–Si. –Mire a
Maggie y a Becca y me acerqué a darles un beso a cada una– Volveré más tarde,
de todas formas no darán a Heath de alta hasta mañana.
–Te esperaré
aquí.
Mire la
puerta de la habitación– Va a estar entretenido, ve a ver todo a tu pensión,
dúchate y duerme un rato con Becca. –Me miro algo desconfiada– Descansa.
–Está bien,
esperaré a que salga el doctor y luego me iré a dormir un ratito. Solo un
ratito.
–Gracias.
–Las abrace brevemente– Ahora me voy.
–Suerte, la
vas a necesitar. –Me sorprendí pero luego me di cuenta de que ella me conocía
mejor que nadie.
Me di la
vuelta y me dirigí al auto. Ir hasta allá no iba a ser problema…
Y no lo fue.
Lo que si fue un problema fue entrar e ir a verla.
Abrí la
puerta con dificultad. Y entré con toda la fuerza que encontré. Esto iba por
mis hijos.
–Señor, ya
llegó. –Miré al ama de llaves, la pobre anciana se veía preocupada.
–Si, por fin
despertó Heath, amaneció mucho mejor de lo esperado. –Le informe porque era
ella quien me había aconsejado cuando había recibido la llamada.
La anciana
pareció feliz de verdad– Me alegro mucho de que el joven este bien, aunque me
parece muy extraño su accidente.
–Si, tiene
razón, su accidente es muy extraño. –Me quede parado pensando eso– No había
meditado ese detalle…
–Pues porque
estaba preocupado de su hijo, pero a mi me extraño de inmediato eso porque el
joven es bastante responsable a la hora de conducir y lo extraño es que no haya
una denuncia por el accidente.
Me quede
paralizado– Estas viendo demasiadas películas policiacas Sophie.
Ella me miro
como lo hacía cuando era joven. Con reproche– No me diga esas cosas.
Escuche unos
pasos pero decidí ignorarlos hasta que se acercaran lo suficiente.
–No te lo
digo como si te estuviera reprochando. –Sonreí porque ella adoraba reprocharme
cosas– Sino como una virtud, te has vuelto observadora.
–A mi no me
lo parece.
Los pasos se
acercaron hasta quedar a mis espaldas.
–Hasta que
por fin llegaste.
Me di la
vuelta para encarar a Louis. De a poco se le estaba notando el embarazo… la
pregunta que siempre se me venía a la cabeza era ¿quién era el padre?
–Por
supuesto, venía a cambiarme y a hablar un rato contigo. –La mire como nunca lo
había hecho– Y me vas a escuchar.
El ataque de
furia llego de pronto– A mi no me hablas así.
–Vamos a la
biblioteca a hablar.
Me di la
vuelta sin esperar a que ella me siguiera. Estaba harto de andar a su ritmo.
Entré a la
biblioteca y deje la puerta abierta para que ella entrara.
–Ya esta.
Dime de una vez que es lo que te pasa.
Mire por la
ventana– Ayer casi pierdo a mi hijo, no me provoques Louis no estoy de humor.
–¿Y cuando
estás de humor? Yo te lo diré. Nun-ca.
Me mordí la
rabia– Quiero el divorcio, te enviaré los papeles en cuanto pueda.
La sorpresa
en el rostro de Louis no me lo esperaba, ni menos el grito que pego.
–¡No puedes!
Tú no… tú no…
–Ya estoy harto
de todo esto, tú y yo no somos felices ni nunca lo seremos. –Con paciencia
trate de hacerle entender.
–No puedes
dejarme… –Louis me ignoraba– No puedes… se lo prometiste a tu padre, le
prometiste nunca más ver a esa… arpía.
–Tú sabes
que nunca he cumplido eso, ni pienso hacerlo.
–¡No!!! No
te dejaré, eres mío. –Me gritó.
–Nunca he
sido nada para ti. Me voy a divorciar espera los papeles.
La mirada de
Louis se había perdido– No te dejaré, si me dejas nunca vas a ver la herencia
de tu hijo…
La mire con
una advertencia– No te atreverías.
–Lo haré, no
le dejaré nada a ese bastardo.
La mire con
repudio– Y que dices de ese niño que cargas, ¿de quién es?
–Lárgate de
aquí, recuerda que esta casa también esta bajo mi propiedad como herencia de
Heath.
Me dirigí
hacia la puerta evitando mirarla– Vas a saber de mí. Mañana vendré por mis
cosas.
Fui hacia mi
cuarto pero en las escaleras me encontré con el ama de llaves de nuevo, esta
vez traía un bolso con ella.
–Me preocupa
el que andes con un bolso, ¿te vas? –Mire atrás– No me gustaría que la dejaras
sola.
–Sabía que
hoy se iba a ir. –Me sonrió a pesar de que yo estaba con la boca abierta– Ella
no tiene tacto y esto era mucho para ella.
–Entonces
este es…
–Su bolso,
puse ropa y algunas cosas que sé son muy importantes para usted.
Tome el
bolso– Colocaste mi álbum de fotos… y ese es el collar que hice con el primer diente
de Heath… Gracias.
Ella se
encogió de hombros– Si me deja una dirección le enviaré allí sus cosas.
La abrace
por puro impulso– Gracias de verdad.
Le anote en
un papel la dirección de Maggie y estaba por irme cuando recordé mi maletín,
fui por el y me encontré con que Louis había echo un desastre en todo el lugar.
Era una lástima. Recogí mi maletín y salí.
–No te
vayas, por favor.
Mire a Louis
estaba tan triste que casi deje el maletín pero ya no había vuelta atrás.
–Ya no hay
nada entre nosotros, aunque creo que nunca lo hubo. –Me acerqué y a pesar de su
resistencia la abrace– Esto es lo mejor para nosotros.
Louis
intentó zafarse pero la abrace con más fuerza– Pero tengo miedo y tú siempre me
colocabas en mi lugar, me dabas fuerza… ahora tengo miedo Jeffry. –En sus ojos
se reflejaba el miedo que en verdad sufría– Tengo miedo…
La abrace
con fuerza– Ya no puedo seguir casado contigo, debes seguir tu camino y
encontrar alguien que te ame como yo amo a Maggie.
–¿Por qué no
pudiste amarme?
–No éramos
indicados uno para el otro. –Acaricie su cabello– Déjame ir Louis.
Ella asintió
y se separo de mí. Salí del cuarto porque sabía que era lo mejor.
Cuando
llegué al hospital me encontré con una escena divertida.
–Becca di mi
nombre; Zoey.
–Shooy…
–Becca repetía riéndose.
Me les
acerqué despacio. Pero Maggie se dio cuenta de inmediato de mi presencia y se
levanto a recibirme le tendí los brazos de inmediato.
–No me gusta
verte triste. –Sus manos fueron de inmediato a mi rostro– No lo estés.
Le sonreí
con pesar– Le pedí el divorcio a Louis.
Maggie me
miro atónita– ¿Qué te dijo?
–Al final lo
acepto. Estoy harto de esta situación, de no poder estar contigo y que Heath no
pueda disfrutar de ti y de su hermana.
–Ahora
podremos estar juntos. –Me sonrió y de pronto se puso a llorar– Soy una quita
maridos…
La abrace
riéndome de ella– Que tontita eres pero por eso te amo tanto.
Sentí un
golpe en las costillas. Si por eso también la amaba.
–Mira Becca
tus papis se llevan muy bien. –Becca los miro sin entender por lo que hice unos
gestos para divertirla.
El amor
entre ellos era palpable, verlos así me hacía feliz. Abrace a Becca y la lleve
dentro, Heath ya debía estar por despertar. Se había tomado una siesta después
del examen exhaustivo que le había echo el doctor.
–Es sorprendente.
–Me senté a un lado de la cama. Puse a Becca mirando a su hermano– Tú hermano
mañana podrá irse a casa y podrás ir a verlo.
–Jiiii… –Le
sonreí con adoración ella era tan inteligente.
–Si, él es
Heath tú hermano. –Le toque sus ricitos, estaban más definidos ya que ella y su
mamá se habían ido un rato a su casa a descansar pero al no poder dormir se
volvieron– Ahora esta durmiendo.
Becca cerró
los ojos y luego pestañó.
–Creo que
entiendes más de lo que hablas.
–¿Quién
entiende más de lo que habla? –Heath estaba bostezando cuando terminó de hablar.
–Becca mira
tu hermano ya despertó. –Becca se removió en mi abrazo– Aquí vamos.
–Déjala aquí
acostadita conmigo. –Heath levanto las cubiertas y yo coloqué a Becca a su
lado, la que parecía encontrar todo muy gracioso– Hola Becca, ¿cómo esta hoy mi
princesita?
Me cruce de
brazos– ¿Y qué soy yo?
Él me sonrió
muy confiado– Tú eres mi ángel, eso no lo cambia nadie. Así que no te pongas
celosa amor.
–Yo no estoy
celosa de una niña de un año de edad.
Heath le
hizo cosquillas con su mano libre a Becca– Que bien.
–Niños. –La
madre de Heath entró como un relámpago– No saben nada.
–Por
supuesto que no saben Maggie…
La madre de
Heath le tapo a boca a su padre con las manos– Tengo que irme ahora así que
vine por Becca, creo que Jeffry puede dar la noticia. –Maggie tomó a Becca,
aunque no tan fácil porque Becca quería estar con Heath– Vamos Becca tenemos
que ir a arreglar unas cosas y luego vendremos a ver a tu hermano. Te dejo un
rato Heath pero voy a volver lo más pronto que pueda. –Se acercó y le dio un
beso en la frente– Te quiero aunque aun no me creas.
–Te creo
mamá. –Les hizo una seña– Vuelvan pronto.
–Adiós mi
amor. –Sin dar tiempo le dio un beso en la boca al señor Jeffry.
–Adiós
cielo, nos vemos.
Así como entró
desapareció la madre de Heath.
–Bien dime
de que va todo esto. –Corrí a ayudar a Heath para que se incorporara en la cama
y me quede abrazada a él al ver como su frente sudaba por el esfuerzo.
Su papá se
sentó a los pies de la cama– Tú sabes que no se me dan bien los rodeos así que
voy a ser muy directo; le pedí el divorcio a Louis.
Heath y yo
nos quedamos pasmados. Su padre se acomodo en la cama y clavo la mirada en
Heath.
–Estoy harto
de todo esto y quiero que seamos una familia de verdad. Maggie, Becca, tú y yo.
Heath se
dejo caer en la cama antes de que y le avisara que le iba a doler y… el grito
de dolor me aterrorizo.
–¿Estás bien
Heath? –Dijimos su padre y yo a la vez.
–¿Cómo se lo
tomo? –Nos dijo con esfuerzo.
Su padre
volvió a los pies de la cama– Al principio mal pero luego se calmo y acepto lo
inevitable…
–¿Por qué se
fue mamá? Solo para que me dijeras esto, no lo creo.
Mire a su
padre que se rió– Me fui de casa y mande buscar tus cosas y las mías de
inmediato, ya que Maggie acepto alojarnos en su casa y… fue corriendo para
tener tu habitación lista para mañana cuando te den el alta.
–Oh.
–Eso mismo.
–Dije sorprendida.
–¿No estás
feliz? –La confusión en su padre era palpable.
Heath
comenzó a reírse– Claro que estoy feliz pero tú… ¿vas a estar feliz viviendo en
una pensión?
–Será
interesante. –La alegría radiaba de él cuando dijo esas palabras.
El día
transcurrió tan rápido que pronto me vi en la obligación de volver a casa,
menos mal que estaba de vacaciones y podía levantarme tarde o en este caso ir
lo más temprano posible para ver a Heath, hoy se iba a mudar, o bueno llegar a
su nueva casa.
Llegué al
hospital para encontrarme con su padre. Maggie y Becca se habían ido anoche a
dormir a su casa. Al final logramos llevarnos a Heath al medio día, para esa
tarde Heath estaba instalado… como algo especial esa noche nos quedamos juntos,
durmiendo abrazados.
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