–Creo que aun estoy algo anestesiado, creí por un momento escuchar que era mi hermana. –Dijo Heath mirando aun a Becca– Pero no creo…
Me senté a
su lado en la cama con cuidado de no provocarle dolor– Heath, tu madre esta
aquí.
Heath seguía
mirando a Becca– Guau. Entonces es mi media hermana.
Suspiré pero
debía decirle– Creo que debes saber que Becca no es tu media hermana, sino tu
hermana. –Dije lentamente pero Heath no dejaba de mirar a Becca– Es una Tanner
legalmente, me lo dijo tu madre.
Heath me
miro con la cara en blanco– Quiero ver a papá.
Deje que mis
hombros se hundieran por el peso de esa mirada– Debe estar por venir, tu madre
estaba solucionando algo también así que ella también debe estar pronta a venir
y podrás hablar con ambos.
–Quiero a
papá.
Le puse una
mano en la mejilla– Heath, antes de que llegue tu padre a verte, ¿me haces un
favor? –Le dije seriamente– ¿Me perdonas?
Heath me
miro claramente desconcertado– No sé de que hablas Zo, ¿qué tengo que
perdonarte?
–Me refiero
a la pelea que tuvimos ayer. Creo que debí entenderte cuando pensaste mal de lo
que habías visto, yo también me confundí con esa chica que contesto tú móvil
pero al igual que tú escogí pensar mal… y ni siquiera le di una oportunidad a
tus disculpas en el momento en que me las diste, me siento terriblemente mal
y... –Una lágrima volvió a caer de mi rostro– Me asuste tanto cuando pensé por
un momento que no podría disculparme más contigo.
Heath llamo
mi atención con la mano derecha– No te disculpes tontita, ven aquí y dame un
abrazo junto a esa imitadora que tienes ahí.
–¿Imitadora?
–Mire a Becca pero estaba mirándome con atención nada más.
–Estaba
haciendo un puchero tan lindo como el tuyo. –Antes de que pudiera decir algo–
Beso. Ahora. –Al ver que no me acercaba agregó– Deja de pensar tonterías y
disculpas que no debes dar y bésame de una vez no me hagas sufrir.
Senté a
Becca en la cama y me acerqué a Heath dándole un beso lento mientras cuidaba
que Becca no se cayera. También tuve cuidado de besar a Heath sin lastimar los
raspones y cortes que tenía en su labio aunque dibuje cada raspón con mi lengua,
y antes de darme cuenta Heath me aferro a él con su brazo derecho.
Heath se
separo unos centímetros de mí– Te amo mi Zo.
–Amo. –Dijo
Becca sonriéndole a Heath.
Heath se quedo
mudo al igual que yo, hasta que…
– ¡Habla!
–Dijimos a la vez.
Heath le
tendió su brazo– Ven acá pequeñita… Zoey ¿qué edad tiene Becca?
La seriedad
de su voz me dijo que este era un tema delicado– Becca tiene un año de edad –Tome
uno de los ricitos de Becca entre mis dedos– Y ya esta dando pacitos.
–Quiero…
quiero abrazarla, dámela por favor. –Dijo silenciosamente Heath.
Tome a Becca
y la acomode al lado derecho de la cama para que él pudiera tomarla sin
problemas. Becca fue una niña obediente y se quedo sentada al lado de su
hermano sin molestar, todo lo contrario parecía encantada con la atención que
le estaba dando Heath quien la tenía abrazada a él dándole suaves besos en la
cabeza como si se tratara de una muñeca muy delicada. Después de un momento Heath
se quedo mirando a Becca y era difícil decir que no eran hermanos, se miraban
con los mismos ojos verdes.
Prácticamente
se podía ver la emoción que había entre ellos, en especial cuando Becca coloco
sus manitas en la cara de Heath y él hizo lo mismo con ella. Hermanos, eso eran
sin duda alguna.
– ¿Nos
parecemos? –Me pregunto encantado Heath al tocar los pequeños ricitos que de la
cabecita de Becca.
Se me
inundaron los ojos de lágrimas al verlos así– Si, se parecen un montón… Se ven tan
lindos juntos.
Heath abrazo
a su hermanita– Soy hermano mayor, ¿qué debo hacer? –Miro a Becca pensativo–
Creo que cuando seas mayor alejare a patadas al que quiera salir contigo. Si,
eso voy a hacer por ahora me limitaré a malcriarte con golosinas y juguetes que
ya no te gustaran en tres días después de comprados. Pero cuando crezcas la
cosa cambiará, no dejaré que cualquier tonto toque a mi hermana, van a tener
que pasar por un control de calidad y el que no me guste. Fuera.
Le sonreí–
Es tan bonita que creo que serán muchos los prometidos los que van a tener que
pasar ese control de calidad.
Heath estaba
encantado con ese cumplido– Si. Mi hermana es preciosa. –Me miro interesado–
¿Cómo es mi madre?
–Un… no sé
como describirla, debes conocerla para que te hagas una idea. –Heath parecía
confundido– Te diré algo, ya la habíamos conocido era la dueña de una de las
últimas pensiones que visitamos, tal vez no recuerdes que una vez te dije que
la dueña se había ido indefinidamente.
Él asintió–
Eso sonó muy raro. –Enarcó una ceja– ¿Era ella?
Asentí– No
sabe decir que no. –Heath apenas y sonrió– También te diré que cuando le dije
como te trataba Louis quiso un ajuste de cuentas, y por lo que dijo tu papá era
un mano a mano.
Ahora eso lo
sorprendió– Vaya, así que la violencia no venía de mi padre.
Me reí– Es
encantadora. –Heath volvía a mirar a Becca– Dale una oportunidad, créeme que lo
que les pasó a ellos no esta muy lejos de nuestra historia. –Heath asintió– La
verdad es que tu abuelo tampoco fue muy bueno con ellos.
–Solo quiero
saber porque me dejo con papá…
Me levante
de la cama– Ella creía hacer lo mejor…
–¡Quítate de
ahí bruja maldita! –Escuché gritar a la madre de Heath.
–Le dije que
solo pueden entrar una persona a la vez señora y ya hay una señorita con un
bebé dentro.
–Y yo te
dije que me dejaras pasar, no que me dijeras hasta cuantas sábanas tiene la
cama.
Heath me
miro– ¿Quién es?
Le sonreí
apenada– Esa es tú mamá. Es linda ¿no?
–Maggie,
deja que la enfermera haga su trabajo. –Ese era el señor Tanner, suspire de
alivio– De seguro Heath querrá estar con Zo otro momento.
–Pero yo
quiero verlo ahora. –Casi podía ver como hacia pucheros– ¡Jeffry!
–Si no te
calmas no te bajo.
Heath me
tomo de la mano– ¿Puedes abrir la puerta?
–¿Estás
seguro de eso? –Yo estaba con la mirada pegada a la puerta.
Heath no se
veía muy seguro– Abre, ya veré como me las arreglo.
Lo mire
bien– Te ves cansado, te operaron hace una hora creo que deberías descansar un
rato, puedo decir que esperen afuera… de todas formas nadie se irá aun.
Heath me
sonrió encantado– Por eso te amo tanto, me cuidas sin pedírtelo pero quiero
hablar con ellos, por favor.
Abrí la
puerta y la escena era para no dar crédito. El señor Tanner tenía sobre su
hombro a Margaret.
–¿Prometes
portarte bien? –Le estaba diciendo.
–Si Jeffry.
–Margaret estaba más bien como un trapo, sus brazos estaban estirados y no se
le veía el rostro ya que se lo cubría el cabello.
–No más
escándalos, Heath debe descansar así que bájale al nivel de emoción. –El señor
Jeffry me sonrió cuando me guiño un ojo.
–Esta bien,
pero quiero otra donut. –Comenzó a patalear.
–¿Quién es
esa Becca? –Le preguntó Heath a Becca.
–Mam…
–Gorjeó Becca, les sonreí a ambos.
La mamá de
Heath se separó de inmediato del señor Jeffry– Mi pequeña habló, es un milagro.
–Es algo que
iba a pasar Maggie. –Mire al señor Jeffry porque parecía otra Margaret la que
tenía enfrente, él se encogió de brazos– Sobredosis de azúcar, sabía que le iba
a pasar pero… me agrada cuando esta tan animosa.
Mire a
Margaret pero esta estaba mirando fijamente a Heath– ¿Qué te hicieron?
Heath se
toco la cara pero su madre entró rápidamente en el cuarto. Era preocupación de
madre la que estaba viendo, Margaret revisó a un Heath no muy emocionado porque
lo estuvieran toqueteando, pero ella parecía que no tenía idea donde estaba
mejor. A mí también me había asustado su apariencia. Por otra parte Becca se
puso a hacer lo mismo que Margaret y se puso a tocar a Heath soltando pequeñas
risitas, al parecer creía que era divertido tocar a su hermano.
–Sé que no
debes tener idea de quien soy, lo siento si te incomode es que… –De pronto
Margaret estaba abrazada a Heath llorando contra su cuello, el señor Jeffry se
acercó a ella e intento separarla pero Heath se lo impidió. Su madre le tomo el
rostro llenándoselo de besos– Te ves…
Heath le
sonrió de una forma que no había visto antes– ¿Más guapo de lo usual mamá?
–Cuando dijo mamá parecía que algo había tocado en Margaret que se había
quedado prendada mirándolo.
–Te pareces
tanto a mi papá… digo, tu abuelo sonreía así de esa forma. –Margaret se quedo
mirando embobada a Heath.
Heath estaba
algo sonrojado– Ya veo, creo que por fin encontré de donde saque el buen ver.
–Me guiñó un ojo.
–Heath te
ves agotado. –Dijo el señor Tanner– Es mejor que lo dejemos descansar Maggie.
Margaret miro
al señor Tanner y asintió pero Heath la abrazó con su brazo derecho– ¿Por qué
no te quedas a mi lado esta noche mamá? Si no te molesta claro.
Margaret
asintió– Jeffry yo me quedaré y cuidaré a Heath durante la noche.
El señor
Jeffry asintió– Voy a ver cuándo podré llevarte a casa, prefiero cuidarte yo a
que estés aquí.
Heath
asintió no muy convencido– Si tú lo dices.
–¿Cómo es
eso? –Todos miramos a Margaret– No debes contestarle así a tu padre, él solo
quiere lo mejor para ti siempre, recuerdalo.
Heath
parecía sorprendido de que lo regañaran– Bien.
Margaret le
jalo una oreja al igual que Becca que la imitaba– Dilo con seguridad esta vez.
–Si mamá.
–Margaret asintió. Heath me miro sonriendo– Ya veo por lo que pasas tú,
apropósito tus padres deben estar preocupados sería mejor que te vayas.
Lo mire algo
triste– Pero yo quiero estar contigo.
–Lo sé mi
amor pero mañana puedes venir a primera hora.
Mire a Becca
que estaba haciendo puchero y me di cuenta de que me estaba imitando esta vez–
Está bien, mañana vendré temprano a verte.
–Papá, mamá
¿nos pueden dejar solos un momento? –Les preguntó Heath.
Margaret se
separó de él con un beso y tomo a Becca en brazos. Nos dejaron solos.
Heath me
miro– Parece que no dormiste bien.
Le sonreí–
Tu eres el que parece que te haya pasado una apisonadora. –Me senté en la cama
y me acomode contra él– No me gusta pelear contigo…
–Pasaste la
noche en vela, entonces. –Heath paso su mano por mis rizos– No me gusta que
estés aquí, este ambiente prefiero ahorrártelo. Ve y descansa.
Lo besé en
los labios para acallarlo– Yo solo quiero estar contigo, ya te lo dije antes.
–¿Te digo la
verdad? –Acerqué mi oído a su boca– Estoy a punto de quedar inconsciente y ella
parecía feliz de acompañarme durante la noche. –Me sonrió– No voy a ser una
compañía agradable hasta mañana, así que ve tranquila que aquí estaré en el
mismo lugar que ahora.
Le sonreí–
Bien, ¿hay algo que pueda hacer por ti?
Heath me
hizo una seña y volví a acercarme a él– Bésame.
Con gusto lo
volví a besar, de nuevo mime con mi lengua sus heridas hasta que su lengua
buscó a la mía, me pegué más a él para que no tuviera que levantarse más, no
supe en que momento esa mano se puso a acariciar mi pecho buscando a tientas
como meterse debajo de mi camiseta, como la desvergonzada que me había vuelto
acerque mi pecho a su mano y Heath me dio un piñizco suave que me hizo gemir
bajito. Pero Heath pegó un gemido de dolor cuando me fije que intentó mover su
brazo izquierdo.
–Voy a odiar
este maldito yeso hasta que me lo quiten. –Dijo con una gota de sudor cayéndole
por la frente. Me intente acomodar la ropa pero Heath me dio un golpecito en
las manos– No dije que iba a dejar de hacer eso, ven acá y levántate la
camiseta.
Me sonroje–
Heath…
Me miro con
su cara más lastimera, se veía tan triste… y esas heridas. Me levante la
camiseta y Heath me puso su mano.
–Buena
chica, si tan solo pudiera… –Me quede algo anonadada por su toque parecía
desesperado.
–Heath…
–Suspiré.
–Déjame Zo,
no sabes como fue el pensar que no iba a volver a estar contigo en ese momento,
como me sentí cuando pensé que iba a morir sin decirte que sentía haber dudado
de ti.
Aleje su
mano de mi pecho y me lancé de lleno a un abrazo aun teniendo cuidado con su
brazo herido.
–Todo va a
estar bien mi amor, no te preocupes. –Le dije contra su cuello– Te amo y ahora estoy
aquí para ti.
Heath me
abrazó más fuerte con su brazo que casi me hacía daño pero no me queje porque
sabía que él lo necesitaba.
–Je
t’aime aussi mon ange. –Me dijo contra mi pelo– Je t’aime bien Zoey…
–Yo también
te amo mucho mi amor. –Me separé a regañadientes– Ahora te dejo, creo que ya te
he cansado lo suficiente.
Le di un
beso en la frente y me aleje hasta la puerta, cuando tenía la mano en la
perilla lo mire y le hice una seña.
–Bye mi
amor. –Me di la vuelta.
–Zoey.
–Volví a mirarlo y esa sonrisa que me dio tenía una promesa escrita– Te ves
demasiado bien con un bebé en brazos.
Enrojecí–
Papá aun no quiere ser abuelo, solo te lo digo como advertencia.
Heath seguía
sonriendo– Dile que puedo darle una nieta parecida a mi hermana pero con tus
encantos, creo que se lo va a pensar.
Me puse aun
más roja– No me has preguntado a mi antes si quiero una Becca de nosotros.
Heath agacho
la cabeza y me miro a través de los mechones que le caían por la frente– Tengo
mis métodos de persuasión, ¿lo recuerdas?
–¡Heath! Ni
siquiera en cama…
–Y se que me
divertiría tratando de convencerte. –Se estaba riendo cuando salí disparada de
la habitación.
Margaret y
el señor Tanner estaban mirándome interesados cuando salí, estaba más que segura
que era más por el color escarlata de mi rostro que por mi belleza.
–Esta apunto
de caer redondo de sueño. –Dije.
Margaret se
acercó al señor Tanner– Así le dicen hoy en día.
Los mire
como se asentían mutuamente.
–Mañana
vendré temprano pero si pasa algo no duden en llamar a mi casa por favor.
El señor
Jeffry me abrazó– No dudes en que te llamaremos si algo pasa, ahora ve y espera
fuera del hospital llame a tu padre para que venga por ti.
Lo mire
agradecida– Gracias.
Margaret me
sonrió– No Zoey, gracias a ti. Ahora ve a descansar y mañana ven con nuevas
energías.
–Bien
cuídense. –Me acerque a Becca que estaba en brazos de su madre– Tú también
cariño. –Le di un besito en la frente.
Me aleje con
un sentimiento de paz. Mañana vería a Heath.
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