Me desperté sola y eso me asustó un poco, sino es porque así debía ser aunque no le costaba mucho despertarme para levantarnos juntos. Tonto Alex.
Salí de la cama y me
dirigí hacia la ducha con toda mi ropa y cosas. Me vestí en una niebla, todavía
sentía mis labios un tanto irritados y un poco inflamados por los besos de
Alex. Algo había ocurrido anoche cuando comenzó a besarme tiernamente para luego
acabar… Me sonroje al pensar en que el día antes me había dado asco el beso con
lengua de Tom pero Alex… él había sido tierno y luego algo más.
¿Cómo podíamos
habernos besado de esa forma? Deje de pensar en eso, hoy tenía un día por
delante.
Mi mochila iba vacía
hoy, bueno solo llevaba libros y mi cuaderno multiuso; era de todas las
materias. Baje con ella en la mano y salí rumbo al comedor.
Esperaba que hoy no
tuviera molestias, mamá y papá se molestaban por mi falta de tino al momento de
vestirme. Camine hacia el cuarto de Emily pero ella ya estaba saliendo con algo
de prisa de allí.
–Hola Rob, ¿cómo estás
hoy? Yo, apurada y bastante mal genio, el abuelo me despertó hace un par de
horas para que estuviera lista y alimentada para nuestra cita, ¿puedes creer
eso? Es inhumano que me trate de esa forma, como si fuera una niña pequeña y no
la mujer que soy.
Levante las manos– No
me digas, vamos a comer de pronto me dio hambre y necesito algo de café.
Emily se colgó el
bolso y comenzó a caminar hacia las escaleras– Me alegra que puedas tomar café,
a mí la abuela me lo prohibió, aunque francamente no me apetece me dan nauseas
y ya sabes. Pero desearía que no me lo prohibieran, volvemos a lo de tratarme
como bebé, ni siquiera puedo pedir ayuda a mamá o a papá porque opinan que
estoy mejor aquí.
Mire de por el rabillo
del ojo a Em, hoy se veía animada, después de las compras de ayer se mostraba
de mejor humor y más estable por así decirlo, ya no se veía tan deprimida. Me
alegre por ella y por el bebito.
Aunque, lo de su
familia parecía raro– Tal vez es así.
Emily parecía
confundida– No me agrada eso.
–Ya no pienses en eso,
¿Jane te ha llamado?
–No, solo Zoey me
llama todas las noches junto con Edward, papá y mamá solo me llaman los fines
de semana. –Le tome la mano y seguimos camino.
Como nunca llegamos
temprano y Sam ya estaba ahí. Eso daba miedo. Alex también estaba allí mirando
para todos lados, tenía que descubrir que pasaba con él y el comedor.
Tome asiento al lado
de él y espere a que me hablara pero solo se quedo mirando la nada.
–¿Te pasa algo? –Le
pregunte.
Alex negó– No, nada.
Solo que, hoy no te puedo llevar a clases así que debes pedirle a tus hermanos
que te lleven, –Lo quede mirando hasta que siguió– Tengo que encontrarme con
alguien.
–¿Quién? –Demande,
sintiéndome violenta de solo pensar que podía ser una chica.
¿De dónde venía eso?
Alex me piñizco la
mejilla con suavidad– Mi hermano viene a la ciudad, nunca sale de su encierro
pero dice que me extraña y quiere saber como estoy, probablemente Susan lo
obligó a venir.
–Oh. –Me tranquilice y
a la vez me sentí algo triste por ello, quería que fuéramos juntos al
instituto– ¿Vas a ir después?
Negó– Voy a pasar el
día con él.
–Bueno, espero que
pases un lindo día con tu hermano.
Alex me sonrió– Recordé
cual era la tarea.
Me quede en blanco un
momento– ¿De qué…? Ah, ahora lo recuerdo. ¿Cuál era la tarea?
–En historia hay que
llevar un árbol genealógico. –Dijo moviendo las manos, dibujando un árbol.
Siempre tan gráfico pero me gustaba eso de él.
Hice una mueca al
pensar en la clase– Tú sabes…
–Que nunca entras en
la clase pero puedo ayudarte a pasar el año, sé que puedo. –Me dijo
abrazándome.
Lo abrace de vuelta–
Bueno, tomaré uno de Zack, él siempre tiene de esas cosas raras.
–Ustedes están muy
acaramelados. –Gruñó Sam– ¿Papá no te molesta?
Papá me sonrió– Claro
que no, Alex es ideal para mi pequeñita.
Me quede con la boca
abierta, hasta que hice un puchero– Me estas regalando a un desconocido.
–Que va, no es un
desconocido. Estudié con su padre durante años, compartimos cuarto en la
universidad y también era un despistado con todo, apenas y se daba cuenta de lo
que decía. –Se nos quedo mirando un momento– Me apuesto a que Alex es así,
Charles me dijo que era el único de sus hijos que se parecía a él en todo.
Mire a Alex– Lo que se
hereda no se hurta.
Su mirada me decía que
no tenía ni idea de lo que decía– Creo.
–Ven niños, no hay de
que preocuparse, aunque su padre dejo embarazada a su novia a los dieciséis.
Alex se sonrojo– Más o
menos así ocurrió.
–Hijo, yo estuve ahí
cuando nació tu hermano. –Apuntó a Alex con su cucharita de café– Soy su
padrino.
–Bien, eso sonó muy
Star Wars. –Dijo Zackary que se sentaba al lado de Sam.
El abuelo nos miraba
interesado, la abuela no tanto porque tenía esa cara de preocupación que solo
pueden poner las abuelas cuando les dices que no has comido nada aun. Emily
solo se preocupaba de comer y mirar a mamá, ya que mamá tenía cara de felicidad
probablemente porque ya me imaginaba como una solterona en el futuro y esto
quería decir que ese futuro horrible se esfumaba.
–Ya sé, Alex ¿por qué
no dejas que Robin te acompañe?
Estuve atenta a la
reacción de Alex pero él pareció contento con la idea, me giro de golpe para
quedar de frente a él– ¿Te gustaría ir conmigo?
–Si, claro que me
gustaría. –Sería interesante, me dije ver como era Alex con su hermano.
–Papá. –Dijeron mis
hermanos pero papá no los estaba escuchando para nada, solo asentía satisfecho.
–Pero que te quede
claro que no somos novios. –Le dije a papá.
Parecía sorprendido– A
mi me parecen una pareja, cada vez que los veo están abrazados o él te esta
besando.
Mire a Alex con mi
mejor cara de “Ahora explícale”, él se encogió de hombros y me miro ceñudo.
–Es como lo de ayer,
¿cierto? Eso de habernos acostado juntos.
–¡¿Qué?! –Gritó todo
el mundo a excepción de papá y Emily que se veían tranquilos.
Enrojecí– Si, eso
mismo.
–¿Entonces que puedo
hacer? –Le golpee la mano que subía ya a su cabeza, iba a terminar calvo.
–Explicarnos que es
eso de que te acostaste con mi hermana. –Lo amenazó Zack antes de que pudiera
decir algo.
–Si, explica mocoso.
–La voz del abuelo era igual de amenazante.
Alex estaba algo
contrariado pero él ya sabía porqué estaban enojados– Verán yo he estado
durmiendo en la cama de Robin, solo dormir…
Papá estaba sonriendo–
Tu padre me advirtió que tenías esa costumbre, tu hermana suele dormir contigo
¿no?
Alex asintió, por fin
tenía un aliado– Si, pero prometo que solo he hecho eso, nunca me aprovecharía
de Alex y sobre los besos, eso también lo hacía con mi hermanita pequeña cuando
hacía pucheros.
Le di un golpecito en
la cabeza– No les des más excusas, no haces nada malo y si lo haces ya me
encargo de golpearte.
–Siempre me golpea.
–Me acusó con papá.
–¿Y las clases de
señorita? Se supone que deberías ponerlas en práctica. –Me dijo mamá por sobre
el hombro de papá.
–Con él no se puede
ser una señorita.
El abuelo golpeo su
taza con la cuchara– Niños, niños ya coman que el café se enfría y necesitan
comer algo más antes de comenzar el día.
Mire a Alex– ¿A qué
hora debes salir?
Alex se quedo
pensando– No, él vendrá y luego salimos juntos.
Comí mis cereales
lentamente– Apuesto a que tu hermano es como tú, todo despistado y diciendo
cosas raras.
Alex hizo una mueca–
Entonces, te vas a llevar una sorpresa.
Salimos al jardín
después del desayuno a esperar a su hermano. Claro no pudimos salir antes de
los comentarios de papá como los de “que linda pareja” y “vuelvan tarde”.
Pero ya todos habían
salido; el abuelo junto a Emily se había ido sin más. La abuela y mamá estaban
preparando algo de lo que no hablaban con nadie así que no pregunte. Papá había
salido hacía su trabajo.
Mis hermanos.
Ellos se habían
demorado todo lo que habían podido para hacernos compañía, pero también
tuvieron que irse. Menos mal.
–Tiene unos hermanos
muy sobreprotectores. –Alex parecía feliz al hablar.
Estábamos sentados bajo
un árbol nuevamente, me parecía que a él le encantaba estar bajo la sombra de
los árboles y esa era otra cosa que llamaba mi atención.
–¿También eres de esos
hermanos?
Alex se recostó en mi
regazo– No, mi hermana Susan ya esta lo suficientemente fastidiada con la
sobreprotección de Adrian y Lexy es de temer, creo que me golpearía si me
atreviera a celarla.
–Me gustaría ser así.
–Le acaricié el cabello mientras hablaba– Mis hermanos comenzaron a celarme
cuando a Emily se le ocurrió que cambiara mi armario, creo que antes no tenían
ni idea que figura tenía y se conformaban con su hermana la patito feo.
Alex abrió los ojos–
Quieres decir que no se habían fijado en que tenías curvas y todo eso ¿eh?
Me sonroje– Para mi
era normal, siempre he sido desgarbada y sin mucho pecho.
–Tienes bastante de
eso, –Me sonrió sin mala intención– Mi hermana es plana como una tabla pero
ella tiene “eso” que llama la atención de todos, es popular y todo. Creo que la
envidio por eso, yo nunca he llamado la atención en nada de lo que hago, soy
tan normal.
–Yo también, mis
hermanos se llevan toda la atención. Mis abuelos nunca me han dicho algo bueno
de mí. Verás, siempre me decían que me vestía mal, que nunca iba a tener novio
y ahora no me dicen nada. Mis padres igual. –Mire con pesar a Alex– Creo que
tenemos problemas.
Alex me sonrió
abiertamente– Somos los acomplejados.
Le revolví el cabello
con los dedos– Los locos.
Alex se levantó quedando
a mi altura– Un par de tontos que no sabemos lo que queremos.
–O no nos atrevemos.
Alex acercó su cabeza
a la mía y junto su frente con la mía, mi corazón latía con fuerza esperando
que algo pasara.
–¿Cuándo van a
besarse?
Nos separamos de
inmediato y me encontré cara a cara a un hombre de cabello castaño oscuro y
barba más oscura aun, sus ojos eran azules y familiares pero no ese cuerpo
musculado, de seguro medía más de dos metros. Él no tendría nunca problemas con
los matones en la escuela.
–No seas molesto
idiota. –Alex se levanto del suelo con un salto y me tendió la mano para
levantarme.
Cuando le di la mano
el hombre nos sonrió y me guiñó el ojo.
–¿Quién es la bella
dama?
Mire a Alex con
desconfianza pero él solo me sonrió– No te asustes, se ve malvado con toda esa
barba pero es mi hermano mayor Adrian alias Robinson Crusoe. Adrian, ella es
nuestra prima Robin y estábamos conversando.
–Está bien, después me
cuentas.
Alex hizo ese familiar
gestos de rascarse la cabeza– Pues verás…
–Invitaste a tu novia
a venir con nosotros, –Adrian conocía a su hermano al parecer– Pues verás… no
puede venir, quiero hablar contigo sobre algo personal y lo siento pequeña pero
quiero privacidad para estar con mi hermano.
Trate de no sentirme
herida ni demostrarlo en frente de Alex, quien ya se veía molesto por ese
comentario. No era el momento para hacerlos pelear por una tontería, era justo
que estuvieran juntos después que no se veían desde hace semanas, sin las
interrupciones que yo podía darles.
Le di un abrazo a Alex–
Nos vemos en la tarde para correr en el jardín.
Alex asintió de mala
gana– Bueno, en la tarde nos vemos ¿quieres que te compre algo?
–No sé, creo que no.
–Dije indecisa, no sabía que podía comprarme porque no sabía a donde iban como
para pedir chocolates y gracias a papá no conocía demasiado la ciudad; No
salgas de casa te pueden raptar.
Adrian capto nuestra
atención– Vamos Alex, fue un gusto conocerte Robin, probablemente en la tarde
nos volvamos a ver; Tengo que saludar a mi padrino o se puede enojar.
Alex me miro y bajo su
cabeza a la mía y me dio un beso en los labios pillándome desprevenida
totalmente.
–Si me acuerdo de lo
de anoche. –Me susurro al oído– A mi también me gusto abrazarte y besarte hasta
perder la cabeza.
Mi corazón latía con
fuerza, me toque el pecho y Alex puso su mano sobre la mía por un motivo
desconocido puse mi mano en su pecho y sentí a su corazón tan loco como el mío,
casi latían al mismo tiempo.
–Yo también lo siento,
anoche me di cuenta ¿y tú? –Me preguntó Alex.
Asentí, ahora ya sabía
lo que se suponía debía sentir– Qué tonta…
Alex me sonrió con
dulzura– Yo también.
Enrede mis brazos en
su cuello– Nos vemos después.
–Te traeré chocolates.
–Me dio otro beso antes de separarse de mi, esta vez su beso fue más largo– Nos
vemos después princesa.
–Si.
–¿Podemos irnos?
Chicos ustedes son unos tortolos, sé que la chica es bonita pero...
Alex le frunció el ceño– No
te atrevas a decir nada de mi novia.
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