–Père dime porque se te ocurrió tener más hijos después de mí, juro que cuando encuentre a ese mocoso lo voy a matar y no quiero ni pensar en lo que hizo esa princesita tuya con mi maquillaje ayer.
Mire a Elia mi
pequeñita de diecisiete años recién cumplidos, tenía el genio de su madre
además de su figura.
–Mi niñita hermosa, porque
pensé que era tan lindo tener hijos que no me pude contener a tener más.
Elia me sonrió
encantada– Iré a ver que está haciendo mère y si sabe algo del mocoso y de paso
si me encuentro a la enana le voy a tirar de esos hermosos ricitos dorados.
Esperé a que saliera
de la habitación antes de girarme en mi escritorio, últimamente me la pasaba
revisando los archivos de pacientes.
–Ya puedes salir Paul.
–Te dije que tu hija
está loca. –Lo mire con reproche cuando terminó de salir de debajo de mi
escritorio– Escondí su diario.
Mire a mi pequeño de
catorce años, tan travieso como siempre.
–Ve a devolvérselo,
ahora. –Le ordené.
–Pero papá…
–Ahora. –Le dije, a
pesar que su tono lastimero solía funcionar.
–Si se lo devuelves
ahora, prometo decirle a Emma que te lleve a alguna parte. Será una tarde para
los dos solos. –Dijo Emily entrando con pasos estudiados, ella sabía lo que
estaba prometiendo.
–¡Hecho! –Gritó Paul
antes de salir corriendo.
–¿No sabía que Emma
iba a venir? –Le pregunté a Emily.
Emma era la hija de Edward,
hija que ya tenía la misma edad que mi Elia. Había sido un escandalo
cuando Edward había dejado embarazada a Kate a los dieciséis, escandalo que
acabo cuando nació Emma y su abuelo quedo definitivamente prendado de ella,
ahora ella era su nieta querida y si algo le pasaba a su niña era capaz de
matar. Al igual que su padre.
Y también era el amor
platónico de Paul y definitivamente arma de chantaje para los casos cuando él
no quería cooperar.
Emily se encogió de
hombros– Si, me acaba de avisar Edward que va a darse unos días del trabajo, él
y Kate van a llegar en unas horas y por supuesto, trae a Emma con él.
Me reí maliciosamente–
No le dijiste a Paul que su tío iba a estar cerca.
Emily me correspondió
la risa– Para qué arruinarle aun su día, que vea llegar a su tío. La cara que
va a poner no va a tener precio.
Ambos sabíamos que no
iba a tener un momento a solas mientras Edward estuviera cuidando de su bebita.
Emily se sentó en mi
escritorio– ¿No sientes que aquí falta algo?
Pensé un momento a que
se refería hasta que mire una esquina de mi escritorio.
–Me preocupa no saber
de él. –Me dijo Emily.
Seguí mirando la foto.
–Va a estar bien. –Le
tendí mi mano para tranquilizarla– Está con Heath y Zoey.
Mire dubitativamente a
Heath y luego a Heather.
–Cielo, cariño, ¿crees
que es bueno que dejes salir a Heather y a Jean Pierre? –Le di una sonrisa
conciliadora a éste último.
Mire al joven que era
mi sobrino, era menor por meses que Heather y aun así me parecía más pequeño.
Aunque no tenía nada de pequeño, era unos centímetros más alto que Paul y eso
lo hacia llegar al metro noventa de estatura con facilidad, además de unos
rasgos muy guapos; ojos azules, una tez clara y un cabello castaño claro con
reflejos rojizos. Muy parecido a su padre, físicamente. Su carácter estaba más
cerca de parecerse al de su madre.
Pero aparte de todo, lo
que me hacía preocuparme era su actitud ausente y meditabunda que solía
adquirir en momentos muy inadecuadas, algo que no podías hacer cuando estabas
en compañía de una persona tan activa como Heather.
Heath se rio a
carcajadas– El chico está seguro con mi nena, si se mete en algún problema te
prometo que Heather pateara a quien quiera que se meta con él.
Papá en algún momento
creyó que Heather se parecería mucho a mí, después de todo sino fuera por esos
hermosos ojos verdes sería una copia mía, modestia aparte. A los cinco años en el
primer torneo de karate de Heather, esa ilusión murió y cayó… junto a los
dientes de leche del pobre niñito con el que peleó. Heath se había empeñado en
enseñarle artes marciales a Heather y lo había conseguido, compartían el mismo
espíritu perseverante y luchador después de todo.
–Ma tranquila, traeré
a Jean Pierre sano y salvo al final de esta noche. –Traté de ignorar lo que
estaba echando a su pequeño bolso; sabía muy bien que era un pequeño botiquín
improvisado.
Jean Pierre sólo se
encogió de hombros– Prometo llamarla en cuanto se meta en problemas y si
aparece la policía.
Le sonreí contenta que
me entendiera un poco– Gracias cariño.
–De nada tante. –tía.
Heath sólo movió la
cabeza ante mi mirada de felicidad.
Heather me abrazó–
Volveremos en unas horas, le voy a mostrar unos lugares de la ciudad que son
muy bonitos.
–¡Yo quiero ir! –Me
estremecí por ese grito– Mami, papi quiero ir.
–¡Yo! ¡Yo! Yo también.
Mire a mi pequeña Tara
de catorce y a mi Zack de dieciséis, luego mire la cara escéptica de Heather
pasar a resignación en un segundo.
–Tara no puede ir, es
muy pequeña para andar de noche. –Dijo Heather en su modo hermana mayor.
–Porqué no van todos,
llama a tu novio y salgan todos. –Dijo Heath conciliador.
Asentí– Vayan, vayan.
Se les hace tarde.
Así todo el mundo se
fue.
–La casa se siente muy
sola… –Dije algo perturbada cuando el auto de Heather salió de la calzada.
–Si, no la sentía así
desde hace mucho. –Me respondió Heath.
Nos quedamos así un
momento hasta que…
–¡Mami!! ¡Papi!!
–¡Yo voy! –Grite,
corriendo a las escaleras.
Heath saltó a las
escaleras también– ¡Nana, papi va por ti!
–Si, debe estar bien. –Estuve
de acuerdo con Paul– Pero tal vez debería llamarle.
Paul me miró entre
divertido y disgustado, a menudo estaba vigilando a los niños. Me había vuelto
muy sobreprotectora.
–Déjalo divertirse.
–Lo sé pero… –No sabía
que decirle.
Paul se levanto del
escritorio y me abrazo– Porqué no vamos a salvar a nuestro pequeñín de las
manos de Elia, estoy seguro que esta vez lo va a matar.
Sonreí– Tal vez lo
lance a la piscina y lo ahogué…
–O lo lance del tercer
piso… –Me respondió Paul.
–O lo haga rodar por
las escaleras…
–O lo encierre en el
armario hasta mañana… –Me dijo en tono misterioso.
–Lo meta a la cajuela
de tu auto… –Añadí en el mismo tono de voz.
Paul soltó una
carcajada– Esa no la había escuchado.
Le di un piñizco– Te
perdiste la amenaza de la semana esta mañana en el desayuno.
Me separé de él y le
tendí la mano para llevarlo fuera de la habitación.
–Vamos a ver de una
vez que están haciendo esos dos, es muy probable que esté ocultando el cadáver
a esta hora.
Paul asintió–
Entonces, vamos a ver que hacen nuestros niñitos adorados.
Asentí, eran nuestro
niñitos adorados porque amamos cuando llegó Jean Pierre a nuestras vidas, así
como casi tres años después llegó nuestra Elia y así casi en la misma cantidad
de tiempo llegó nuestro Paul y claro también estaba Julie, nuestra pequeñita de
diez años. Todo el tiempo los esperamos con ansias.
Podía recordar con
lujo de detalles el día de nuestra boda, desde el aroma a rosas que rodeaba la
capilla y el brillo de la luz en los ventanales, la cantidad de personas que
nos habían acompañado y la sensación de flotar mientras caminaba del brazo de
papá hasta el altar donde me esperaba el chico más guapo de la historia.
–Hey chico guapo.
Paul se rio– Mon ange…
Le guiñé un ojo antes
de decirle– Je t'aime pour toujours.
que puedo decir... tengo las ideas revueltas y los sentimientos encontrados. por un lado felicidad por que termino la historia de Paul y Em, por el otro algo triste te leo desde ya un buen tiempo, desde I Don't Understand Nothing, y siento que te voy a extrañar a ti como la autora a los personajes que creaste cada uno mas enigmático, loco, extraño, intenso que el anterior pero los ame me gustaron las personalidades de los adultos, fresco y comprensibles (por el lado de Em)
ResponderEliminarsolo me queda decir que muchas, muchas gracias por las historias que creaste para nosotr@s
Pd: hace ya un tiempo queria comentarte algo(no se como lo tomes mas que nada una idea) por que no subes tus historias a Wattpad? seria interesante verte por alli
muchos besitos y hasta la prox
Hola,
EliminarDisculpa por responder tan tarde, te agradezco sinceramente tus comentarios y me alegra que tuvieras sentimientos encontrados, así me sentí yo al escribir la historia. Tenía pensado algo... me están tentando en fanfic.es que escriba la historia de Robin y Alex y creo que podría aparecer algo.
Sobre lo de Wattpad... no había escuchado de esa pagina (lo lamento) así que no descarto que me veas por ahí un día.
Saludos, besos y un hasta luego! ^^