Heath me frunció el
ceño– No sabía que tenías amante.
Me sonroje– Es mi
novio.
–Amante es el que
duerme contigo. –Me debatió.
Lo golpee con mi dedo
índice en el pecho– Soy mayor de edad y puedo tener una vida sexual.
Heath sacudió la
cabeza– Es que pensé que podrías querer ayudarme pero si es así es mejor que me
las ingenie con otro plan.
Heath me confundía– Me
hablaste de Paul y que iba a cometer un error, que se iba a casar pero no me
dijiste que favor querías de mí.
Heath negó– No
importa.
Lo agarré del brazo–
Si me importa, así que dímelo de una vez.
Heath miro detrás de
mí, mire algo inquieta y me encontré con Marcus, que nos miraba más que
interesados al parecer.
–Si, díselo Heath por
mi no te preocupes que soy una tumba.
Heath me miro a los
ojos y entendí que esto era un secreto compartido entre los dos, probablemente
ni Zoey supiera. Le di un apretón en el brazo.
–Luego hablamos, ahora
voy a bañarme.
–Eso estaría bien,
entre más pronto hablemos antes podré volver con mi esposa.
Asentí hacia Heath
como respuesta y seguí mi destino impuesto. Me duche. Esperaba que al salir
Marcus se hubiera ido pero estaba en mi cama sentado como no tuviera nada que
hacer, me estaba pareciendo vagamente familiar su actuación y en parte
alarmando.
Marcus apoyo los codos
en las rodillas– ¿Algo que compartir?
Enrollé mi cabello en
la toalla. Me había vuelto a vestir pero me había negado a secarme el cabello
con secado, amaba mis rizos.
Cuando la toalla se
mantuvo en su lugar hablé– No, nada.
–¿Siempre guardan
secretos ustedes dos? –No me estaba gustando el tono de Marcus– Porque déjame
decirte que es bastante raro desde mi perspectiva, ¿Qué piensa Zoey de que te
secretees con su marido?
Lo mire seriamente, a
pesar de ser una persona bastante gruñona odiaba con toda mi alma golpear a la
gente, pero Marcus se estaba apuntando por una excepción. Pero hacer eso no
valía la pena.
–Marcus. –Dije con
toda frialdad– Vete, no quiero verte.
Marcus se levanto e
intento abrazarme pero me aleje de él– Emily solo te digo lo que vi, y lo que
cualquiera…
Me acerque a la puerta
y la abrí de par en par– Dirás lo que cualquiera que no me conociera diría. Y a
mi parecer, tú Marcus no me conoces. Vete.
Marcus intento de
nuevo abrazarme y esta vez lo deje, aunque de seguro él pensaba que de alguna
forma lo disculpaba, no que yo estaría viendo la situación como era, ya no quería
estar con Marcus si las cosas eran así.
–Mi cielo perdón.
–Te disculpo. –No le
devolví el abrazo– Ahora vete, quiero ir a hablar con mi cuñado.
Marcus me apretó con
más fuerza– Si no es nada malo, ¿por qué no te acompaño?
No había confianza. Y
por mi parte yo confiaba en él.
Con resignación
asentí, y no dije nada más porque sabía que de todas formas iba a averiguar que
habíamos conversado Heath y yo, lo podía ver en su cara.
Heath estaba al fondo
del pasillo, simplemente sabía que estaba ahí porque se veía un lugar bastante
privado.
Nos miro con
desagrado– Te dije que me respondieras de inmediato, así que creo que no vas a
ayudarme.
Me sentía tan
exasperada que estuve a punto de gritarle– Aun no me has dicho que debo hacer.
Heath miro a Marcus
cuando respondió– Quiero que convenzas a Paul de que no se case.
Marcus me coloco a su
lado– Y esa persuasión que necesitas incluye sexo.
Me solté de Marcus con
algo de ayuda de Heath– En verdad que eres idiota, yo nunca le pediría a Emily
eso.
Me sentí más calmada con
su respuesta pero aun me molestaba que Marcus tratara así Heath– Tienes una muy
mala perspectiva de Heath, Marcus…
–No me digas nada,
este idiota es amigo íntimo de ese que te hizo llorar en la fiesta de Zoey. Si,
revise la cinta de seguridad después de llevarte a tú casa y vi como ese
imbécil te dejo tirada en el suelo sin mirar atrás. –Me aferró de nuevo– ¿Ese
era Paul?
–Si. –Dije suavemente,
me dolía que Marcus me recordara ese momento tan doloroso.
Marcus resopló– ¿Y
quieres que lo convenza? Si él quiere casarse que lo haga pero Emily no se va a
mover de aquí.
Heath me dio una
sonrisa irónica– Vaya Em, si que has cambiado ¿desde cuando habla tu novio por
ti?
–Desde que me tiene
para defenderla.
–¡Ja! Como me haces
reír, ¿por qué tendrías que defenderla de mí? Yo solo vine a pedir tu ayuda,
solo eso Em, no te estoy pidiendo nada extraño ni mal intencionado. –Heath
intentó alargar su mano pero Marcus lo retuvo.
–Ya lárgate, vete con
tu esposa de una vez.
Los ojos de Heath eran
hielo cuando se posaron en mí– Si quieres hablar conmigo, sabes como
localizarme pero no demores. –Saco su móvil– Zoey me dijo que se casa dentro de
seis días, te doy un día para que me respondas.
–No te responderá.
Me estaba asfixiando
con la testosterona que liberaba Marcus.
–Heath…
–Déjalo Emily, que se
vaya de una vez.
Me separe exhausta de
todo esto– ¡Ya! –Les grite– Heath, me estas pidiendo demasiado pero… me lo
pensaré.
Heath me sonrió– Me
basta con eso pero queda poco tiempo, piénsalo rápido.
Marcus estaba furioso–
Emily, ni siquiera estas pensando de verdad las cosas como para darle
esperanzas a este tipo. Mándalo al diablo de una vez.
–Marcus ya para de una
vez. Me siento tan frustrada. –Apunte a Heath con la mano– Te responderé esta
noche. –Mire a Marcus– Es mejor que te vayas.
Me estremecí por la
furia que manaba de Marcus, casi pensé que me iba jalar con él pero solo se dio
la vuelta y se fue como un rayo.
–No debiste haber
hecho eso con tu novio. –Me dijo Heath pero él no se escuchaba apenado por la
situación– Por lo menos no delante de otro hombre, heriste su ego.
Me abrace a mi misma–
Él no es mi novio, es… creo que era mi amigo.
Nos despedimos y luego
Heath se fue al aeropuerto, no quiso que nadie lo acompañara.
Me quede en mi cuarto
todo el día, cambie las sabanas y ordene todo. Nadie fue a visitarme pero me
enviaban la comida al cuarto, así que tampoco baje a cenar. Pero había pedido
mucho al cielo el pasar todo un día aislada. A las diez de la noche mi puerta
se abrió de par en par, por eso supe quien era sin siquiera mover la cabeza de
la almohada.
–Jane.
La sentí deambular de
un lado a otro. Estaba enojada.
–¿Vas a gritarme? –Me
cubrí la cabeza aun más con las sabanas– No estoy de ánimo para eso hoy.
–Dime por todo lo que
amas, ¿por qué no aceptaste casarte con mi hermano? –La sentí caer en mi cama,
pero aun así no me moví– Creí que habías aceptado cuando no llegó a dormir,
pero cuando llego estaba de un humor de perros y lo único que me ladró fue: “no
aceptó”, y quiero que me expliques que quieres en la vida que mi hermano no te
pueda dar.
Me reí bajito, había
estado todo el día pensando y pensando en si ayudar a Heath y lo irónico es que
todas las respuestas se me venían claras ahora. Respuestas simples para todo.
Me senté en la cama y
mire a Jane, debía admitir que tenía escrito en la cara que quería golpearme,
de seguro porque rechazar a su hermano gemelo era algo que le dolía en lo más
hondo de su corazón. Puse la misma cara que veía en ella.
–¿Aparte de la
libertad de expresión? –Le pregunte– ¿Y la falta de confianza?
Jane puso mala cara–
Ouch.
–No me gusta que
hablen por mí, y no me gusta que desconfíen de mí. Y menos que me insinúen que
tengo algo con mi cuñado, eso podría llegar a oídos de mi hermana y si lo
hiciera… –Me acerqué más a Jane– Eso, sería personal.
Jane me entrecerró los
ojos– Reconozco ser manipuladora, pero no llegó a ese punto.
Que bien, me dije
mentalmente porque si Jane se ponía en plan “cásate con mi hermano”, utilizaría
todo lo que pudiera.
–Y lo principal…
Jane me miro sin
creérselo– ¿Hay más?
–Jane, no lo amo.
–Jane miro al techo– No puedes ser tan cínica, tu quieres amor pero cuando
alguien más lo busca…
–Ok, ok, estoy
exagerando pero… es que, nunca había visto así de enojado a Marcus. –Me dijo
con impotencia en la voz.
–Jane. –Le toqué el
hombro con la mano– ¿Te das cuenta de lo que me estas diciendo? Esta enojado,
no triste. Y sabes que es lo peor, –Jane me prestó atención– Que salió enojado
de aquí porque le dije que se fuera a él y no a Heath. Si estuviera enamorado
de mi estaría triste no furioso.
Jane se quedo callada
un rato y yo volví a acomodarme en mi cama, estaba acurrucándome cuando sonó mi
teléfono. Lo contesté sin mirar el número.
–¿Cuál es tu
respuesta? –La voz de Heath se oía lejana. Iba en el avión aun.
Bostecé– ¿No te enseñaron
que no debes llamar desde un teléfono en un avión? Se puede caer.
–Es el teléfono del
avión.
Parpadee– No tenía ni
idea que los aviones tenían teléfonos, no va contra la ley...
Heath se rió a
carcajadas– Em estas divagando, ya dime si me ayudas o no.
Me reí, lo que hiso
que Jane se pegara a mi oreja. Intente quitarla pero me amenazo con sus uñas–
Si, te voy a ayudar. ¿Qué debo hacer?
La respuesta siempre
había estado ahí pero quería bloquearla, ya no podía más, iba a hacer lo que mi
corazón me decía era lo mejor.
Una oportunidad más
para el amor, eso me lo decía Zoey siempre, ¿por qué no creerle? Después de
todo ella es feliz con su esposo y su pequeña que venía en camino. Su pequeño
regalo.
–Ven a París e
intentemos hablar con él, sé que en cuanto te vea no podrá hacerlo.
–Me encanta tu fe en mí,
pero una vez ya se alejo de mí lado.
–Eso fue a la fuerza
Emily, intente decírtelo, pero tu noviecito no me dejaba hablar. Emily sus
padres lo obligaron a dejarte, no puedo imaginar cómo, él solo me dijo que por
tu bien y el de tu familia debía dejarte.
Me quede en shock. No
había querido dejarme. No había deseado separarse de mí.
–Ambos sabemos que
Paul no es una persona cruel, y él estaba muy prendido a ti como para decirte
esa sarta de idioteces… –Me dolía el pecho– Paul me dijo lo que tuvo que
decirte esa noche, créeme Em, él no quiso herirte apropósito… se sentía muy mal
por ti.
Me aclaré la garganta,
de pronto sentía un nudo tremendo que no quería desatarse.
–¿Cuándo viajo?
–Mañana sería ideal.
Te esperaré allí, avísame de la hora de tu llegada y nos encontraremos en el
aeropuerto.
–Bien, nos vemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario