–Si alguien quiere bajar a la cocina, más vale que esperen un momento a que esos terminen. –Le dijo Heath a Zoey sentándose en mi cama– Tus primos no conocen la vergüenza cielo, ese par lo esta haciendo en la cocina a vista de todo el mundo.
Zoey me miro
sonriendo– Disculpa a mi marido a veces no conoce el tacto.
Los mire exasperada,
aun más con “ese” que estaba recostado en la puerta– Menos mal ya lo conozco.
Oigan, no sé que hacen aquí, y menos con él pero quiero que salgan de mi
cuarto, ¿por favor?
–Emily. –Me amenazo
Zoey– cállate antes de seguir esa línea. Ahora la que va a hablar voy a ser yo.
–Zoey miro a Paul y le hizo una seña– Siéntate allí y tú también, –Indico un
sofá que había pegado a la pared– No se pongan remilgados, estoy embarazada y
no deben hacerme enojar, ¿acaso no me quieren?
Mire al cielo pero iba
a tener que ceder ante el chantaje.
Me senté en el sofá
junto a Paul, y espere a que Zoey hablara.
–Creo que ustedes
buscan herirse y no sé porqué, y me gustaría que lo hablaran. Si los dejamos
solos, ¿hablarían? –Zoey nos miro primero a uno y luego al otro– Por favor.
Mire por el rabillo
del ojo a Paul y asentí– Yo me quedaré porque es mi cuarto y no tengo porque
irme.
Paul gruñó a mi lado–
Me quedo porque soy un caballero y como tal quiero disculparme por lo de la
sala.
Zoey miro cansinamente
a Heath– Vamos amor.
–Vamos antes de que
sienta la tentación de pegarle a este tipo. –Dijo rabiando– Por cierto, te vas
a quedar en la habitación de al lado ahora la vamos a arreglar; primera puerta
a la derecha. Yo me encuentro con Zo al final del pasillo, Zackary se encuentra
al frente con Jane. Solo para que lo sepas, nada más.
Me sonroje, sabía lo
que estaba insinuando.
Cuando salieron del
cuarto un silencio incomodo calló en la habitación, me senté en mi cama y
espere a que Paul comenzara pero él estaba muy tranquilo mirando sus manos.
–No sé que decir.
–Dije al fin– Solo, hola Paul.
Paul se fue a sentar
conmigo– Quiero disculparme contigo, tal vez suene a una excusa pero estoy algo
tenso aun y no tengo muchos deseos de una pelea, debí ignorar tu comentario y
no decir… eso.
Me rodee con los
brazos– Lo siento si mi comentario te hirió. Aunque esa era mi intención, eso
no lo voy a negar. Pero no debí decirlo, fui muy impulsiva, probablemente me
comporte como una muchachita herida y lamento haberte herido.
Él asintió con pesar–
Tu comentario dio en el blanco, me hirió, pero descuida ya se me paso el enojo y
si no escucho mal tu disculpa es sincera. –Me miro durante un momento y asentí–
Bien, ahora estoy más calmado como para seguir diciendo tonterías y, después de
estar gritando con Heath y la amenaza velada de Zack, así se llama, ¿no?
–Si, es mi primo por
parte de los Stonel. –Levante uno de mis mechones de cabello– ¿En verdad te
amenazó?
–Si, te quiere mucho.
–Su tono no era de admiración, era de acusación– Supongo que creas esa reacción
en todos tus primos.
Mire hacia la ventana ignorándolo
lo que había debajo de esa frase– Bueno, somos pocas las mujeres entre los
Stonel, lo mínimo que pueden hacer es cuidar de nosotras. –Terminé
presumidamente– Y por parte de los Evans pasa lo contrario, por lo que los
hombres se creen dueños de las mujeres. Pregúntale a Jane, su hermano la
sobreprotege a ella y a Betsy.
Me sonrió despacio– A
las mujeres siempre hay que cuidarlas, sobreprotegerlas es lo ideal, tengo unas
primas algo problemáticas por parte de mi madre, tal vez debí cuidar más de
ellas, ¿no crees? –Seguía con las insinuaciones.
Asentí rápidamente–
Debiste.
Su brazo me atrajo a
él– Tal vez no solo debería cuidar de ellas…
Lo mire a los ojos
pero su mirada, me di cuenta estaba pendiente de mi ropa, de pronto me sentí
muy consciente de lo que llevaba puesto; mi camiseta de los Deftones negra, mis
jeans desgastados y mis zapatillas de deporte. No me había esforzado nada
últimamente en vestirme, comenzaba a verme como Edward y no me aterraba. Eso
debía asustarme, supongo, estaba volviendo al pasado y lo peor es que nunca me había
vestido de esta forma.
Paul tomo mi camiseta–
Buen grupo. –Asentí– ¿Te vistes así normalmente? Porque recuerdo que te conocí
con vestidos y ropa más…
Me sonroje– Atrevidas.
Es la ropa con la que suelo ir a la universidad.
Paul me miro
incrédulo– Guau, supongo que así llamas la atención de varios chicos.
Me encogí de hombros–
Así me gusta vestir, es cómodo y más rápido por las mañanas cuando casi me quedo
dormida, que es muy seguido y si no fuera por mi abuelo que siempre me
levanta... –Paul me dio un toquecito en el hombro– ¿Estoy parloteando? ¿Me
callo?
Asintió con una
sonrisa– Sería bueno antes de que digas algo comprometedor, como que te duermes
abrazada a alguien o que tu pijama es inexistente. –Lo mire incrédula– Bien,
ahora soy yo quien esta parloteando, –Se toco el cuello e hizo una mueca– Creo
que debería ir a la habitación y mentalizarme para hablar con mis padres sobre
lo que ocurrió hoy.
Le quite la mano y
comencé a masajearlo– Te vas a dejar peor.
Paul cerró los ojos–
Deberías haber estudiado para masajista.
–Tome un curso en
casa, bueno en casa de mi abuelito. –Me corregí. Le di la vuelta y comencé a
quitarle la camisa, pero él coloco sus manos sobre las mías– No voy a acosarte,
quítate la camisa y tiéndete en la cama, te voy a dar unos masajes para
quitarte la tensión y después puedas hablar con tus padre con calma.
Paul se quito la
camisa por la cabeza y se tendió en la cama.
Me miro por sobre el
hombro– ¿Y si después quiero algo más? Como ya sabes, una noche de pasión.
–Te las aguantas.
–Tome la crema corporal que estaba en mi mesilla de noche y se la deje caer en
la espalda.
–¡Ah! ¡Emily! –Me
gruño.
Me senté sobre su
espalda baja y comencé a masajearlo– ¿Qué Paul?
Lanzo un suspiro– Bruja.
–Dijo contra la almohada.
–Vamos a ver si para
cuando termine piensas lo mismo. –Le dije dándole un piñizco en la espalda.
Masajee su cuello y
luego su espalda con movimientos lentos y pausados, me encantada tener mis
manos sobre su piel, al principio parecía algo pálido pero tenía un lindo color
de piel; un color dorado muy suave.
–Emily. –Lo ignore.
Hundí mis dedos en la
parte baja de su columna y luego comencé a subir lentamente, cuando llegué a su
cuello volví a prestarle atención, tenía muchos nudos, estaba muy estresado.
–Emily. –Me dijo
lentamente.
Esparcí la crema por
su espalda y luego continué con los masajes en su cuello, de apoco se relajaba
bajo mis manos.
–Emily.
Suspiré– Paul,
cállate, cierra los ojos y relájate de una vez por todas, si sigues hablando lo
único que vas a hacer es impedir que tus músculos se relajen.
Paul me miro sobre el
hombro– Quiero algo más.
Le voltee la cabeza–
Deja eso ya, no quiero escucharlo. –Se dio la vuelta de golpe y casi me caí encima
de él– ¿Qué haces?
Paul miro mi camiseta
con el ceño fruncido– No quiero que sigas con esa camiseta, quítatela y te dejo
seguir con tu trabajo.
Bufe– Se supone que
deberías agradecerme, no chantajearme tonto. Si va a ser así… ¡Ah!
Paul me jalo y me dejo
debajo de él. Me quito la camiseta con una mano y así como si nada también
desengancho mi sujetador, ¿cómo hacían eso los hombres? Me costaba un montón
con las dos manos.
–Ahora puedes
continuar. –Me cubrí con las manos pero él me las sujeto– Quiero más, mucho
más.
Comenzó a besarme y
luego…
–¡Emily Stonel! –Grito
Zack desde la puerta abierta.
Me separé de Paul y me
cubrí con las manos, no quería que Zackary me viera medio desnuda. Paul me
entendió y me paso mi camiseta, que me puse inmediatamente sin importarme que
él me viera.
Creo que ya nos
conocemos demasiado bien para sentir vergüenza. Me dije.
De pronto en medio de
mis pensamientos me vi alzada de la cama.
–Tú te alejas de este
tipo, es una muy mala influencia para ti señorita. –Me dijo Zackary abrazándome–
Y tú, te dije que te mantuvieras lejos de mi prima idiota, ¿no entiendes el
idioma? –En un francés que me pareció muy fluido le dijo algo, que creí eran
las mismas palabras que había dicho antes.
Paul se levanto de la
cama con mucho cuidado– Déjame en paz. Si ambos queremos estar juntos no te
incumbe.
Zack me puso detrás de
él– Me incumbe, porque aun no te has decidido, aun te escucho decir en voz alta
“No me voy a casar”. Cuando puedas decirlo puedes querer y hacer lo que
quieras. No antes.
Paul me miro– ¿Puedes
decirle que se vaya? Me esta irritando demasiado con su acto del hermano mayor.
Abrí y cerré la boca
como un pez mientras los miraba a ambos. Coloqué mis manos en la cabeza– Salgan
de aquí, fuera.
Zack me hizo verlo–
Vine a buscarlos para comer, van a bajar conmigo y van a disfrutar del estofado
que hizo mi novia. –Le fruncí el ceño– No voy a admitir replica de nadie,
¿escucharon?
–Esta bien, ya bajo
pero ahora salgan los dos. –Paul estaba mirando al techo con una expresión
rara– Tú también Paul, ahora.
Salió, no sin antes
darme un beso en la boca.
–Ya hablaremos
después.
Asentí solamente, no
creía poder hacer ni decir más. Fui hasta mi cama y tome mi sujetador, haciendo
peripecias me lo coloque sin sacarme la camiseta. Fui al baño y me arregle el
cabello con una goma para el pelo. Luego me moje la cara con agua helada, debía
quitarme el estado de ensoñación.
Deje el cuarto con el
mejor de los ánimos y seguí adelante. Iba a entrar a la cocina, me di cuenta de
que alguien estaba mirando la lluvia caer en la entrada principal.
–Jane, ¿qué haces?
Jane me dio una
sonrisa cansada– ¿Puedes creer que tenga sueño a esta hora? La lluvia no me
ayuda relajándome pero me hace añorar volver a casa, tonto porque solo salimos
hace un par de días de allí.
Camine hasta ella y me
quede observando la lluvia con ella. Estaba algo extraña pero decidí ignorarlo,
si ella no quería compartirlo no iba a obligarla.
–Los pillaron con las
manos en la masa ¿eh? –Se rió en voz baja.
Le di una patada– Por
lo menos nosotros somos disimulados, ustedes en cambio… ¿tenías que gritar tan
fuerte?
Jane sonrojo por
completo, admirable que su sonrojo cubriera hasta el escote del vestido verde
que llevaba.
–¿Grite?
Puse mi mano sobre mi
boca para disimular– Tonta y exhibicionista.
–¡Jane! –Grito Zack
desde la puerta de la cocina– ¿Qué hacen allí?
Jane seguía sonrojada
cuando Zack se paro a su lado. Me sonreí encantada mirando la lluvia caer cada
vez más fuerte.
–Solo le decía a Jane
que ustedes son algo exhibicionistas.
Zack le dio la vuelta
a Jane y le toco el escote– ¿Quieres hacerlo en la sala de estar? Propongo que
probemos en el suelo, ya sabemos que contra la pared te encanta.
Me sonroje por
completo– Ustedes son imposibles.
–Me lo dice alguien
que vi semidesnuda. Nunca pensé que tuvieras una marca de nacimiento en…
Le tape la boca– Calla
a tu novio, me voy a comer del rico estofado que hiciste con tanto esfuerzo.
–Vamos Jane, Zoey lo
esta devorando como si se le fuera la vida en ello.
Me reí de ese
comentario pero cuando abrí la puerta… Zack no exageraba en nada con Zoey.
–Esto esta buenísimo,
¿cuál es la receta Jane?
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