Estaba furiosa. Creo
que ya era una palabra que usaba con bastante frecuencia, pero esta vez podía
jurar que era por una buena razón.
–Si no cambias esa
cara te va a quedar una arruga en la frente.
–A los hombres no nos
gustan las mujeres con arrugas. –Se rió Zackary, por alguna razón se estaba
comportando anormalmente feliz, y comenzaba a asustarme.
Me acomode en mi
asiento del avión– Tengo que soportar la compañía de ustedes, por favor Zack no
me asustes con tu felicidad. –Termine con una sonrisa irónica.
La cara de Zack cambio
de inmediato– Solo me siento feliz de poder viajar con ustedes, no quiero que
se metan en líos.
–No le hagas caso a
Emily, Zack, solo está algo nerviosa por la locura que va a suceder. –La mirada
que me dio no dejaba lugar a dudas: Molesta a mí chico y te tiro del avión.
Llevábamos ya varias horas
volando. Habíamos tomado el avión a la hora prevista pero con un pequeño cambio
de planes, a última hora llevábamos un acompañante.
Me había costado una
promesa y casi lágrimas dejar la casa, el abuelo no estaba muy feliz con mi
partida pero no se había reusado cuando Jane le había insistido que
necesitábamos tomarnos un pequeño descanso, el abuelo nos había mirado con algo
de desaprobación pero luego nos había dicho que no podíamos ir dos jóvenes
solas a París. Fue cuando Jane hizo lo imperdonable.
–Zackary se ofreció
anoche a venir con nosotras, dice que necesita un tiempo para relajarse y que
le caería muy bien acompañarnos.
La había mirado, le
había golpeado disimuladamente con la mano, había dado indirectas pero ella me
había ignorado, cuando se le metía una idea… bueno éramos familia
definitivamente.
Ahora viajábamos los
tres hacía París. Pero habíamos tenido que cambiar el vuelo, ahora hacíamos un
vuelo con escalas, algo que no le agrado a Heath para nada pero ya no podía
hacer nada por él.
También había recibido
una noticia grata; Zoey estaría en París, su doctor le había dado luz verde
para viajar y no habían perdido el tiempo. Ahora nos encontraríamos en el lugar
de retiro que pertenecía a la empresa. El sitio se ubicaba a las afueras de la
ciudad y en una zona verde.
Heath estaba
aprovechando una segunda luna de miel, por lo que me había contado Zoey en una
breve pero grata charla, ahora quería llegar junto a ellos. Deseaba ver que
tanto se notaba el embarazo de Zoey, no la había visto desde su boda y de eso
ya hacía casi un año y medio.
Cerré los ojos y
después me deje llevar por la paz que, irónicamente, me traía el murmullo de
las diferentes personas que viajaban junto a nosotros.
Me dormí y lo supe
porque de pronto estaba siendo sacudido y eso no habría pasado de estar
despierta, ¿tonto, no?
Me tome un momento
para despejarme, mire a quien me estaba sacudiendo y no era nadie más que mi
primo.
–¿Qué pasa?
–Estabas roncando y me
molestaba.
Le fruncí el ceño– Yo
no hago eso.
Zack me sonrió– En
realidad quería que hablar contigo un rato, –Apunto con su índice detrás de él–
Jane se quedo dormida hace un momento.
Suspire– ¿Sobre qué
quieres hablar?
Él me sonrió de forma
cansina esta vez– No me gusta molestarte, siempre has sido muy buena conmigo,
paciente a pesar de que no suelo ser la mejor compañía y me preocupa que estés
cometiendo el peor error de tu vida, ¿por qué no volvemos a casa y le das una
oportunidad a Marcus?
Negué de inmediato–
Tenemos personalidades iguales, no nos gusta que nos manden y tendemos a
enojarnos con facilidad. Admito que he estado bastante tranquila pero creo que
si volvemos a hablar, –Le sonreí divertida– Lo golearé en una parte… que quizás
no tenga hijos en un futuro.
Zack comenzó a reírse
despacio y para terminar riéndose a carcajadas. Le tape la boca con la mano
pero fue inútil.
–Si quieres lo
sostendré por ti.
Jane bostezó. Teníamos
asientos unidos ya que íbamos en la fila de en medio. Nos miro pero luego
volvió a acomodarse, esta vez se abrazo de Zack.
Le di un pequeño
codazo a éste– ¿Cuándo me van a decir que están de novios?
Zack se sonrojo– No sé
si estamos de novios Emily, parece que le agrado…
Moví la cabeza con
exasperación– Zack. –Dije en voz baja– Ella esta loca por ti, y francamente,
hasta ayer creía que tú la odiabas.
Zack abrazo a Jane aun
más fuerte, ella solo se acomodo mejor en su abrazo. Hacían tan linda pareja.
–Yo nunca la he
odiado, siempre me ha gustado. –No había duda en como miraba a Jane.
–Pero siempre evitas
hablar con ella. Y ya que estamos en confianza, eres un idiota por hacer eso,
le dabas la peor impresión posible.
–No me lo creo, que
idiota soy. –Me encogí de hombros, él lo había dicho.
–¿Quieres un consejo?
–Asintió– Declárate.
–¿Cómo quieres que
haga eso? –Me miro asustado.
–Dile; Jane te amo
desde hace mucho tiempo…
–Años. –Me interrumpió
con suavidad.
–… ¿Quieres ser mi
novia? –Le di un golpe en la cabeza– Así de fácil.
Movió la cabeza con
desgana– Si me rechaza quedaré traumado de por vida, y será tu culpa.
–O serás inmensamente
feliz, quizás, por el resto de tu vida. Y me lo deberás.
Me sonrió y luego se
acomodo para hacerle más espacio a Jane entre sus brazos. Me acomode yo en mi
asiento y volví a prepararme para dormir.
Sentí mi cuerpo tan
liviano hasta que alguien me volvió a despertar. Abrí los ojos de mala gana.
–Em. –Me susurraron.
Mire hacia donde venía
el susurro. Era Jane.
–¿Qué quieres? –Le
dije.
Jane me hizo chitón–No
hables tan alto, esta dormido aun.
Los mire, Zack aun
estaba dormido y tenía a Jane firmemente agarrada– ¿Quieres que te suelte? Solo
tienes que darle un codazo…
–¡No! –Me susurro con
más fuerza– ¿Estás loca? Bueno si, lo estás pero si lo alejas de mi te mato.
–Eso mismo opinaría
él. –Dije suavemente, no quería despertar a mi primo, probablemente moriría de
la vergüenza si nos escuchara.
Jane estaba rebosante
de emoción– Entonces él me abrazo.
–Tú te pegaste a él. –Jane
me piñizco– Bueno, después él te abrazo.
No tenía porque
decirle que, también había acordado que le pediría que fuera su novia. Eso era
algo que tenía que decir Zack.
–Solo me despertaste
para decirme eso, porque quiero descansar.
–Llevas durmiendo
desde hace más tiempo que yo, y además roncabas.
Le di una mirada sucia
y después seguí durmiendo.
Descanse lo suficiente
en el viaje, a pesar de las diferentes paradas que hicimos. Incluyendo una
breve parada que hicimos en Alemania, y en la que Jane nos obligo a quedarnos a
dormir en casa de su abuela en Berlín.
–Tenemos veinticuatro
horas para disfrutar Berlín y mi abuela materna vive aquí, ¿no es genial?
Zack se sonrojo– No se
si es buena idea.
Mi estómago hizo
ruidos– Quiero comida casera.
Jane miro de forma
coqueta a Zack– ¿No te gusta la comida casera?
Como todos los hombres,
Zack pensaba con el estómago, o tal vez con otra parte al ver a Jane con
vestido. Para la ocasión se había vestido con un vestido veraniego con flores,
y si, era mío. En su bolso no cabía nada además de un par de cosas (que no
había querido decir qué eran) y un poco de ropa y zapatos de deporte.
En fin, terminamos
tomando un taxi fuera del aeropuerto y nos dirigimos a casa de la abuela de
Jane. Treinta minutos después estábamos en la casa de la abuela Gill. Quien vivía
en una casa antigua y extrañamente agradable; un jardín inmenso y una cerca de
madera, era la casa más bonita del vecindario.
–Abuela, a que no
adivinas quien viene a visitarte… –Jane estaba hablando por teléfono– ¡Si!! Soy
tu nieta favorita y unos amigos, bueno mi prima Jane y Zackary. Si, el niño con
el que jugaba en el jardín de niños, si, el que tiene un gemelo. Si, a eso
último también. –La cara de Jane estaba totalmente sonrojada– Estamos fuera de
tu casa…
La puerta de la casa
se abrió de par en par y una mujer pequeña salió corriendo.
–Jane, mi pequeñita.
Jane corrió a abrazar
a su abuela y ese fue el comienzo de una noche mágica, su abuela se emocionó
tanto de vernos que nos hizo muchas cosas deliciosas, y nos preparó un lugar
donde dormir a Jane y a mí, a Zack le dio un cuarto bien alejado del de
nosotras.
La noche de descanso valió
la pena cuando llegamos al día siguiente a París, y por fin llegábamos al
centro de retiró Home.
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