Ya era de
noche cuando nos llamaron después de la cena, de nuevo me sentía yo después de haber
caminado por la mañana con esos tacones.
Mire hacia
todos lados, por lo visto solo faltábamos nosotros tres. Fred había estado con
nosotros porque decía que no quería andar recogiendo las cosas tiradas en el
suelo, que eran muchas así que nos habíamos entretenido limpiando y recogiendo
los papeles de la biblioteca de Jay. Su madre había aparecido hace unos
momentos diciendo que debíamos ir al salón.
Pasamos al
salón, aun había trabajadores en todas partes de la casa limpiando aquí y allá
pero el salón ya estaba totalmente recogido. Me maraville al ver el salón
decorado de una forma muy moderna, habían un par de sillones de colores
chillones y otros sofás que parecían haber sufrido un ataque artístico.
–Los decore
yo cuando tenía cuatro años y estaba en el jardín, mamá los trajo desde Francia
cuando nos vinimos según recuerdo. –Sonrió como si recordara algo chistoso– Si
te fijas hay autitos dibujados en las orillas, fue cuando mi abuelo Rem me
enseñó como dibujar autitos y aviones, también hay un bote que dibujo mi tío
Tesla, el reto es encontrarlo.
Mire las
orillas de los sofás y si, habían cientos de autitos dibujados a mano. Toqué
las formas que habían sido la entretención de un niño de cuatro años.
No pude
encontrar el bote.
–Quería
dibujar tan bien como mi abuelo pero… –Me guiñó un ojo– Necesitaría tener los
mismos años que él.
Eso activo
mi curiosidad– ¿Por qué dices eso…?
–Porque su
adorado abuelito es un vampiro como sus tíos Tesla y Johann. –Mire a Fred como
si estuviera loco.
–Claro y yo
soy la súper chica.
Fred me miro
por todas partes– ¿Dónde dejaste la capa? –Nos sonreímos con burla ambos.
Hasta que… iba
a golpearlo pero Jay puso sus manos en mis hombros– En realidad, mi familia se
componía de vampiros, mi madre hace poco recupero su… calidad de humana por así
decirlo. Y eso fue porque bebió sangre de su pareja que es el señor Stonel, esto
último es algo que nos tiene a todos un poco traumatizados…
Me quede
impactada– ¿Por qué suena tan raro todo esto? Que te traume el que tu madre sea
pareja del padre de Fred pero… ¿no el que te criaras con vampiros?
Steph
apareció de pronto y nos agarró del brazo– Fred ve a sentarte con tu madre, hoy
tú abuelo quiere hacer algo especial para nosotros, algo muy importante para ti
y Richard por lo que me dijo antes de ponerse a darme ordenes.
Fred levanto
las manos en señal de rendición– Ok, voy para allá no te pongas nerviosa, no
gruñas ni me comas.
Steph bufo
por su comentario y nos llevo a uno de los sofás– Siéntense y esperen como los
buenos niños que son, yo voy a seguir haciendo lo que estaba haciendo.
–¿Qué sería
eso mamá?
Su madre
puso los ojos en blanco– Ni te imaginas.
–¿Están
todos? –Pregunto el abuelo de Fred con voz de mando.
–Ya están
todos. –Dijo Stephaniel entrando con una caja de zapatos, detrás de ella venía
el señor Stonel con una caja enorme– Deja eso allá Fede.
El señor
Stonel coloco la caja y comenzó a sacar cosas mientras Stephaniel armaba lo que
parecía un retroproyector de otra época.
–Esto por
acá Fede, si, ahora esto. –Se pasaba una y otra cosa hasta que estuvo todo en
orden. No pude evitar pensar en que los dos hacían una pareja hermosa.
El abuelo de
Fred comenzó a dar golpes con las palmas– Préstenme atención, hoy por la mañana
hablamos Elizabeth y yo y llegamos a un acuerdo, quedamos en hacer esto para
que sepan algo… algo que debieron saber hace mucho porque fue una crueldad
olvidarnos de él.
Todos
mirábamos sin saber a que se refería, pero mire a la señora Elizabeth, ella se
veía… triste, estaba abrazando a Richard como si se lo fueran a arrebatar en
cualquier momento. Busque a los pequeños pero ambos jugaban con nana Vi sin
darse cuenta de que estaba pasando, pero nana Vi estaba pendiente de cada
palabra que se decía.
–Quiero
mostrarles unas películas caseras que tenía guardadas en casa, hace poco las
traje de nuestro antiguo hogar Fede.
El señor
Stonel le presto atención de inmediato– ¿Volviste?
La señora Elizabeth
pego un gritito– Oh, Dios…
El mayor de
los Stonel siguió hablando– Voy a mostrarles las películas.
El padre de
Fred cerró las cortinas. Mire a donde comenzaba la proyección, la habían puesto
para que la imagen diera en la pared frente a nosotros.
Comenzó con
un prado me pareció algo extraño una mujer embarazada apareció de pronto
corriendo y la cámara la seguía. El audio se encendió de pronto.
–Fred déjame
en paz.
Se escucho
una risa– Nunca, antes muerto.
La imagen
siguió corriendo y después de varias tomas de la mujer la cinta paro.
–Hace
demasiado tiempo que no veía a mi madre. –Dijo el señor Stone que estaba
sentado cerca de nosotros– Era tan bella, o por lo menos así la recuerdo por
las fotos.
Mire al
señor Stonel– ¿Por qué? ¿No la conoció?
Jeremy me
tomo de la mano– Megan no saques conclusiones...
–Déjala
Jeremy, ella esta en lo cierto, mi madre murió en el parto. –La mamá de Jay
comenzó a sollozar– No llores Steph. No importa lo que paso o porqué no la pude
conocer, yo siempre la recuerdo con cariño.
–Voy a
colocar la siguiente. –La voz del abuelo de Fred se escuchaba ronca y no creía
que fuera por la distancia.
La siguiente
era una casa de campo. La cámara de pronto enfoco al abuelo de Fred, quien se
veía más joven, aparentaba unos veintitantos años si mis cálculos eran correctos.
–¡Bebés
salgan de una vez! ¡Vengan!
Un niñito
rubio muy parecido a Nicky salió corriendo de la casa junto a otro igual a él,
ambos estaban vestidos como marineritos.
–Me veo
ridículo. –Dijo el primero.
–Nos vemos
mal. –Dijo el segundo– Eres un vejo despotota.
La cámara
los enfoco a los dos juntos– Mis pequeñitos, es “déspota” Fredy y no te ves
ridículo Ricky, ahora sonrían a la cámara.
Ambos niños
hicieron caras chistosas a la cámara, siguieron así un rato y después se
pusieron a jugar a las escondidas. Cuando el juego termino la cinta paró.
–¿Quién es
Ricky? –Pregunto Fred.
–Pregunta
después Frederick. –Dijo su abuelo– Voy por la otra, disculpen que sea así pero
no se como se montan estas cosas en una sola.
–Actualízate
abue. –Le dijo Rick escondiéndose detrás de su madre.
–Ya vas a
pagar mocoso. –Le dijo su abuelo sin distraerse de lo que hacía.
La cinta
volvió a comenzar esta vez eran dos chicos crecidos. Estaban jugando a las
peleas, podía decir que estaban jugando por las risas de uno de los chicos.
–¿Cómo se
sienten niños? Hoy van a convertirse en lobos.
El chico
risueño acaparo la cámara– Voy a ser gigante, más grande que tú y mucho más
fuerte, voy a ser el alfa de la manada.
La cámara
apunto al otro chico– Y tú Fredy, ¿qué dices también vas a ser alfa?
El chico
sonrió y pude ver al señor Stonel en él– Tal vez, pero voy a ser blanco como
tú.
El otro
chico salto en frente de la cámara– Yo voy a ser blanco.
–Somos
gemelos, los dos vamos a ser blancos. –Dijo conciliador Fede.
El otro
chico le lanzo un golpe que no logró acertar– Déjate pegar Fede. –Decía el que
no paraba de reír.
–No. –Le
respondió Fede.
El chico
rubio que reía y lanzaba los golpes seguía intentando– Oh, vamos Fede.
–¡Vamos
Rick! Sé que puedes hacerlo, tengo fe en que puedas algún día golpear a Fredy.
–La voz era del mayor de los Stonel– Ya tienes doce años.
El chico que
esquivaba parecía aburrido– ¿Cuánto más vamos a hacer esto?
–Te voy a
pegar por engreído.
–Inténtalo.
Siguieron
peleando un buen rato más, y de pronto el chico risueño lanzo una patada y el
otro le agarró la pierna y lo lanzo hacia arriba.
–¡Frederick
XI Stonel! –Grito el abuelo de Fred– Te he dicho que no lo lances así, lo vas a
dejar tonto.
El chico se
encogió de hombros mientras el otro se levantaba.
El abuelo de
Fred volvió a hacer el mismo procedimiento, y la cinta volvió a pasar.
–Había
olvidado esa. –La madre de Fred estaba sonriendo.
Mire la
cinta y vi a un chico que era la copia exacta de Fred, e incluso tenía el mismo
brillo en los ojos que él.
–¿Por qué te
arreglas tanto? Y deja de hacer eso con las camisas me estas molestando.
Lo que
estaba haciendo el clon de Fred era colocar las camisas al que sostenía la
cámara como si fuera un muñeco.
–No, esta es
la mejor forma que tengo de ver si me queda una camisa, te la pruebo a ti que
eres mi gemelo idéntico y sé si me sienta o no, me quedaré con la azul. Oye,
¿por qué me estás grabando?
La cámara se
movió– Papá va a llegar tarde a la fiesta y quería que nos grabáramos mientras
nos arreglábamos.
El chico se
puso la camisa y luego le quito la cámara al otro– Ahora me toca a mí, ¿qué te
vas a poner?
El otro miro
una camisa azul casi idéntica a la que el otro llevaba y se la puso– A mi
también me queda este color.
El otro sonó
exasperado cuando hablo– No podemos seguir vistiéndonos igual Fede.
–¿Por qué?
La mano del
otro lo tomo y lo sacudió– Déjate de tonterías hoy viene mi chica.
–Si me vas a
golpear creo que mejor apago la cámara.
El escenario
cambio y esta vez era una fiesta de cumpleaños.
–Feliz
cumpleaños Fredy y Ricky. –Dijo el abuelo Stonel.
Ambos
sonrieron– Gracias papá.
–¿Qué me
regalaste? –Pregunto uno.
–¡Elizabeth!!
–Grito el otro y salió corriendo.
–Vamos a
comer pastel Fredy. –El chico que era el señor Stonel se encogió de hombros y
partió a la mesa– Te compré ese libro que querías.
El chico
sonrió encantado y con eso la cinta paro.
–Mamá…
–Dijeron Fred y Rick.
Su madre
tosió– Después chicos.
–Si,
después. –El señor Stonel se aclaró la garganta– ¿Tienes más papá?
–Si hijo, Elizabeth
tome prestada una de tus cintas, la pondré después.
–Está bien.
–Le respondió.
Otra imagen
se puso a rodar, mire atenta esperando ver más, comenzaba a interesarme la
historia de esta familia.
La escena
comenzaba en la casa que parecía una cabaña, hasta se veía una piel de oso en
el suelo.
–Eli ponte
mi chaqueta no quiero que te resfríes. –Dijo el chico rubio, de a poco
comenzaba a distinguirlos, este debía ser Ricky– Vamos de casería.
La madre de
Fred se veía joven, no debía ser mucho mayor que él o yo.
–¿Dónde
vamos? Rick. –La escuché preguntar mientras sus manos iban a su estomago.
–Vamos a
buscar a Fede, debe estar en el muelle y luego nos vamos de paseo. –Respondió
el abuelo Stonel.
El chico se
estaba colocando un abrigo cuando se puso a negar firmemente– Nosotros vamos a
pasear mientras tú vas por mi hermanito el loco, no quiero que Eli pase más
frío del necesario. Dios, piensa en tu nieto.
–Shh…
cállate Richard Stonel y ve a pasear.
La imagen
cambio estaba mostrando un bosque y de pronto se giro para mostrar la cabaña.
–¡Que!
–Grito Stephaniel pero el señor Stonel la acallo en murmullos– Tenemos que
hablar después.
Cruzó el
bosque y salió a una laguna de agua verde, y un muelle en el que no se veía
ningún bote amarrado, lo único que había era un chico recostado en el muelle.
–¿Quién no
vino? –No escuché al principio por lo que la pregunta me sorprendió.
El joven
siguió en el piso– Ella, la chica que te dije.
–Busqué a
esa chica entre la comunidad y en el pueblo… no hay nadie así Fred. –La voz
sonaba cansada– Nadie vendría por aquí cuando estamos tan lejos.
El chico
cruzó los brazos en su estomago– Papá, solo sé que ella siempre está aquí
cuando yo vengo, hoy no esta pero aun no pierdo la esperanza.
–Hijo
levántate y vamos a pasear. –El chico se levanto y cuando pasaba por el lado
del abuelo Stonel todos vimos como este lo tomo y lo lanzó a la laguna– Para
que se te pase la locura.
–¡Viejo
loco!
La pantalla
volvió a quedar en negro y todos nos quedamos en silencio hasta que escuche a
alguien levantarse.
–¿Qué esta
pasando mamá?
–Fred… ese
es tú papá. –Me puse a toser compulsivamente y Jay se hundió en el sofá– Tú
papá murió cuando tenías cuatro años y Richard dos.
La luz se
encendió y el abuelo Stonel se fue a sentar a mi lado quedando frente a frente
con Fred.
–Esto es lo
que quería que recordaras pero creo que no lo logré, Frederick no es tú padre
ni de Richard sino su tío.
Fred estaba
mortalmente blanco y Richard no estaba mejor, me sentí como una intrusa en esta
discusión y con solo ver a Jeremy me di cuenta de que él no sentía diferente. Aunque
desde aquí era un receptor de emociones y la mayoría eran tristes.
–Fred, Rick
no quería que se enteraran de esta forma pero tal vez es lo mejor. –El señor
Stonel los miraba a ambos– Ya era hora de pensar en Rick, él no se merece lo
que le hicimos… olvidarlo.
>>Fred<<
Esto no
estaba pasando, no podía ser que el hombre que yo creía mi padre no lo era. Y
mi padre… mi padre…
–¿Cómo
murió? –Todos estaban callados– ¿Cómo?
Vi como
Megan se levanto junto a Jay, lo mismo hizo nana Vi con mis hermanitos, no, mis
medio hermanos.
Me mire las
manos no podía seguir mirando a nadie por más tiempo.
–Lo mataron,
por eso vinimos aquí. –Dijo papá– Tu abuelo y yo decidimos venir a la manada
más cercana pero aun así los recuerdos y el dolor seguían…
–¿Quién lo
mato? –Pregunto Rick en voz baja.
Mamá se
removió en el asiento con la pregunta de Rick– Cazadores. Había cazadores en
nuestro hogar, destruyeron nuestra familia como la de varios lobos más.
–Lo mataron
en el patio cuando jugaba contigo. –Hablo el abuelo.
~Fred toma a
tú hermanito y vayan a esconderse, no quiero que mires atrás ¿me oyes? Corre,
¡ahora!
Lo
recordaba, su voz hablándome, contándome cuentos… lo recordaba.
–¿Cómo pude
olvidarlo?
Mamá se
levanto a abrazarme– No lo olvidaste, te hicimos creer que él no había
existido…
Me quede en sus
brazos y al poco rato no pude evitar llorar como un niño, Richard tampoco pudo.
Como si
fuera necesario el abuelo puso otra proyección, en esta estaba papá en el piso
de la sala con Rick y yo jugando como un niño. Me di cuenta de que era él
porque sonreía con un amor infinito a mamá quien estaba sentada a su lado
correspondiendo su sentimiento.
>>Jeremy<<
Cenamos bajo
una niebla misteriosa.
No había
mejor manera de describir el ambiente en el que nos encontramos sumidos todos. Mire
a mi madre, estábamos comiendo en el comedor después de ver las cintas y de
ordenar lo que quedaba de cosas tiradas en el suelo, mamá estaba sentada frente
a mí pero estaba concentrada comiendo lo que había preparado nana Vi.
Un pequeño
codazo me llegó desde mi izquierda, mire a Megan.
–¿Qué?
Megan hizo
una mueca– Nada, es solo que el ambiente esta pesado.
Asentí. Volví
a mirar a mamá– ¿Cómo estás?
Mamá me miro
asustada– Nada, solo que no tengo mucha hambre, ¿Fede después nos vemos?
–Esta bien,
te subiré que comer.
Mamá se
levanto y despareció por la puerta del comedor.
–¿Qué paso? –Le
pregunte al señor Stonel, sin darme cuenta de que el resto de personas nos
estaban mirando.
Él me miro
incomodo– No le agrado que le escondiera que tenía un hermano gemelo y menos
que le ocultara… –Movió la mano con un gesto de desinterés.
Le había
molestado que no le dijera que era el tío en vez del padre de Fred y Rick. Si a
mí me lo hubieran ocultado. Me pare y mire a Fred que estaba sentado a un lado
de su abuelo a tres asientos de distancia de mí. Se veía tan deprimido, y podía
sentirlo al igual de Megan que estaba a mi lado con cara de tristeza.
Terminamos
de comer y todos acordaron con dormir esta noche en casa.
Megan me
miraba con curiosidad al ver que no me movía de mi lugar.
–¿Jay? No me
digas que hay otro asesino maniático suelto.
Le sonreí y
sin poder evitarlo la rodee con mis brazos– Hay algo que debo hacer, ¿me
acompañas?
Megan me
rodeo con sus brazos– Sabes que te acompañaría a cualquier lugar.
La tome de
la mano y me dirigí al cuarto secreto, le di un susto a Megan cuando abrí la
puerta metiendo la mano en la chimenea y accionando la palanca. Bajamos tomados
de la mano por el estrecho pasillo y ya abajo me di cuenta de que habían movido
ya el cadáver del lobo que había querido hacerle daño a mi madre y a la señora
Stonel. Suspire. Menos mal Megan se iba a evitar ver eso.
–¿Qué es
este cuarto? O, ¿de quien? –Megan estaba revisando la tele y los cuartos
aledaños.
Me dirigí a
uno de los cuartos, Megan entró detrás de mí– Este era mi cuarto de bebé, bueno
la replica de mi cuarto, ¿viste el cuadro que hay colgado en la pared? –Indique
con mi dedo.
–¿Quiénes son
ellos? Ese hombre se parece mucho a ti.
Mire el
cuadro que solía ver con obsesión cuando era niño. El hombre intachable tanto con
su traje como su rostro y la mujer menuda pero muy bonita con su cabello
recogido y con un traje de muselina. Ambos abrazados y con una mirada de amor
en los ojos.
–Te presento
a mi padre Jonas Wolfe y a mi madre; Cristal
Shmeister.
Mis
pensamientos se estaban volviendo sombríos al pensar que no los había conocido
pero al igual que Fred ahora, tenía cintas que mostraban como y quien era él. Un
sollozo interrumpió mis pensamientos.
–Megan, mi amor.
–La abrace.
–Lo siento,
es que todo es tan triste, tú y Fred han sufrido mucho. –Me dijo con voz llorosa.
Le acaricie
el cabello– Yo no me siento triste al recordar a mis padres, ellos me dieron la
vida y lamento el no poder conocerlos, aunque a veces me parece recordar la voz
ronca de mi padre leyéndome un cuento durante la noche. Loco, ¿eh?
Megan negó–
No, yo te creo.
–Te amo.
–Y yo a ti.
Nos dimos un beso y
luego nos pusimos manos a la obra. Mientras trabajamos, por un momento tuve un
pensamiento y cuando mire a Megan ella también pensaba lo mismo, cuando nos
fuimos a dormir llevaba bajo mi brazo un libro de cuentos.
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