Abrí las puertas de
par en par.
–¡Está decidido! Puedo
mandar a mis padres al demonio, puedo mandar al infierno a mi esposa pero tú…
maldito, infeliz bastardo eres mi mejor y único amigo y vas a escucharme.
Mire a Heath, estaba
bastante sorprendido de verme. No era para menos, después de todo estaba en su
oficina cuando supuestamente estaba aun de vacaciones con mi esposa. Además de
entrar como lo hice.
–¿Qué haces aquí?...
Camine de un lado a
otro en su oficina– Ya lo dije, que se vayan al carajo todos. Menos tú, claro.
–Aun no entiendo que
haces aquí cuando deberías estar en París o en algún lugar exótico con tu
adorada esposa.
Lo mire con odio– No
menciones eso, fue una estupidez creer que la solución sería tan fácil.
Heath me sonrió con
desagrado– Y qué pasa ahora.
–Soy todo lo que
quieras, pero no soy semental. Me rehúso a traer un niño al mundo que va a
tener que hacer todo lo que esta familia enferma quiera.
–O sea que… –Mire por
la ventana ignorando su mirada– Continua.
Volví a pasear de un
lado a otro– Quieren un heredero, y por eso me refiero a que mi suegro lo
quiere y mi padre me obliga.
–Por fin te das cuenta
de que son unos enfermos, bienvenido a la realidad amigo. –Heath estaba serio–
Pero lo hiciste tarde.
–Aun puedo anular mi
matrimonio, me pidieron que me casara y lo hice. –Dije un poco más tranquilo.
–No te has acostado
con ella.
–No y no pienso
hacerlo. –Dije tajante.
Heath me sonrió– Y
quieres que te ayude con la anulación.
–Eso seria un bono,
sino bien puedo buscar otro abogado pero tu mi amigo, no te dejarías sobornar.
Heath me sonrió con
sarcasmo– Hermano, aun no tengo la experiencia para un trabajo de esa magnitud
pero conozco a alguien...
Mire la puerta, desde
que había llegado tenía miedo de encontrarme con una persona y esperaba que
nuestros caminos se mantuvieran alejados.
–No es mi suegro, te
lo aseguro. –Heath se levanto de su escritorio– Y no te lo vas a encontrar, se
fue a Rumania hace casi un mes.
Lo mire sorprendido
por la noticia, era lo último que me esperaba.
–¿De vacaciones?
–Pregunte con algo de miedo, era mucho peor esperar que apareciera de la nada
sin avisar que tenerlo en un lugar especifico.
Heath negó con sus
manos– Relájate, se fueron él y mi suegra por un buen tiempo a Rumania, con la
excusa que su padre no estaba bien.
–Sé que no debería
preguntar esto pero ¿esto quiere decir que me perdona? ¿volvemos a ser amigos?
Heath asintió– Eres un
idiota y necesitas que te cuiden, algo que solo yo puedo hacer pero solo te
diré esto. –El golpe llego de la nada– No vuelvas a acercarte a mi cuñada o te
meterás en problemas.
Me toque la cara sintiendo
el dolor pero a la vez no podía evitar pensar en Emily en cuento la nombro,
¿cómo estaría en este momento? No hice nada para detenerla cuando sabía que
ella esperaba que lo hiciera, la deje ir sin más… ¿Me guardaría rencor aun? ¿Me
habría olvidado?
Secretamente esperaba
que no. Debía admitir que extrañaba su voz, sus caricias… estar junto a ella.
Por sobretodo necesitaba verla una vez más para saber si estaba bien, solo una
vez.
–Lo siento, pero
quisiera verla una vez más. –Mire al piso después de esa declaración porque
sabía la pregunta que venía después– Aunque me golpees una y otra vez eso no
cambiará.
–¿Para qué?
El silencio cubrió el
momento como si no hubiera nada ni nadie en la habitación, no supe que
contestar a esa simple pero tan difícil pregunta.
–Solo quiero verla.
–No.
Lo mire directamente–
Solo quiero eso mon Dieu, ni siquiera pido hablar con ella. Verla nada más
aunque sea desde lejos.
La puerta se abrió
interrumpiéndonos.
Una mujer pequeña
entró sin más corriendo de inmediato hacia Heath, cruzaron unas cuantas
palabras antes de que este me mirara.
–Tengo un asunto
importante que atender, si gustas puedes quedarte aquí y esperar o puedes ir a
mi casa; Sabes donde vivo.
Recordé la última
charla con Zoey, no había visto parecido con Jane hasta ese momento, cuando me
había lanzado cuanta pieza de cristal había encontrado mientras me llamaba idiota
y muchos más apelativos.
Mire el computador de
escritorio– Te voy a esperar aquí mientras veo mi correo, sino te importa.
Heath se encogió de
hombros– Para nada, me demorare un poco.
–Oui ve.
Abrí el computador sin
esperar a que Heath saliera, intente abrir mi correo pero el de Heath estaba
abierto y fue este el que se abrió, por mera curiosidad seguí el link del único
correo que se veía era uno que decía “ecografía”, lo que me llevo a ver a mi
pequeña ahijada. Bueno si el plan seguía sin objeciones de Zoey.
Lo que me encontré no
era de una bebé muy desarrolla sino más bien uno con pocos meses de gestación,
y cuando mire bien arriba donde debía ir el nombre de la madre, decía; “Emily
Stonel”.
Perdí el sentido del tiempo
al estar sentado en frente de esa computadora mirando esa imagen, debió de ser
demasiado para que Heath fuera quien me moviera de allí, se suponía que él se
demoraría.
–No debías ver eso.
–No necesite ver su cara para saber que estaba arrepentido de dejarme solo en
su oficina.
Tragué el nudo que se
me había hecho en la garganta.
– ¿Es…?
–¿Tuyo? Si. No me
mires así, no veo porque ocultártelo. –Una mano cayó en mi hombro– Emily no
creyó que fuera necesario decírtelo, no conozco sus motivos, aunque quizás los
conozco demasiado bien; No quería que volvieras por el bebé, si es que alguna
vez lo hacías.
Sin pensarlo demasiado
apreté imprimir y espere hasta que una imagen que cubría toda la hoja apareció
a mi lado y de pronto tenía a mi bebé… mi hijo en frente de mí, un pequeñito
que apenas y era una forma plasmado en una hoja, una forma que apenas y relucía
entre todo ese negro. Era ridículo pero sentí tristeza al verlo tan solo y
lleno de oscuridad a su alrededor.
De a poco sentía que
más emociones y sentimientos me embargaban. Si todo lo que comenzaba a
perturbarme en buen y mal sentido lo lograra distinguir, todo sería más fácil.
Tome la hoja de papel
y la guarde de inmediato como si en algún momento este fuera a desaparecer,
dejándome solo y confundido. Tenía, no, tendría un hijo con Emily dentro de
unos meses. Un niño que bien podría parecerse a mí o a ella, sería el
consentido de su madre y… si no lograba sacarme de este lio en que me había
metido nunca podría estar con él.
–Dime quien es el
especialista en divorcios.
–¿Si te divorcias
ahora no sería un poco escandaloso? Te casaste hace unos meses y hasta admito
que me gustaría ver a tu padre tratando con un lío así pero ¿y tu? –Su mano
volvió caer en mi hombro, definitivamente lo había echado de menos.
Él era mi amigo y
hermano, si alguna fuerza sobrenatural lo había puesto en mi camino era para
estos momentos en que mis fuerzas no se comparaban a las que él podía
transmitirme, lástima que no pudiera compensarlo.
–Lo siento Heath pero
no puedo cumplir lo que me pediste. O me consigues al especialista en divorcios
o me iré directamente a Rumania en el siguiente avión y créeme que encontrare
el lugar a donde debo ir.
Heath pareció
meditabundo durante un momento antes de asentir– Te conseguiré a ese tipo. Creo
que esta en su oficina ahora mismo, así que espera un momento.
Asentí encantado de
que las cosas fueran bien por un momento– Entonces ve, te estaré esperando te
lo prometo.
Heath estaba por dejar
la oficina cuando se paro– No te metas en mis cosas, si me doy cuenta que viste
mis fotos te mato.
Me reí de él, aunque
no me sentía muy feliz– ¿Alguna sexy?
Heath me gruñó– Tengo
fotos de mi Zo, así que no te metas.
Levante mis manos en
rendición– Está bien, está bien. Ahora ve y corre.
Heath salió por fin de
la habitación y antes de pensarlo si quiera me lance sobre el teléfono, si no
podía tocar el computador... pensé.
–Conécteme con el
aeropuerto internacional. –Dije a penas escuche que descolgaron pero…
–¿Joven Tanner? –La
voz era definitivamente de alguien joven o quizás podía equivocarme pero me
parecía familiar.
–Un amigo mi estimada
señorita. –Dije sin sentirme muy halagador particularmente el día de hoy,
aunque si lo pensaba no tenía que estarlo después de horas de viaje.
La risa del otro lado
me confirmo que no era precisamente joven– No tengo permitido…
–Mon dieu es solo una
llamada, no pido un favor al cielo. –Le dije con mi mejor tono de voz aunque comenzaba
a perder la paciencia– Necesito esa llamada.
–Calma señor ya lo
conecto, no se exaspere.
–Merci mille fois. –Le
agradecí.
–¿Qué?
–Mil gracias señorita.
–Repetí en español.
Después de un rato me
respondió– Oh, bien, ¿necesita un vuelo en especial?
–Solo conécteme, ya me
encargo del resto yo. Gracias.
Espere un segundo y ya
estaba conectado con la recepcionista del aeropuerto.
–Quisiera preguntar por
un pasaje de avión hacia Rumania… –Las preguntas de siempre– No, no me importan
las escalas. Si, ese vuelo me parece bien, gracias.
Aunque seguí tratando
de recordar ese tono de voz, pero al poco rato me rendí y comencé a pensar en
Emily y en que pronto estaría con ella. Aunque temía el recibimiento que me
daría.
Me quede en silencio
bastante rato mirando de un lado para otro, era definitivamente una oficina y
apenas había espacios vacíos en el lugar. Había unos cuantos cuadros colgados y
una foto de Zoey en su traje de novia, recordaba ese día. ¿Cómo olvidarlo? Los
dos se habían visto tan enamorados y por lo que sabía aun mantenían esa mirada,
aunque la foto de Zoey embarazada me decía que estaban aun más enamorados que
en ese momento.
–Me alegra que no
vieras mis fotos, bueno las de mi computador.
Le sonreí apenas y lo
había escuchado entrar– ¿Estás si son aptas para el publico?
Heath me sonrió
mientras se encogía de hombros– Deje de colocar fotos de mi Zo cuando un idiota
dijo que estaba “buena”.
Enarqué una ceja– Que
le hiciste.
Levanto un puño– Le
hice una aclaración, mi esposa no esta buena. Esta increíblemente hermosa.
Me reí, estaba más que
loco por su esposa. Pensaba que debía envidiarlo pero no tenía derecho por mis
decisiones, había perdido esa opción hace rato.
No, aun no. –Me
convencí– Esto no podía acabar aun.
–¿Cómo ha estado tu
familia? ¿Tus padres aun viven en esa casa enorme?
Heath me señaló los
sofás y se sentó allí– Mis padres aun viven en la mansión, mis hermanitos aun
juegan como locos. Becca no para de hablar cuando ve a Zoey llegar y Jeffry no
hace nada sin Becca, son muy lindos. Mi madre espera que Heather se una al club
de los revoltosos como llama a los enanos.
Me asombre porque
hablara de sus hermanos– Tu madre se adapto rápido a Jeffry.
Heath me miro como si
fuera idiota– Es su niño mimado, sin darnos cuenta Becca y yo quedamos de lado
cuando Jeffry quiere algo. –Al hablar no parecía molesto sino más bien feliz– Y
ella es su persona favorita en el mundo, su primera palabra fue “mami”.
Estaba comenzando a
sentirme demasiado viejo o tal vez todo me estaba afectando de más, como eso
último.
–¿Has pensado en como
será Heather?
Heath me sonrió con
nerviosismo– Varias veces me lo he preguntado, Zoey sueña con una niña con la
que ir de compras y compartir todo, pero siento que tener una niña me va a
volver loco. Solo piensa, un día tendrá dieciséis y si tiene la figura de su
madre… todos los chicos querrán salir con ella.
Era de esperarse que
pensara eso, era el peor miedo de todo padre– Oui, tendremos que cuidarla,
después de todo aun me cuento como su padrino.
Heath suspiro– Por
supuesto que vas a ser su padrino, aunque temo que su madrina la lleve fuera
del sendero.
Mi curiosidad se
activo– ¿Quién es la madrina?
–La amiga de Zoey;
Sara. –Lo mire un poco sorprendido– Lo sé, esperabas que fuera Emily pero ya se
lo habíamos prometido a Sara antes. Esa chica es de temer.
–Me preguntaba…
Heath me dio una
mirada de pesar– Es un niño, se va a llamar Jean Pierre Stonel.
Me quede en
paralizado, si esta no era una señal ¿qué era?
–Debo ir, Heath.