace– Esto es lo mejor para nosotros.
Louis intentó zafarse pero la abrace con más fuerza– Pero tengo miedo y tú siempre me colocabas en mi lugar, me dabas fuerza… ahora tengo miedo Jeffry. –En sus ojos se reflejaba el miedo que en verdad sufría– Tengo miedo…
La abrace con fuerza– Ya no puedo seguir casado contigo, debes seguir tu camino y encontrar alguien que te ame como yo amo a Maggie.
–¿Por qué no pudiste amarme?
–No éramos indicados uno para el otro. –Acaricie su cabello– Déjame ir Louis.
Ella asintió y se separo de mí. Salí del cuarto porque sabía que era lo mejor.

Cuando llegué al hospital me encontré con una escena divertida.
–Becca di mi nombre; Zoey.
–Shooy… –Becca repetía riéndose.
Me les acerqué despacio. Pero Maggie se dio cuenta de inmediato de mi presencia y se levanto a recibirme le tendí los brazos de inmediato.
–No me gusta verte triste. –Sus manos fueron de inmediato a mi rostro– No lo estés.
Le sonreí con pesar– Le pedí el divorcio a Louis.
Maggie me miro atónita– ¿Qué te dijo?
–Al final lo acepto. Estoy harto de esta situación, de no poder estar contigo y que Heath no pueda disfrutar de ti y de su hermana.
–Ahora podremos estar juntos. –Me sonrió y de pronto se puso a llorar– Soy una quita maridos…
La abrace riéndome de ella– Que tontita eres pero por eso te amo tanto.
Sentí un golpe en las costillas. Si por eso también la amaba.

–Mira Becca tus papis se llevan muy bien. –Becca los miro sin entender por lo que hice unos gestos para divertirla.
El amor entre ellos era palpable, verlos así me hacía feliz. Abrace a Becca y la lleve dentro, Heath ya debía estar por despertar. Se había tomado una siesta después del examen exhaustivo que le había echo el doctor.
–Es sorprendente. –Me senté a un lado de la cama. Puse a Becca mirando a su hermano– Tú hermano mañana podrá irse a casa y podrás ir a verlo.
–Jiiii… –Le sonreí con adoración ella era tan inteligente.
–Si, él es Heath tú hermano. –Le toque sus ricitos, estaban más definidos ya que ella y su mamá se habían ido un rato a su casa a descansar pero al no poder dormir se volvieron– Ahora esta durmiendo.
Becca cerró los ojos y luego pestañó.
–Creo que entiendes más de lo que hablas.
–¿Quién entiende más de lo que habla? –Heath estaba bostezando cuando terminó de hablar.
–Becca mira tu hermano ya despertó. –Becca se removió en mi abrazo– Aquí vamos.
–Déjala aquí acostadita conmigo. –Heath levanto las cubiertas y yo coloqué a Becca a su lado, la que parecía encontrar todo muy gracioso– Hola Becca, ¿cómo esta hoy mi princesita?
Me cruce de brazos– ¿Y qué soy yo?
Él me sonrió muy confiado– Tú eres mi ángel, eso no lo cambia nadie. Así que no te pongas celosa amor.
–Yo no estoy celosa de una niña de un año de edad.
Heath le hizo cosquillas con su mano libre a Becca– Que bien.
–Niños. –La madre de Heath entró como un relámpago– No saben nada.
–Por supuesto que no saben Maggie…
La madre de Heath le tapo a boca a su padre con las manos– Tengo que irme ahora así que vine por Becca, creo que Jeffry puede dar la noticia. –Maggie tomó a Becca, aunque no tan fácil porque Becca quería estar con Heath– Vamos Becca tenemos que ir a arreglar unas cosas y luego vendremos a ver a tu hermano. Te dejo un rato Heath pero voy a volver lo más pronto que pueda. –Se acercó y le dio un beso en la frente– Te quiero aunque aun no me creas.
–Te creo mamá. –Les hizo una seña– Vuelvan pronto.
–Adiós mi amor. –Sin dar tiempo le dio un beso en la boca al señor Jeffry.
–Adiós cielo, nos vemos.
Así como entró desapareció la madre de Heath.
–Bien dime de que va todo esto. –Corrí a ayudar a Heath para que se incorporara en la cama y me quede abrazada a él al ver como su frente sudaba por el esfuerzo.
Su papá se sentó a los pies de la cama– Tú sabes que no se me dan bien los rodeos así que voy a ser muy directo; le pedí el divorcio a Louis.
Heath y yo nos quedamos pasmados. Su padre se acomodo en la cama y clavo la mirada en Heath.
–Estoy harto de todo esto y quiero que seamos una familia de verdad. Maggie, Becca, tú y yo.
Heath se dejo caer en la cama antes de que y le avisara que le iba a doler y… el grito de dolor me aterrorizo.
–¿Estás bien Heath? –Dijimos su padre y yo a la vez.
–¿Cómo se lo tomo? –Nos dijo con esfuerzo.
Su padre volvió a los pies de la cama– Al principio mal pero luego se calmo y acepto lo inevitable…
–¿Por qué se fue mamá? Solo para que me dijeras esto, no lo creo.
Mire a su padre que se rió– Me fui de casa y mande buscar tus cosas y las mías de inmediato, ya que Maggie acepto alojarnos en su casa y… fue corriendo para tener tu habitación lista para mañana cuando te den el alta.
–Oh.
–Eso mismo. –Dije sorprendida.
–¿No estás feliz? –La confusión en su padre era palpable.
Heath comenzó a reírse– Claro que estoy feliz pero tú… ¿vas a estar feliz viviendo en una pensión?
–Será interesante. –La alegría radiaba de él cuando dijo esas palabras.
El día transcurrió tan rápido que pronto me vi en la obligación de volver a casa, menos mal que estaba de vacaciones y podía levantarme tarde o en este caso ir lo más temprano posible para ver a Heath, hoy se iba a mudar, o bueno llegar a su nueva casa.
Llegué al hospital para encontrarme con su padre. Maggie y Becca se habían ido anoche a dormir a su casa. Al final logramos llevarnos a Heath al medio día, para esa tarde Heath estaba instalado… como algo especial esa noche nos quedamos juntos, durmiendo abrazados.

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