Corté la llamada. Sin
más me levante y comencé a sacar ropa del armario y a meterla en una maleta, no
quería perder tiempo.
–En verdad vas a ir.
–Era una afirmación.
No me distraje de mi
trabajo para contestarle– Si, porque me merezco una explicación. –Metí mi ropa
con más cuidado– Y porque… no dejo de pensar en él. No logró sacarlo de mi
cabeza Jane, por más que trato y trato, él siempre esta conmigo. A veces me
encuentro pensando en como estará y si le irá bien con su consulta o a cuantos
niños habrá ayudado... –La mire y sonreí al ver que Jane estaba abrazada a una
almohada haciendo pucheros– Estoy tan mal Jane, necesito hacer esto pero no por
lo que piensa Heath, no voy a mendigar amor, quiero exorcizar a Paul de mi
mente y… definitivamente de mi corazón.
Jane asintió– Pero no
puedes ir sola. –Comencé a negar pero ella me dio una mirada helada– Ahora mi
amiga y prima, eres una persona importante. Eres una rica heredera por la que
tu abuelo daría toda su fortuna, hasta ahora no te has dado cuenta pero siempre
tienes guardaespaldas a tu lado. No puedes simplemente irte así como así, debes
tener protección.
Me quede helada, él
abuelo no me había dicho nada de eso. Nada. ¿Tenía guardaespaldas? ¿Desde
cuándo?
–¿Cómo sabes…? –No
seguí preguntando al ver como negaba con la cabeza– El tío Mark los suministró.
Jane asintió– Exacto.
Mi humor se desinflo–
Entonces qué hago.
–En vista que no vas a
ser la esposa de mi hermano… –Jane se puso a pasear por el cuarto– Puedo
hacerte un favor si tu me haces uno a mi.
La mire
inquisitivamente– ¿Qué favor?
Jane se puso a dar
saltitos– Eso es un si, ya no puedes echarte para tras.
–¿Dónde quedo el amor
hacia tu hermano? Porque lo acabas de vender por un favor.
–Lo quiero pero no te
puedo obligar, y menos si no lo amas. –Me dijo con sencillez. –Luego siguió
saltando.
Tuve que usar mis dos
manos en sus hombros para detener sus saltos– Jane, mírame.
Jane me miro por fin–
Bien, como vas a arruinar mi alegría porque hayas aceptado.
Le puse mis manos en
la cara para mantener su atención– ¿Cuál es el favor?
Jane se dejo caer en
la cama– Tienes que hacer que Zackary salga conmigo. –La mire como si estuviera
loca– ¿Qué? Él nunca habla conmigo… parece que no le agrado y quiero que me des
la oportunidad de demostrarle que no soy una chica tonta como con las que sale.
Me reí de ella– Si que
eres tonta, él pobre no es bueno hablando y según Sam se le traba la lengua
cuando esta contigo, hasta tartamudea. Y, ¿Cómo sabes que sale con chicas
tontas? Ni siquiera van a la misma universidad.
Jane me pego con mi
almohada– Eso no importa Emily, solo interesa que el tienes que hacerlo porque
sino no haré mi parte del trato.
–¿Qué es…? –Me cruce
de brazos esperando su respuesta.
–Acompañarte con mis amigos
favoritos de siempre, son de máxima confiabilidad por lo que nadie se opondrá a
que viajes si vas conmigo y lo que es mejor estarás en una compañía en la que
no te podrás aburrir. –Y por amigos se refería a sus guardaespaldas personales.
Mire mi ropa y la
maleta y seguí empacando hasta que guarde todo lo necesario– Bien, estoy lista
con esto. –Tome mi móvil y se lo lance a Jane– Comienza a pedir los pasajes,
debemos salir mañana al medio día a más tardar.
Jane se veía confusa–
¿Qué vas a hacer? ¿Dónde vas? –Me grito mientras salía.
Le hice unas señas con
las manos– Me voy a buscar a tu príncipe encantado, ya vuelvo.
Jane pego un grito–
¡Estas loca!! No puedes hacerlo ahora, después, hazlo después. No hay prisa
Emily, confió en ti. ¡Em! ¡Em!!!
Corrí a las escaleras,
mi primo dormía en el tercer piso de la mansión en el ala que ocupaba su
familia. Corrí hasta agotarme, nunca había recorrido con tanta prisa la mansión
y este lugar definitivamente era para morir por falta de oxígeno.
Mientras corría se me
ocurrió un plan rápido pero efectivo.
Pase las habitaciones
hasta que llegue al salón que separaba las habitaciones de la familia. Toque en
la puerta que tenía escrito en Rumano; Zack.
–Sam, deja de molestar
y lárgate de una vez, no voy a salir de este cuarto hasta que ella… –Abrió la
puerta y yo le sonreí pícaramente– Em.
Puse mi mejor cara de
inocencia– ¿Por qué no vas a dejar tu cuarto?
Me miro con total
seriedad pero se veía un asomo de vergüenza en su rostro–…Tengo cosas que
hacer.
–Ah…
–Si, ah… ¿qué sucede? –Se
aclaro la voz antes de seguir hablando– Me parece que no estas aquí por nada.
Tome sus manos–
Necesito un favor, bueno… –Puse cara lastimera– Jane necesita un favor…
Zack se puso totalmente
rojo– ¿Qué… qué necesita Jane?
Lo tenía, la primera
parte estaba lista. ¡Bien!
–Tienes que venir
conmigo, ahora.
Zack asintió sin
preguntar nada más– Vamos.
Ahora la siguiente
parte.
Cuando llegamos a mi
cuarto me apresure a tocar la puerta.
–Jane, ¿te encuentras
mejor? ¿Podemos pasar? –Pregunte con cuidado, luego agregue más fuerte para
Zack– Casi se desmaya hace un rato, creo que no esta comiendo muy bien.
Zack apenas me escucho,
entró de inmediato– ¿Jane qué pasa?
–Nada. –Jane estaba
como una estatua en la cama, se había quitado las zapatillas de deporte y
estaba sentada en pose de meditación.
El vestuario de Jane
no solía variar demasiado, era un clásico conjunto de deporte negro (polerón
con gorro y calzas deportivas).
Jane nos miraba como
si fuéramos su peor pesadilla.
–Zack que me dices, si
se ve algo delgada ¿no? –Jane se miro por todas partes– Creo que por eso casi
se desmaya.
–No es cierto, Zack en
serio no me pasa nada. –Jane negaba como una loca y por la cara de Zack, podía
decir que ella no lograba convencerlo.
Zack se sentó a su
lado y tomo su rostro entre sus manos– ¿Me prometes que no te pasa nada? –Jane
asintió lentamente– Te creo, pero de igual manera debes cuidarte. No sé si sea
muy educado decirlo pero no te ves como si te cuidaras demasiado.
Jane se sonrojo
notablemente– Pero, pero si me cuido y mucho.
Zack abrazo a Jane–
Ven, ¿quieres venir a comer conmigo?
Jane estaba como en el
cielo– Si, si quiero.
–Entonces esta
decidido, ¿Qué quieres comer?
Jane agarró a Zack por
la camisa– ¿Vas a cocinar para mi? ¿Hablas en serio?
–Por supuesto, yo
nunca bromeo Jane. –Eso era cierto, Zack no tenía sentido del humor– Esta noche
voy a cuidar de ti.
Sonreí– Tienes razón y
ya que estamos, Jane deberías quedarte ya es muy tarde para que vuelvas a casa,
así terminaremos nuestros planes para mañana.
Zack me miro
interesado– ¿Qué piensan hacer mañana? ¿Me puedo unir?
Me sentía como ese
momento incomodo en que no quieres arruinar algo pero ya no puedes echarte para
tras.
–Tenemos que ir por
unos días a Francia. –Dije lentamente.
Zack tomo a Jane y de
camino a la salida me agarró a mí también.
–De camino a la cocina
me dirán que esta pasando. –Me sentía como niña de cinco años al ser arrastrada
por el pasillo.
–No te molestes Zack pero
es algo personal y preferiría que esto se quedara entre nosotros, déjalo como
una pequeña escapada de chicas. –Intente soltarme pero fue en vano.
–Y tu Jane, ¿cómo
puedes ser tan irresponsable? No estas bien…
–Estoy bien… –Jane se
retorció hasta que me dio un manotazo– Y Emily puede decírtelo con total
franqueza, ¿cierto Emily?
–Vi como la golpeaste,
no vas a convencerme. Si quieren ir, tendrán que decirme que es lo que van a
hacer en Francia. –Se detuvo de golpe– Y tiene que ser una buena razón o no las
dejare moverse de aquí.
Me aclare la garganta–
¿Te das cuenta que me has dado el placer de escuchar tu linda voz primo? Nunca
lo haces, deberías tienes un tono ronco que te hace sonar tan… sexy. –Zack me
sonrió y yo tuve que aguantar el dolor de la patada de Jane.
–Emily, tengo una
hermana adolescente que me ha halagado de más maneras de las que tú puedas
imaginar. No me vas a engañar. –Nos jalo de nuevo y seguimos caminando– Ahora
vamos a ir a la cocina, voy a preparar algo muy rápido como unas tostadas
francesas, nos vamos a sentar y luego vamos a conversar.
Nos llevo a volandas a
la cocina y sin decirnos palabra se puso a cocinar, al cabo de unos minutos nos
tenía unas tostadas francesas (irónicamente) en frente de nosotros. Debía
admitir que él sabía como cocinar y por la cara de Jane podía decir que ella
disfrutaba cada mordida de su porción. Estuvimos comiendo en silencio hasta que
Zack nos quito los platos.
–Bien, ¿quién me va a
decir que esta pasando?
Jane me miro inquisitivamente
y tuve que contar todo lo que Heath me había dicho.
–Te das cuenta que es
la cosa más estúpida que he oído en mi vida.
Mire a Jane con rabia,
ella me hacia hacer estas cosas– Pues no es tu problema y si no me dejas ir
crearé un lío tan grande…
Zach estaba
entrecerrando los ojos mientras estaba hablando con él que no se dio cuenta de
la aparición de Jane a su lado. De pronto me encontré en medio de una escena
para adultos. Jane había agarrado a Zack de su camisa y le había dado un beso
en la boca, claro que mi primo no había perdido el tiempo; había agarrado a Jane
de la cintura y la tenía pegada a él.
Jane me hizo una seña
que tome por una retirada, no perdí el tiempo y me largué de allí.
En mi habitación había
una pequeña nota en mi mesilla de noche. De seguro, Jane había escrito la nota
antes de que llegara con Zack a mi lado.
Mire mi móvil y luego
le di una ojeada a la nota:
“Salimos a las 14 horas,
viaje sin escalas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario