Al escuchar el negro
indiferente de tu voz,
Me confundo con el
cálido azul de tus ojos,
Que me cuentan otra
historia.
Acercas tu cabeza a
la mía,
Y esos mechones
castaños que tanto adoraba tocar,
Me rozan con frío
pesar.
Tus manos broncíneas
Tocan mis sonrojadas
mejillas
Transmitiendo un
pálido adiós.
Y yo te digo adiós…
Adiós al rojo de tu
pasión
Y al gris de mi amor.
Que hundido en un mar
de tristeza,
Canta su amarga
canción,
Y su triste adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario