jueves, 14 de junio de 2012

I Don't Understand Nothing: Capitulo XXXVI



–Se ve más feliz que hace un rato.
Mire a Maggie con Becca en brazos– Si, me imagino que debe de haber pasado allí dentro.
Maggie le retiró un mechón de cabello de la frente a Becca– Déjales algo de privacidad ¿quieres?
Las abrace a las dos– Deben de estar cansadas.
–Yo no pero creo que Becca si. –Me miro preocupada– Quiero quedarme con Heath.
Asentí mientras bajaba la cabeza y rosaba nuestros labios– Lo sé y te vas a quedar con él.
Becca bostezó– Mam…
La mire con adoración. Ella era tan dulce como lo había sido Heath, era una lástima que no pudiéramos estar juntos… no por ahora.
Maggie me tomo por el brazo– ¿Le has dicho a Louis donde estás?
Negué. Ni me apetecía decirle nada, desde hace meses que no nos cruzábamos palabra, para ser más exactos desde que me había negado a mandar de vuelta a Heath después de la fiesta de cumpleaños de Zoey.
–No.
–¿No le vas a decir nada? Ella esta embarazada aunque odie decirlo no necesita estar preocupada por…
Me aleje un poco– Eres demasiado buena, siempre fuiste demasiado buena para tu propio bien.
–No es así…
–Si, lo es. –La corté– Heath de seguro nos esta esperando, ve tu primero.
Asintió– Toma a Becca un momento.
–Con gusto tomar a mi rayito de sol. –Acune a Becca que se estaba quedando dormida– Mi pequeñita.
La sonrisa de Maggie era de éxtasis– Adoro cuando le dices cosas tiernas a Becca… lástima que no pueda ser siempre así. –De pronto abrió mucho los ojos– No te estoy recriminando, nunca haría eso Jeffry.
Toqué con la punta de los dedos su mejilla– Yo sé que nunca harías eso.
Entró aun mirándome sobre el hombro, por lo que le di la espalda y me dediqué a hacer dormir a mi pequeña cosita. Envidiaba a Edward con toda mi alma por la familia que había logrado crear, por como había desafiado a su familia. Él todavía cree que no tengo ni idea de que llegó a este país prácticamente como un ilegal… pero era mejor así, porque definitivamente la historia que debía haber contado a su familia narra otra historia.
–Jeffry, Heath quiere hablar contigo.
Puse mala cara al escuchar eso, ya me imaginaba de lo que quería hablar: Cómo le había negado a su madre y a su hermana.
Me sentía repulsivo como padre. Un desastre.
–Prometió que no iba a decir nada malo.
Le sonreí– Bien. Mira quien se durmió ya.
La cara de Maggie me dijo que estaba aun paso de llorar. Ella era así.
Entramos juntos a la habitación pero yo fui el único que se acerco, le tendí primero a Becca a Maggie.
–Heath, hijo estoy aquí. –Le dije suavemente– ¿Querías decirme algo? Si es por Maggie y… por Becca créeme que tengo una explicación para todo, en especial para tu hermana.
Me sentí tan feliz cuando me sonrió– No te culpo de nada pa… –Apenas modulando me deseo las buenas noches.
Le di un beso en la frente al ver como se quedaba tan dormido como su hermana menor.
–Te amo hijo.
Mire a Maggie con nuestra pequeña en brazos, esto ya no podía continuar. No podía seguir así.
–Tengo que ir a un lugar…
–Mañana.
La mire con seriedad pero su pose era la seguridad absoluta– Hoy.
Negó con firmeza pero al hablar mantuvo su voz baja por respeto a Heath– Mañana. Mañana te dejaré ir pero hoy nos vamos a quedar los tres con Heath.
Asentí al ver que no iba a cambiar de opinión.

Vi como Zo se iba… me sentía tan bien que cuando conseguí ganarle en ajedrez a Paul, mire hacia todos lados aun sentía como si volará, no había querido decirle nada a Zo pero la morfina que me habían colocado aun me estaba haciendo efecto y mi cuerpo se sentía como si flotara pero los besos y caricias me había vuelto a la tierra por un momento. Ahora volvía a sentirme algo atontado.
–Toc toc –Mire a mi madre, aun me parecía increíble que estuviera aquí conmigo. Ella me sonrió– Te ves agotado, es mejor que duermas.
Todos me decían lo mismo, tal vez comenzaba a verme como me sentía.
–Estoy bien, quiero hablar con papá un momento si no es molestia.
Mamá me puso mala cara– Sé de lo que quieres hablar, déjalo para mañana ¿si? Ahora nos estamos acostumbrando a… –Movió las manos abarcando todo– Esto, tú papá esta algo trastornado aun por tu accidente…
–Pero quiero hablar con él antes de quedarme dormido. –Le dije mientras sentía que mis ojos se estaban poniendo pesados.
Mamá se me acercó y me dio un beso en la frente– Le diré que le quieres decir buenas noches.
La mire un momento– ¿Dónde esta Becca?
Me sonrió– Esta mimando a papá, voy y vuelvo.
Me parecieron que los minutos pasaban antes de que alguien abriera la puerta de nuevo. Mire hacia esa dirección y apenas logre distinguir las siluetas de mis padres.
Que raro era decir eso, siempre era papá y a veces ni eso…
–Heath, hijo estoy aquí. –Me dijo suavemente papá– ¿Querías decirme algo? Si es por Maggie y… por Becca créeme que tengo una explicación para todo, en especial para tu hermana.
Le sonreí– No te culpo de nada pa… –Apenas modulando le dije– Buenas noches.

Supe el momento en que entre en el sueño. Dude. Pero de pronto recordé donde me encontraba y por qué, así que deje transcurrir todo.
Llevaba un rato conduciendo en círculos desde que había dejado a Zo en su casa… me detestaba por la forma en que la había tratado… por haber dudado de ella y lamentaba en el fondo esa mirada de dolor que había visto en ella antes de que se bajara del auto.
Suspiré y pensé en ir a nuestro lugar, me dirigí hacia la tienda que estaba antes de la playa.
Al bajarme sentí una sensación extraña en mi pecho pero de todas formas seguí caminando y compre un pack de cervezas, no tomaba unas desde el campamento con Paul y Edward. Todavía recordaba eso, y ahora sabía que Edward no podía dormir con gente a su lado, recordaba todas las patadas y golpes que había recibido durante la noche.
Pagué las cervezas y me subí al auto.
Llegar a la playa era como recibir un golpe hecho de recuerdos, llegaban todos a la vez y sin avisar. Tome aire y me dirigí hacia la piedra que ya era nuestra, cada vez que podíamos íbamos y pasábamos un rato juntos sentados o abrazados sobre esa piedra.
Me bebí tres cervezas antes de tomar la decisión de irme, sabio de mi parte porque con la tercera comenzaba a sentirme más solo que antes de la primera. Y la niebla que había comenzado a salir de donde sea no ayudaba a sentirme mejor.
Lancé lo que quedaba de las cervezas en el asiento trasero y comencé mi camino a casa y a pensar en como aparecer mañana por la mañana en el instituto de Zo y pedirle disculpas. Llegue al segundo de los cuatro semáforos que tenía que cruzar para llegar a casa cuando me di cuenta de que ni siquiera estaba prestando atención al camino y menos a la niebla que estaba más densa que nunca. Por fin era de utilidad tener memoria fotográfica. La luz del semáforo estaba aun en rojo cuando sentí el ruido de un auto…
Mire hacia mi izquierda y vi las luces que me venían enfocando, demore un cuarto de segundo que era una camioneta… las mismas luces de la camioneta que había envidiado a uno de mis compañeros hace unos días… por instinto trate de colocar una marcha y seguir… pero todo estaba incorrecto, esa camioneta no debería venir desde esa dirección… no podía… mire la patente mientras trataba de mover el auto… un segundo más y mi auto se movía pero también llegó el impacto… Mi brazo dolía… mi tobillo dolía por algo que lo mantenía aprisionado, pestañee y un segundo más quede semiinconsciente por el golpe que me dio el airback al abrirse.
Era esto lo que se sentía al morir… dolor y más dolor. Apenas y podía sentir como se movía el auto y otro vehículo lo golpeaba dejándolo de costado.
No podía creer que iba a morir y dejar a mi Zo así sin decir nada más, sin decir un “lo siento por ser un imbécil” o decir lo más importante…
“Te amo.”
La oscuridad, segura y tibia por fin llego… con desesperación.

Pegué un grito al recordar como no podía despertar después de eso, todo era oscuridad, no veía luz.
Mire hacia todos lados agitado, intente moverme, salirme de esa cama pero el brazo no se movía y el dolor volvió de nuevo como en la pesadilla, moví mis piernas y volví a gritar del dolor.
No sabía donde estaba la luz pero me llegaba desde la parte equivocada… mi ventana estaba a la derecha pero esta estaba a mi izquierda.
Unas manos me rodearon la cara pero apenas y podía enfocarla– ¡Heath! ¡Mírame! Soy yo Maggie, tú mamá. –Unos brazos me rodearon– Todo esta bien, ya todo pasó.
Escuche unos jadeas, me molestaban y me molestaba aun más la persona que los hacia pero mire a todos lados y no había nadie más junto a mí a parte de mamá que estaba mirándome con preocupación.
Era yo el que jadeaba como si hubiera estado debajo del agua por horas y por fin había conseguido oxigeno. Comencé a controlarme lentamente, no podía desesperarme por algo tan tonto como una pesadilla.
–¿Dónde estoy? –Pregunte lentamente.
Mamá me miro algo preocupada– Después del accidente te trajeron al Hospital General, tú padre consiguió colocarte en una habitación aparte y ahora esta tratando de conseguirte el alta del hospital para que seas cuidado en casa.
Mi primer pensamiento me produjo un escalofrío– Ahí no.
Sus manos volvieron a mi rostro– ¿Recuerdas quien soy?
La mire frunciéndole el ceño– Eres mi mamá.
Vi como suspiró de alivio, no la entendía aun estaba algo choqueado– Me asuste cuando no sabías donde estabas por un momento pensé… déjalo, llamaré a tu papá. –Asentí– Esos moretones se ven mal pero ayer eran horribles te mejorarás rápido. –Me sonrió tocándome la frente con cariño– Ahora estás bien mi amor, no hay nada que debas temer aquí porque mamá y papá están contigo. –Intenté poner los ojos en blanco me hablaba como si fuera Becca– En serio no debes temer nada aquí.
En sus ojos estaba claro que ella sabía mi pesadilla. Moví mi cabeza asintiendo y volví a acomodarme en mi cama, no era la mejor cama pero en un hospital ¿qué cama es cómoda?
Mire el techo, mamá debía de haberse asustado por lo histérico que estaba y de seguro también me veía como un loco.
La puerta se abrió pero yo seguí mirando el techo como si el secreto de la vida estuviera en esas vigas.
–Vaya en verdad estás algo ido aun.
Cerré los ojos y sonreí, para cuando los labios de Zo toparon los míos, ya tenía pensado atraparla con mí brazo libre.
–No tan ido. –Abrí los ojos para disfrutar de la vista y que vista, hoy mi Zo estaba vestido con un vestidito que le llegaba un poco arriba de las rodillas y me dejaba una buena vista de su escote, eso me agradaba.
–Si ya me di cuenta cuando no dejaste de mirar mi escote o quizás antes cuando me miraste las piernas.
Le sonreí ampliamente– Exacto. Y quiero ver más…
Vi como ese lindo sonrojo cubrió su cara y parte de su pecho– No, no voy a hacer lo mismo de anoche, te aprovechaste de mí. Lo medite bien antes de dormir y me di cuenta que en verdad te habías aprovechado de mí.
Le hice un puchero– Yo no me aprovecharía de ti. Dame un besito ¿si?
Zo me sonrió y se acercó de nuevo a mí.
Nos besamos durante bastante tiempo y logre engatusarla para que me mostrara un poco de escote. Pero tuvimos que separarnos cuando llego la enfermera con el desayuno.
–Te ayudaré a comer. –Zo me acomodo las almohadas y luego tomo el vaso de jugo de la mesa.
Mire hacia la puerta– ¿No te parece extraño que mis padres no estén por aquí?
Ella hizo una mueca– Dijeron que iban a darse una ducha y a buscar ropa. Creo que pasaron toda la noche al pie de tu cama y… –Se puso a jugar con las manos– Becca quería una siesta, aunque me parecía que tu padre tenía algo más que hacer.
Mire la puerta de nuevo– No pensemos en eso, quiero disfrutar de mi desayuno tranquilo.
–Bien, el doctor debe de estar por venir a revisarte. Me dijeron que anoche se paseo por aquí pero estabas como en estado de coma. –Nos reímos porque de seguro estuve muerto hasta antes de la pesadilla.
Me rasque la nuca, sentía que algo se estaba acumulando en esa parte– Bien, necesito sedarme creo que el dolor quiere volver.
Zoey hizo una mueca– No me gusta verte sufrir. –Tomo mi mano– Te amo.
–Yo también. –Vi a la enfermera entrar con el doctor– Creo que es mejor que salgas.
Zoey me hizo caso aun cuando no estaba de acuerdo en salir.

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